Más de 400 personas marcharon en la capital colimense para exigir la cancelación del megaproyecto del Nuevo Puerto de Manzanillo, que abarcaría 1,800 hectáreas y afectaría la Laguna de Cuyutlán, la biodiversidad y la producción tradicional de sal. Denuncian irregularidades en la Manifestación de Impacto Ambiental y la simulación de la consulta pública.
Por Monserrat Cárdenas / @maldita.vidaa (IG)
Colima, 27 de octubre de 2025.– Al menos 400 pescadores, salineros, activistas y habitantes marcharon desde el Jardín Núñez hasta la Glorieta del Rey Colimán para rechazar la construcción del Nuevo Puerto de Manzanillo, un megaproyecto impulsado por el Gobierno de México y el Gobierno de Colima que, según organizaciones ambientalistas, amenaza la Laguna de Cuyutlán, la biodiversidad local y la producción milenaria de sal.
De acuerdo con información de la Administración del Sistema Portuario Nacional de Manzanillo (ASIPONA), la expansión portuaria contempla una inversión de 63 mil 473 millones de pesos de origen público y privado para construir una nueva terminal marítima y de almacenamiento de Pemex, infraestructura de conectividad terrestre, una barda perimetral y áreas de desarrollo industrial.
Sin embargo, organizaciones como la Sociedad Cooperativa de Salineros de Colima, Vigilemos Manzanillo A.C., Pura Vida A.C., Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA) y Defensores del Medio Ambiente y Recursos del Mañana (DEMAREM) advirtieron sobre los impactos sociales y ambientales que el proyecto tendría en los municipios de Manzanillo y Armería, donde cientos de familias viven de la pesca, la apicultura y la producción artesanal de sal.
Las agrupaciones alertaron también sobre el riesgo de desastres ambientales y la pérdida de especies de aves, reptiles, crustáceos, peces y manglar en caso de que la expansión se concrete.
A inicios de octubre, las organizaciones denunciaron irregularidades en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), elaborada por la Universidad de Colima y presentada ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), así como “simulación y opacidad” en la consulta digital que se llevó a cabo del 10 de septiembre al 8 de octubre en la plataforma oficial de la dependencia.
Durante la marcha, infancias, personas mayores y ciudadanía realizaron una parada frente a las oficinas locales de la Semarnat, donde increparon al titular, Humberto Retana, al grito de:
“Señora presidenta, es tiempo de conciencia”,
“Contaminar no es bienestar”
y “La destrucción no es transformación”.
Las y los manifestantes portaban pancartas con mensajes como “La tierra es sagrada”, “Salineros salvando Cuyutlán” y “El proyecto más neoliberal del gobierno del bienestar”.
Al llegar a la Glorieta del Rey Colimán, representantes del contingente leyeron un pronunciamiento en el que afirmaron que “el supuesto progreso que prometen no es más que una amenaza de miseria, contaminación y despojo”.
Recordaron que la primera expansión del puerto, en 2007, trajo consigo “pérdida de agua, tráfico, inseguridad, privatización de espacios públicos y abandono de la gente”, por lo que subrayaron:
“Colima no necesita otro puerto: necesita justicia, agua limpia y respeto a su naturaleza.”
Finalmente, las organizaciones convocaron a una nueva protesta el próximo 9 de noviembre en el Centro de Manzanillo.
