“Tengo un pasaporte mexicano por una serie de condiciones históricas lamentables”

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Por Nadia Bernal / @nbernaln_

“¿Quién impone una sola categoría de ser mexicano o mexicana?”, cuestiona Yásnaya Elena Aguilar Gil, lingüista, escritora e investigadora originaria de Ayutla Mixe, en la sierra norte de Oaxaca.

Para ella, la mexicanidad es únicamente un rasgo legal y un término nacionalista que se sostiene bajo una identidad artificialmente construida.

En entrevista, recalca que no hay una forma de ser mexicano y explica que el Estado Mexicano es quien creó la idea de que hay una cultura mexicana, una sola y homogénea.

“Como diría Pedro Cayuqueo: soy mixe, pero tengo un pasaporte mexicano por una serie de condiciones históricas lamentables que no voy a describir hoy, dice, entonces eso es lo único y yo no puedo escapar a los límites del Estado-Nación”.

La maestra en Lingüística por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que la mexicanidad es de índole nacionalista que se apropia de elementos de los pueblos indígenas.

“El propio escudo es un símbolo náhuatl y luego se agarran al mariachi, que es de otro lugar y se crea como un licuado con muchos elementos, de diferentes tipos, para dar una identidad a un Estado, pero es una identidad artificialmente construida”.

Habitante ñhöñhö durante la Segunda Asamblea Nacional del Agua y la Vida (Santiago Mexquititlán, Querétaro, 2023)/ foto: Nadia Bernal.

En tanto, el antropólogo Jaime Martínez Luna, pensador serrano-zapoteco,advierte que la mexicanidad es un concepto colonial impuesto.

Para ahondar en esta premisa, se pone a recordar que antes de la invasión española México no era una república y no era un territorio demarcado, más bien era la suma o la integración de muchísimos pueblos que no tenían límites territoriales, sino límites culturales y lingüísticos.

Bajo este contexto, señala que con la colonia se impuso el concepto de propiedad; esto ocasionó una política internacional, para la creación de la República o del Estado-Nación, lo que antes era conocida como La Anáhuac.

“Debemos entender que la manera de pensar, y más ahora, estaba o está sustentada en tres elementos: el poder, la propiedad y el mercado; principios y dimensiones que no existían antes de la invasión. Esto motivó para que se demarcara una región llamada México, que después, por las autoridades internas, sufrió serios reveses, gran parte del territorio pasó a propiedad de los Estados Unidos de Norteamérica”.

El fundador de la Organización para la Defensa de los Recursos Naturales de la Sierra Juárez, que se integró en 1979 con 14 comunidades de la Sierra Juárez de Oaxaca, con el fin de impedir la renovación de las concesiones forestales de sus bosques, acota en que la mexicanidad es un concepto que se impone por desde el occidentalismo, que definen a la propiedad con base en el poder y la construye con base en el mercado.

Para el intelectual, esto es importante recalcarlo porque antes de esta etapa histórica y social de la colonia, existían otras civilizaciones con principios básicos como el respeto de saberse parte del planeta y del universo.

“Es la civilización invasora quien construye esa supuesta mexicanidad, es una ideología que intenta integrar a la población que habita lo que es el territorio actual de México”.

Por ello refiere que los habitantes portan dos civilizaciones: la civilización natural, que germina en cada región porque explica “al ser” como fruto de ese medio, desde ese espacio, de ese territorio; y el segundo, la civilización que se impone con la invasión.

Y añade que los que habitan la ciudad están conformados por una “civilización impuesta”; mientras que quienes vive en las regiones rurales portan en mayor medida la “civilización natural”; ambas formas, explica, se diferencian por “lo individual” y “lo comunal”.

“Entonces la comunalidad es la exposición de la actividad de ‘ser comunal’, un razonamiento que no está explicado en la Constitución porque la Constitución es liberal e individualista y los pueblos originarios portan el razonamiento comunal: de entenderse parte del planeta, no dueños del planeta”.

Doña Ángela, defensora del agua en protesta pública (Alameda, Querétaro, 2023)/ Foto: Nadia Bernal.

La escritora afrojaponesa y chicana, Jumko Ogata Aguilar, originaria de Veracruz, coincide con Aguilar Gil y Martínez Luna cuando refieren que la mexicanidad es una categoría jurídica y una imposición colonia, pero también pone al centro de la discusión la afromexicanidad, pues para ella la mexicanidad es una forma supremacista blanca que niega la existencia de las personas negras.

Asevera que “lo mexicano” es el resultado “exitoso” de todas las formas de racismo y violencia que existen desde antes del siglo XIX.

Su historia de vida, nacer en Veracruz, pero vivir entre México y Estados Unidos y tener una ancestría africana y asiática, porque su abuelo emigró al país en 1907, le ha llevado a preguntarse sobre qué la hacen mexicana.

“He aprendido que hay una manera muy limitada de ver la mexicanidad e incluso, pues ya después en mis experiencias creciendo entre México y Estados Unidos era como ‘ ay, no me ven como mexicano’ ¿por qué no me ven como mexicana? y decir ¿para qué quiero que me vean como mexicana?’, porque como decíamos en principio, la mexicanidad puede resultar muy violenta”.

Frente a esto, Ogata Aguilar prefiere hablar de identidad.

A su parecer, la identidad se explica como una serie de historias que anteceden a una persona, la historia familiar, de la comunidad y las experiencias vividas; así como las resistencias.

“Lo anuncio como una manera de decir: aunque trataron de eliminarnos, aunque dicen que esto no existe, aunque dice que eso no es válido, pues aquí sigo y pues ni modo no, entonces para mí es muy importante hablar de identidad porque es hablar de quiénes somos en nuestros propios términos”.

Resalta que el problema es que el mexicanismo busca eliminar la historia de cada uno de los pueblos y las comunidades que habitan este territorio.

Ante este contexto, apunta que en su labor diaria trata de denunciar constantemente la necesidad de saber desde qué categorías se habla.

“Y saber desde dónde hablamos las políticas de identidad como lo plantearon en el Colectivo del río Combahee, que eran mujeres, lesbianas, negras, de clase trabajadora en Estados Unidos: tenemos que enunciar desde donde estamos hablando para saber cuáles son nuestras preocupaciones”.

La escritora concluye con que el nacionalismo extermina la identidad de cada persona:

“Dice, identifícate con esa bandera, pero ¿qué significa esa bandera? para que esa bandera existiera se trataron de eliminar todas las maneras de anunciarse. Entonces mi identidad o mi experiencia vivida, mi contexto racial y cultural influye en mi práctica, en mi teorización, porque mis propias experiencias lo han forjado”.

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