En el marco del Día Internacional de la Memoria Trans se realizó una charla por parte de la colectiva Bloque Crítico Disidente, la cual llevó a cabo en el espacio autogestivo Ortográfika y fue organizada en “Charlas y chelas”, una actividad que se realiza semanalmente en este lugar. Conversaron sobre las múltiples y específicas violencias enfrentan como, discriminación en el sector salud, desplazamiento, violencia física, desapariciones y hasta
transfeminicidios.
Por Leslie Zepeda / @lesszep2
Foto: Karen García
A los 35 años de edad fue asesinada de forma violenta Rita Hester, una mujer trans, negra. Este caso ocurrió el 28 de noviembre de 1998 en Boston, Massachusetts. A partir de este crimen de odio se conmemora el 20 de noviembre como el Día Internacional de la Memoria Trans para honrar la vida de todas las personas trans asesinadas por su expresión de identidad.
Para conmemorar esta fecha es que la colectiva Bloque Crítico Disidente organizó la charla “Memoria: no disforia: luchas disidencias por los derechos humanos de la comunidad trans” en conjunto con Charlas y chelas, una actividad que invita a reflexionar, conversar y cuestionar temas relevantes en la actualidad pero desde un espacio relajado, pero sobre todo de confianza.
Dana González, activista trans e integrante de la colectiva guió la charla enunciando en primera persona solo algunas de las violencias que viven las personas trans y específicamente las mujeres trans en su día a día. El estigma es uno de los principales problemas que conlleva entonces a una serie de violencias en diferentes áreas de la sociedad. Es decir, socialmente se ha relegado a las personas trans al negarles espacios.
Uno de ellos, y el que más resaltaron desde la colectiva, es el de la salud, donde las mujeres trans son discriminadas, así como expuestas a pruebas médicas que a las personas cisgenero no se les obliga tan sólo por su experiencia. Recordó en época de pandemia donde se agudizó este problema en los centros de salud públicos. Sin ninguna sintomatología mandaban a hacerles pruebas rápidas de VIH y ni siquiera querían acercase a ellas:
“A veces ni siquiera te querían pasar. Te decían, “¿Qué tienes?” A ver, yo te reviso, así a distancia. Te tomaban si acaso la temperatura y fueron varios casos este. Te mandaban a Entonces, era algo espantoso porque pues realmente no puedes creer eso, que te manden a hacer pruebas de VIH”.
La activista reconoció que a las personas trans se les ha patologizado desde hace decenas de años, es decir su identidad de género ha sido cuestionada bajo el argumento de considerarla una enfermedad mental, así lo proponía la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta 2028. Es decir, hace apenas 8 años este organismo publicó una resolución donde determinó que la transexualidad saliera de la Clasificación Internacional de Enfermedades.
Dan Gonzalez añadió que no solo hablamos del ejemplo anterior, sino que que esta patologización se ha ido adaptando al ritmo de la sociedad y la información que reciben sobre este tema, ya que actualmente se ha llevado la idea al término “disforia de género” una idea que abona a la idea de enfermedad mental y que continúa perpetuando la estigmatización de las personas trans.
La activista reconoció que Jalisco vive una problemática mayor como lo son los casos de desapariciones ya que según el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD) hasta el día de hoy hay registro de dos personas trans desaparecidas en el estado:
“Sabemos que hay una violencia en todo el país que está desenfrenada. Y que de esa violencia no nos escapamos la comunidad de LGTB+. Hace un año tuvimos la oportunidad de hablar con la CEPAD y poder hablar de las personas LGTB de más que también son desaparecidas. Y además tenemos el caso de dos mujeres trans que todavía permanecen desaparecidas desde hace 4 años y no se ha podido hablar nada al respecto, no se sabe nada de ellas porque sus familias son las únicas que las están buscando. Eso es lo que ella denuncian”.
El estigma al que hace referencia la activista es precisamente la que normaliza la violencia hacia las personas trans, violencia como se puede observar, no solo en el todo, el país e, incluso, en Latinoamérica puede escalar hasta los transfeminicidios. Por ello, reconoció la importancia de “apropiarse del estigma” y hacer frente a las violencias que la sociedad realiza.
“Apropiándonos de la estima, no es que nos que nos divierta que la gente nos discrimine, sino que realmente nos apropiamos de la estigma. Un ejemplo claro que yo pongo es cuando yo estudiaba me decían, “Eh, parece mujer.” Yo me sentía como atacada, pero por cómo lo hacían para inferiorizarme. Y un día cuando yo les empecé a decir, “Sí, soy mujer.” Por eso creemos que movimientos disidentes como el como otras organizaciones siempre tratamos de ser como desobedientes de estas ideas”, añadió.
Por último, la integrante de la colectiva Bloque Crítico Disidente, enfatizó que como muchos problemas actuales, es necesario buscar la colectividad para poder trabajar en contra de la normalización de la violencia hacia las personas trans. La idea es hablar sobre este tema, conversar y reflexionar para así promover precisamente el respeto, la empatía hacia ellxs.
“Toda una serie de conocimientos que nos llevan a reconocer estos derechos humanos que no podrían ser posibles si la mismas personas no colaboramos en complicidad”, finalizó Dana González.


