El documental La libertad de Fierro (2024), de Santiago Esteinou, acompaña a César Fierro tras recuperar su libertad luego de pasar 40 años en la Unidad Polunsky en Livingston, Texas, condenado injustamente. La película muestra el proceso de reinserción de César en la sociedad.
La Libertad e Fierro se estrena el 10 de octubre en la Cineteca Nacional y en salas comerciales, junto con la primera parte, Los años de Fierro (2014), disponible también en plataformas digitales.
Por Vanessa Briseño / @nevervb
El documental “La libertad de Fierro” (2024), dirigido y producido por Santiago Esteinou, sigue a César Fierro en su vida después de recuperar la libertad a los 63 años, tras permanecer cuatro décadas en el llamado “corredor de la muerte” en Texas tras una injusticia. Esta obra funciona como una segunda parte de “Los años de Fierro” (2014), proyecto en el que Esteinou reconstruyó el origen del caso y los años de aislamiento que César pasó en la prisión de Livingston, Texas, y que se mantuvo fuera del circuito público para no interferir en su defensa legal. Con esta nueva entrega, el director acompaña a César en la compleja experiencia de reinsertarse en la sociedad después de haber sobrevivido al confinamiento solitario.
Santiago Esteinou explicó en conversación con ZonaDocs que decidió enfocarse en la historia de César Fierro porque desde 2009 comenzó a seguir su caso, primero con el documental Los años de Fierro (2014), realizado como parte de su tesis en la maestría en Temple University. Señaló que lo que lo llevó a interesarse fue la serie de injusticias que se cometieron, pues la condena a muerte se basó únicamente en una confesión obtenida bajo coacción y en el testimonio de un adolescente de 16 años, sin pruebas físicas que le inculparan.
A pesar de que en 1994 se demostró que la confesión había sido arrancada mediante la amenaza de torturar a su madre y padrastro en Ciudad Juárez, el sistema judicial de Texas encontró mecanismos legales para postergar su ejecución y evitar un nuevo juicio, incluso después de que la Corte Internacional de Justicia recomendara repetirlo.
Santiago también relató que el primer acercamiento con César se dio gracias al apoyo de Luis Lara, entonces cónsul de protección en el Consulado General de México en Houston, a quien le presentó la idea de realizar un documental sobre su caso. César aceptó dar una entrevista después de varios años sin hablar con la prensa, lo que permitió iniciar un proceso de visitas periódicas en prisión cada tres meses, con sesiones de 45 minutos, hasta concretar la primera película.
A partir de ese momento, la relación se mantuvo a través de cartas que intercambiaron mensualmente entre 2013 y 2019. Con el tiempo, la defensa de César se reforzó con la incorporación de Debevoise & Plimpton, un importante despacho jurídico en Estados Unidos, lo que facilitó presentar una apelación en 2019 respaldada incluso por el fiscal del caso. Finalmente, en 2020 César obtuvo su libertad, y la amistad entre ambos se mantuvo hasta la actualidad.
Por otro lado, Santiago señaló que el principal reto de realizar La libertad de Fierro fue priorizar el bienestar de César por encima de las necesidades de la producción, lo que implicó respetar su ritmo y no el de la película. Explicó:
“Cuando acompañas a una persona como estaba César, en una condición de vulnerabilidad importante, la prioridad es cuidar el bienestar de la persona sobre la producción de la película”.
A esto se sumaron las complicaciones de filmar durante la pandemia, donde resultaba esencial evitar cualquier riesgo de contagio. Otro desafío consistió en construir una obra que no revictimizara a César y que, al mismo tiempo, lograra convertirse en la mejor película posible.

Otro punto interesante en el documental es la aparición de Santiago frente a la cámara, algo inusual para el director. Sobre esto, contó que en los primeros cortes del documental su presencia era casi inexistente, lo que dejó varios aspectos sin responder, cómo dónde vivía César, con quién mantenía contacto o cómo había aprendido a usar el celular.
Mencionó que, tras recibir comentarios dentro de un taller documental en Grecia, se dió cuenta que la película no se entendía del todo y que era necesario incluir parte de su propia participación. Al principio se mostró renuente, pero reconoció que la narración comenzó a funcionar mejor al aparecer en pantalla, no por su figura, sino porque permitía aclarar elementos de la historia que de otra manera quedaban incompletos.
Igualmente, Santiago contó que invitó a César a ver el documental en una sala de cine antes de que estuviera terminado, como acostumbra hacerlo con las personas que participan en sus películas. César le expresó que le había gustado el resultado, “que le gustaba más la película dos que la película uno”. Para el director, lo más relevante fue constatar que César no se sintió indebidamente retratado ni en desacuerdo con la forma en que aparecía en pantalla.
Santiago expresó que no busca que el público se lleve un mensaje específico al ver La libertad de Fierro, ya que no pretende adoctrinar a nadie y confía en que cada persona espectadora saque sus propias conclusiones. Compartió que, en lo personal, lo que le dejó la realización de la película fue “una gran admiración por la resiliencia de una persona que estuvo durante 40 años en el infierno, en una de las peores prisiones de los Estados Unidos, en donde se mantiene a las personas de una forma muy cruel en el confinamiento solitario”. Finalizó añadiendo que el hecho de que César lograra reconstruir su vida tras esa experiencia le parece un ejemplo de fortaleza que espera pueda transmitir al público.
La libertad de Fierro tendrá su estreno el 10 de octubre en la Cineteca Nacional y en distintas salas comerciales de México. Además, se sumará un estreno doble, ya que Los años de Fierro (2014) estará disponible en plataformas digitales en formato de renta. Posteriormente, ambas llegarán a plataformas digitales. Si deseas conocer más acerca de ambos documentales, visita su perfil de Instagram, @la_libertad_de_fierro
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