En Pie de Paz
Por Carmen Chinas
“Las mujeres buscadoras impulsan reformas legislativas,
el establecimiento de procesos para verdad, justicia,
reparación y garantías de no repetición,
y de construcción y preservación de la memoria.
Por esta labor, son también reconocidas como constructoras de paz.”
Carmen Rosa Villa Quintana
La señora Rosario Ibarra de Piedra, fundadora del Comité Eureka contra la desaparición forzada en México, buscó de manera incansable a su hijo Jesús Ibarra, cuya desaparición ocurrió en 1975. La señora Ibarra decía que la búsqueda es “parte del oficio de ser madre, le di la vida (refiriéndose a su hijo Jesús), tengo la obligación de preservársela, de salvarlo, de traerlo hacia el afecto, de devolverle todos los soles que le han robado”.
Una fecha emblemática para nuestro país, el 10 de mayo —en que se celebra el Día de las Madres—, se ha transformado en un referente nacional en que mujeres de los diversos colectivos se movilizan para exigir a las autoridades la localización de sus desaparecidos.
El ejemplo de las madres, de las mujeres que, en medio de un dolor tan profundo, se erigen en un accionar colectivo para demandar búsqueda, localización y prevención de las desapariciones, ha sido reconocido en los trabajos realizados durante el “Primer Encuentro Internacional sobre la Desaparición Forzada”, realizado en Ginebra a inicios de 2025. Se consideró que, en esta labor colectiva, las mujeres buscadoras deben ser reconocidas como constructoras de paz.
En uno de los espacios de diálogo y trabajo de dicha plataforma internacional, denominado “El impacto de las desapariciones forzadas en las mujeres”, las panelistas —provenientes de Siria, Filipinas, Gambia, México y Perú— subrayaron la función de liderazgo que asumen las mujeres tras la desaparición de un ser querido: para su familia, en la comunidad en general y en la sociedad en su conjunto. Señalaron que, con mucha frecuencia, las mujeres buscadoras se convierten en las encargadas del sustento y el cuidado de su familia, y que, más allá de su círculo próximo, las mujeres siempre han estado en la primera línea de la lucha contra las desapariciones forzadas. Además, la mayoría de las organizaciones de víctimas están dirigidas por mujeres.
En el informe se reconoce que, a pesar de enfrentarse a enormes retos personales, las mujeres encuentran solidaridad y fortaleza compartiendo experiencias. Esta resiliencia colectiva desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la lucha por la verdad y la justicia, y en la construcción de sociedades pacíficas.
Una de las panelistas, María Isabel Cruz Bernal, de México, en su intervención señaló la importancia de su labor en la búsqueda:
“nos convertimos en asesoras de otras familias sin ser abogadas, psicólogas, policías o investigadoras. Es un rol que tomamos todas las que tenemos un familiar desaparecido. Somos las ‘todólogas’ porque tenemos que aprenderlo todo. Esta es la fuerza de las mujeres.”
El Instituto Catalán Internacional por la Paz, en voz de Sílvia Plana Subirana y Sabina Puig Cartes, aportó cinco ejes de acción en que las mujeres buscadoras contribuyen de manera directa a la construcción de paz:
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- Fomentan la cultura de paz: las mujeres buscadoras contribuyen activamente a la cultura de paz al rechazar la violencia y promover valores como el respeto a la vida, la solidaridad, la justicia, la dignidad humana y los derechos humanos. Su accionar, basado en el amor, la ternura y el cuidado, rompe con la lógica de la violencia y reivindica una ética de los cuidados como motor de cambio social.
- Creación de redes solidarias: la búsqueda se transforma desde dolor personal, en una acción colectiva y política. Se forman redes de apoyo entre mujeres que fortalecen la resiliencia, la creatividad frente al conflicto y la capacidad de incidencia pública.
- Verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición: las mujeres buscadoras impulsan procesos de justicia, investigan y documentan por sus propios medios. Reiteran la exigencia de garantías de no repetición, apelando al fortalecimiento de las instituciones, la memoria histórica y la no normalización de la violencia.
- Memoria: luchar contra el olvido y preservar la memoria de sus seres queridos es una de sus principales motivaciones. La memoria ayuda a construir narrativas que dignifican a las víctimas y puede contribuir como herramienta de prevención y transformación social, al exigir que los hechos no se repitan nunca más.
- Apuesta por el diálogo: las mujeres buscadoras han promovido procesos de diálogo que favorecen el entendimiento, la empatía y la reconciliación social. Su disposición al diálogo tiene un efecto restaurativo, mostrando que es posible construir paz, aun desde el dolor más profundo.
En el cierre del Congreso Internacional, se abordó la necesidad de que se garantice que las mujeres buscadoras puedan participar en los procesos que les afectan y en los esfuerzos de construcción de paz; que sus demandas de búsqueda, verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición sean escuchadas.
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Para descargar el informe Informe del 1er congreso mundial sobre desapariciones forzadas completo en español: https://www.cedi193.org/es/_files/ugd/2b4356_17061547026a4beea95aa2b106de2922.pdf
Aquí puedes ver el video de la mesa del impacto de la desaparición forzada en mujeres (inglés con subtítulos en español)