La exposición “HILAR: 20 años de textil frente a la violencia en México: 2004-2024” reúne en el ITESO una serie de proyectos que utilizan el bordado como herramienta de memoria y denuncia. A través de piezas creadas por artistas, colectivas y familiares de personas desaparecidas, la muestra explora dos décadas de trabajo textil frente a la violencia en el país y abre un espacio para reflexionar sobre cómo el arte puede reconstruir los lazos entre memoria, cuerpo y territorio.
Por Vanessa Briseño / @nevervb
El pasado 6 de octubre se inauguró la exposición “HILAR: 20 años de textil frente a la violencia en México: 2004-2024” en el Black Box del Edificio de Arte y Cultura (V) del ITESO. Alina Peña, abrió el encuentro con un mensaje sobre la memoria, la violencia y la posibilidad de volver a sentir colectivamente:
“He pensado mucho en lo que me gustaría decirles hoy porque nos han pasado tantas cosas… no hablo solo de este último año de trabajo, sino de todo lo que nos ha atravesado en estos últimos 20 años de violencia. Nos ha pasado tanto que a veces parece que ya no alcanzamos a sentir”, expresó.
Alina agradeció a quienes hicieron posible el proyecto -entre ellos Darwin Franco, María Queen, Rodrigo Chaparro, Rosana Reguillo, Alejandra Cartagena, Enrique González y otras colaboradoras-, y subrayó que esta exposición busca ser más que una muestra artística.
“Hilar, bordar, tejer son gestos lentos y obstinados que contraponen la prisa del capital y la indiferencia de la crueldad’”, remarcó. Con ese gesto, el espacio se convirtió en un taller vivo de memoria y resistencia, donde el arte textil funcionó como un acto colectivo frente al olvido.

A su alrededor, las personas asistentes tomaban agujas e hilos para bordar los nombres de personas desaparecidas inscritos en pañuelos dispuestos en el espacio, transformando el acto inaugural en una práctica compartida de memoria y acompañamiento.
La estructura del evento siguió el ritmo de las puntadas de un bordado. El primer momento consistió en la presentación de los diez proyectos textiles que integran la muestra, resultado de una investigación sobre prácticas colaborativas frente a la violencia. Entre los proyectos que se presentaron se encontraba Missing, realizado en Tapalpa en 2004 junto con la cooperativa local y la artista canadiense Deborah Koenker, en respuesta a los feminicidios en Ciudad Juárez.
También se hicieron presentes los pañuelos del proyecto Bordamos por la Paz Guadalajara, prestados por Elena Cano. Participaron además la artista poblana Rosa Borrás, y la filósofa y bordadora Cordelia Rizo, originaria de Monterrey. Igualmente, la colectiva Hilos se hizo presente con su trabajo de bordado “Sangre de mi Sangre”.

Desde Guanajuato se integró Bordamos Memoria, y el proyecto Bordamos por la Paz, con Sandra Estrada, ambos centrados en la denuncia de la violencia a través del bordado. Por parte de Michoacán participó Fabiola Rayas, con pendones elaborados colectivamente junto a grupos de la región. También se incluyó el trabajo del colectivo Vivas en la Memoria, del Estado de México.

Consecuentemente, la psicóloga social Paola Ovalle, originaria de Colombia y radicada en Baja California, participó representando Sanar la Tierra, proyecto interdisciplinario desarrollado con colectivos de búsqueda en Tijuana para recuperar el predio de La Gallera, afectado por la violencia y la contaminación de sustancias químicas.
Posteriormente, se dio paso a una lectura de “Poemas de las ausencias”, a cargo de Fausto Salcedo, autor de los poemas y Jimena González, quien realizó una lectura performativa. Igualmente, se presentó un trabajo audiovisual de Sharlize Ocampo Jauregui cuyas palabras y versos evocaron las voces ausentes.


El cierre de la jornada estuvo a cargo del Coro Inolvidable, integrado por familias buscadoras (sin distinción de colectivo), quienes interpretaron “Amor eterno” y un tema de la autoría del coro, conmoviendo a las personas presentes. Se finalizó formalmente con la inauguración de la exposición donde las personas asistentes pudieron visitar las piezas expuestas.
En conversación con ZonaDocs, Paola Ovalle expresó que la exposición representa un espacio de reconocimiento y cuidado hacia los proyectos textiles que se han desarrollado en el país. Agradeció al ITESO por el trato digno y respetuoso hacia las piezas y destacó la importancia de reunir en un mismo lugar distintas experiencias de resistencia que, a través del bordado, expresan memoria, amor y dignidad frente a la violencia.
Añadió que esta muestra permite a las juventudes conocer el impacto de los años de violencia en México y al mismo tiempo reconocer la fuerza de quienes buscan justicia. Además, mencionó que el trabajo textil ofrece una vía para mirar el horror desde la resistencia y el afecto, al permitir “sentir pensar”, es decir, reflexionar desde la sensibilidad sin quedar paralizados por el dolor.

Paola también reafirmó su deseo de que las personas que visiten la exposición reconozcan la crisis de derechos humanos en el país, pero también la posibilidad de construir nuevas formas de relación a través de acciones cotidianas, como bordar el nombre de una persona desaparecida, entendidas como gestos de memoria y resistencia colectiva.
Por otro lado, en diálogo con Sandra Estrada, comentó que ver reunidas las piezas textiles en la exposición le generó una emoción profunda. Indicó que, aunque había visto algunos de los trabajos a través de redes sociales, la experiencia presencial tiene una fuerza distinta: “una cosa con los textiles es que presencialmente es muy diferente”. Dijo sentirse conmovida y agradecida de formar parte del evento, aunque reconoció que la emoción es “agridulce”, pues cada bordado representa una vida marcada por la violencia.
Sandra remarcó que el textil evoca el cuidado y la ternura, y que, desde esa sensibilidad, puede abrir nuevas formas de comprender la violencia. Espera que las personas que visiten la muestra se vayan con una conciencia más amplia sobre los problemas del país y que logren construir “otras narrativas, más desde la ternura, desde lo que cada vida significa”.
La exposición “HILAR: 20 años de textil frente a la violencia en México: 2004-2024” concluyó con un llamado a mirar la violencia desde la memoria y el afecto. A través del bordado, las piezas reunidas proponen una forma de acompañamiento y reconstrucción colectiva frente al dolor.


La muestra busca invitar a las y los visitantes, especialmente a las juventudes a reconocer la historia reciente del país y a participar en la creación de memoria desde gestos cotidianos, como tomar aguja e hilo para bordar un nombre. Con ello, se abre un espacio donde el arte textil se convierte en una vía para pensar el pasado y construir nuevas formas de relación y esperanza.
La muestra estará disponible hasta el 7 de noviembre del 2025 en el Edificio de Arte y Cultura del ITESO (edificio V). El taller a cargo de Fabiola Rayas y Cordelia Rizo se realizará los días 16 y 17 de octubre, de 13:00 a 15:00 horas, exclusivo para estudiantes. Además, el 5 de noviembre a las 16:00 horas se llevará a cabo una charla con la profesora de la UNAM, Rian Lozano, en el Foro de Usos Múltiples del Departamento de Estudios Socioculturales, como parte del cierre.


