El Eternauta: el que siempre vuelve

El ojo y la nube

Por Adrián González-Camargo

Para Roberto, porque ya casi vuelve.

  1. La nueva serie y su director

Un grupo de 3 chicas está festejando la transición de una etapa de vida. Están en el interior de un bote. Es de noche. Súbitamente, el exterior se vuelve agreste. Están en Buenos Aires, o cerca. Hay un apagón. Se ve una luz que parece una aurora boreal. Las tecnologías de comunicación comienzan a fallar. Una chica se queda adentro de la cabina, sus dos amigas afuera mueren. Y comienza a nevar. 

Este es el arranque de la serie El Eternauta, creada por Bruno Stagnaro, un cineasta argentino que inició su carrera con un cine independiente y urbano, junto con otro cineasta argentino que se convertiría en otro ícono del cine independiente, Adrián Caetano. Juntos realizaron un filme mítico para finales de los años 90: Pizza, Birra y Faso. A diferencia de Caetano, Bruno Stagnaro nunca dirigió un largometraje individualmente. Su carrera se forjó haciendo televisión, siendo una miniserie, Okupas (2000), uno de sus primeras obras. A los creadores de la nueva serie El Eternauta, se añaden Ariel Staltari y Gabriel Stagnaro. Y entre los productores ejecutivos está Martín Mórtola Oesterheld, nieto del guionista Héctor Germán Oesterheld, quien junto a Francisco Solano López crearon la historieta original: El Eternauta.

27 años después de Pizza, Birra y Faso y tras , Bruno Stagnaro vuelve, de alguna forma, a retomar el tema de Okupas: gente que se apropia de espacios públicos o privados, abandonados. Ahora la ciudad es una aparente zona de anarquía y se convierte en espacios donde pueden o no cohabitar, donde la anomia es la condición y el estado de excepción social buscará muy rápido encontrar una forma de organizarse, es decir, una supraestructura.

En la serie, la primera gran afrenta de la sociedad es la nieve tóxica que cubre Buenos Aires y que mata a quien es tocado por la nieve. Una vez que diferentes grupos encuentran la forma de sobrevivir a la nieve, uno de ellos conducido por el protagonista Juan Salvo, sucede el siguiente momento: la creación de grupúsculos que se parapetan y, algunos comienzan a pelear entre otros, como manadas que regresan cientos de años en la historia. No obstante, la aparición del ejército, irónicamente para la historia de Argentina, supone que el breve momento anárquico, cual Comuna de París, será pronto tema del pasado pues los milicos (como llaman allá a los militares) serán la supraestructura que da orden a la breve anarquía bonaerense. 

  1. Adaptación: de la historieta a la serie

El eternauta en formato de serie televisiva es en realidad una novedad para el público televidente y no para el público lector de historietas (cómics), en particular el argentino. Tal ha sido el nivel de importancia, que El eternauta fue parte de las lecturas que difundía el Ministerio de Educación en Argentina y desde el 2010,  el 4 de septiembre es el día nacional de la historieta, en honor a la primera publicación del Eternauta. 

La forma como se reprodujo y creció la historieta, en sí mismo, merece una atención particular. No solo por el revuelo que tuvo la publicación, sino por las consecuentes derivaciones. Si bien la “columna vertebral” podría ser El eternauta de 1957, el de 1976 y el de 1981 (coincidentes con diferentes dictaduras en Argentina), también existen las versiones que no escribió Osterheld pero que seguían la línea derivativa, que justo tenía su propia serie: El universo eternauta. Las sagas El regreso, La búsqueda de Elena, La batalla de la Biblioteca Nacional, El fin del mundo, etc. Es decir, historietas en las que escribían nuevos guionistas y que tenía diferentes dibujantes. Por tanto, solamente comentaremos los primeros dos textos que sí escribió Osterheld: los cómics (compilados posteriormente) de 1957 y de 1976. El de 1976,como apunta Andrés Accorsi, fue bajo mucha presión. En 1977, Osterheld se había integrado al grupo guerrillero Montoneros. Fue secuestrado y nunca más se supo de él. 

Cualquier adaptación es, ya en sí misma, una separación de la obra original y por tanto una necesidad de adaptabilidad se requiere. El sociocontexto cambia, en referencia al origen: cuando nace El Eternauta, las series de televisión tienen una audiencia diferente y son increíblemente distantes de los seriados que consumismos en la actualidad. Es la época de los clásicos como El llanero solitario, Dragnet, Perry Mason, Las aventuras de Superman, I love Lucy o la mítica Alfredo Hitchcock Presents.  Algunas de estas se consumían en Argentina. Argentina está en traslado del peronismo, que es la ideología derivada del presidente Juan Domingo Perón, a una derecha militarizada que eventualmente sería una dictadura y posteriormente a varias dictaduras que terminaron en una inusitada crueldad.

Uno de los temas principales del primer período del Eternauta (historieta) es la imposibilidad de saber quiénes son los enemigos pero, al mismo tiempo, el poder casi absoluto que tienen. El enemigo no solo es distante e invisible: es capaz de manipular cuerpos y de destruir edificios casi de forma invisible. El enemigo es extranjero y ataca por tierra y por aire. La nieve tóxica es solo el inicio, el resto vendrá a las calles. Vendrán rayos que aniquilan, bombas, disparos desde el cielo. Así, el viaje a través de Gran Buenos Aires y Capital Federal será desde el punto de vista de Juan Salvo y su pequeño grupo sobreviviente. Imaginar espacios como el estadio de River Plate, Plaza Italia, Barrancas de Belgrano y Plaza de Congreso, entre muchos.

En esta nueva adaptación, la humanidad condensada en el nuevo grupo sobreviviente tiene como obligación narrativa (para la audiencia del 2025) ser diversa culturalmente hablando: una chica colombiana y un joven argentino de ascedencia china acompañan al resto de argentinos de ascendencia europea. Igualmente en esta adaptación, el personaje Favalli, quien es el personaje que mantiene el ejercicio de la razón en la historieta y cuyos diálogos buscan que el miedo, la ansiedad y la angustian encuentren un momento de raciocinio, se desdibuja terriblemente en la serie. Solo un ejemplo al inicio del primer episodio: el primer anunciamiento de peligro no lo hace él sino su esposa, cuando impide al resto salir a la calle: ‘hay algo tóxico en el aire’. 

No solo no estamos viendo al mismo grupo. En la historieta son Juan Salvo, quien es un fabricante de aparatos electrónicos; Favalli (profesor de física), Lucas Herbert, empleado de banco y aficionado de la electrónica. Se agregan muy pronto otros: Mosca, un historiador amateur obstinado. Solo conocemos la familia de Juan: su esposa Elena y su hija Martha. En la serie, en cambio, las familias se han hecho más extensas. En la serie, la necesidad de empatía con la audiencia ha provocado que el grupo sea diverso, extenso y cuyas ramificaciones no solo permitan más capítulos, sino que diferentes audiencias encuentren su reflejo en la serie. 

  1. El eternauta, el que siempre vuelve

Lejos de ser una obra monotemática, El Eternauta (historieta) tenía como tema inicial la trascendencia del espacio tiempo y la autovalidación. Claro que esto es muy sencillo deducirlo a partir de su etimología: Eter/nauta: del latín “aeternus” (que no tiene principio o fin) y del griego “nautes”, navegante. Por tanto, no debería sorprendernos que estamos ante un personaje que trasciende el tiempo y navegará por la eternidad. Prodigiosamente, la creación de su obra y las historietas (y ahora la serie televisiva) han sido fieles a ese espíritu, pero cabrá preguntarse si la serie lo buscará. Hay momentos en la serie que nos ofrece algunas pistas, pero no podemos saber realmente cuáles serán los alcances de la adaptación. Es decir, si la historia terminará en el Buenos Aires de la actualidad (2025) o si viajarán al 2200 o al 1976. 

A diferencia de la serie actual, hay una constante en la historieta, en los primeras dos partes: resaltar la importancia de la historia (como ciencia social) es una consante. El raciocinio es otra. Y la mayor, la fundamental: la salvación está en lo colectivo y en la autogestión. Germán, que es al mismo tiempo autor y personaje, nos ayudará a reflexionar las emociones y reflexionar sobre lo que podrá sucedere, pero Juan Salvo y Favalli serán los conductores. Y como en cualquier historia distópica, la sociedad tienen que encontrar la manera de reconocerse a sí misma y muy pronto encontrar la estructura que les ayude a funcionar para sobrevivir. Juan Salvo, entonces, siempre volverá, pues no es necesariamente un rebelde o un líder, sino un testigo de cómo la sociedad va y viene en intentar recuperar sus razones para vivir. 

Los diferentes Juan Salvo tal vez se comparen con los héroes rebeldes (y anónimos) de América Latina, pero también como la sociedad argentina fue modificando sus posiciones ante los poderes: de soluciones colectivas a individualismos o grupismos y de nuevo a la colectividad. Así, la construcción a partir de la devastación causada por extranjeros, la indefinición de los enemigos y las relaciones de reprendizaje con las viejas y nuevas tecnologías, hacen del Eternauta (historieta) una oda a la adaptación humana que en la nueva versión televisiva todavía no se alcanza a esclarecer del todo. Como lo hemos comentado: las diferencias entre la obra original y obra derivada siempre tendrá como obligación adaptarse a nuevas audiencias. 

En la historieta, el ejército no necesariamente se convierte en el reformador del orden, pues si bien provee infraesctura e ideas, Juan Salvo se mantiene como el líder espontáneo que conducirá un pequeño grupo a la sobrevivencia. Muy pronto se ridiculiza la operatividad del ejército frente a los enemigos alienígenas. Juan Salvo tendrá la capacidad de no solo ir y venir en el tiempo, sino de trasladarse de la conciencia del colectivismo (junto con su cuadrilla) a adaptarse a situaciones de supervivencia en donde algunos miembros de las tribus pueden ser sacrificados. 

Lo más irónico de esta adaptación, y tal vez terrible, es que en la serie (o por lo menos en la 1a temporada), la sociedad que se encontraba dividida, aislada y dividida prácticamente en manadas que peleaban entre sí, encuentra el orden y la organización bajo la vigilancia y supervisión del ejército. Es decir, que encuentra su funcionalidad en la estructura que  aplastó a la sociedad argentina… y asesinó al guionista de la historieta original. 

Tal vez en la segunda temporada, esta idea cambie su rumbo.

P.D.
Se pueden leer los primeros capítulos de El Eternauta por acá: https://archive.org/details/El.Eternauta.123/

Comparte

El ojo y la nube
El ojo y la nube
Adrián González Camargo es cineasta, escritor y académico. Estudió el Doctorado en Arte y Cultura por la UMSNH y una maestría en guionismo con la beca Fulbright-García Robles en CSUN. Se ha dedicado a la gestión cultural, producción radiofónica y al análisis de textos artísticos. Es profesor de la Escuela de Humanidades y Educación del Tec de Monterrey, Campus Guadalajara.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Quizás también te interese leer