#MediosAliados
A una semana del desbordamiento del río Cazones, Poza Rica continúa en emergencia. Miles de familias viven entre el lodo y la pérdida, mientras crecen las denuncias por la falta de alertas oportunas y por la lenta llegada de ayuda.
Fotografías: Hugo Andrade / Soy Hugo
A siete días de las inundaciones que devastaron el norte de Veracruz, Poza Rica sigue enfrentando una de las crisis más severas en su historia reciente. Calles cubiertas de barro, viviendas inhabitables y cortes intermitentes de electricidad marcan el regreso de la población a lo que fueron sus hogares. Este jueves se confirmó el hallazgo del cuerpo de Leticia, una mujer de 53 años reportada como desaparecida, lo que eleva el número de víctimas y mantiene la incertidumbre sobre otras personas no localizadas.
Los brigadas del Ejército Mexicano, Protección Civil y voluntarios continúan las labores de limpieza y distribución de víveres. Aunque algunos sectores han recuperado la electricidad, miles de personas aún viven entre el lodo, el olor a humedad y la pérdida total de sus pertenencias. Habitantes exigen transparencia en los apoyos y advierten que la reconstrucción no puede limitarse a remediar daños, sino a evitar que la tragedia se repita en una ciudad que, una vez más, fue sorprendida por el agua.























