Criada en una familia profundamente tradicional, Tatiana Martínez transitó de la disciplina estricta al descubrimiento artístico que transformó su vida. Entre la improvisación, el stand up y la catarsis del humor, halló un camino para romper con el deber ser, hablar de lo que muchos callan y conectar con quienes viven las mismas tensiones identitarias.
Por Michelle Valdivia / @mich_sinfiltro (IG) / @vulva.lirica (TikTok / IG).
Identidad es lo que piensas cuando nadie te escucha o cuando nadie te ve, pero la identidad también es atravesada por la mirada del otro, del deber ser, de los límites que edifican paredes entre tú y lo que eres; e identificarse entre todos los grises, también es político.
Tatiana Martínez desde el escenario ha encontrado los caminos que la llevan a ella, lugar donde no le estorba la pena, el qué dirán, el dogma, y la comodidad. La comediante ha explorado estar ahí haciendo de todo, pero cuando encontró la magia en la comedia y la solución a la fórmula: tragedia + tiempo = risa su vida cambió por completo.
Tatiana Martínez alías “Tats” estuvo en el programa “El club de Jack y Junior en 2002 – 2004 y en la webserie “Se murió la abuela” en 2013 – 2015; también había estado en escuelas de baile desde pequeña, pero no fue hasta que mediante la improvisación logró conectar en su totalidad con la voz que consigue exponer tabúes, crítica hacia la tradicionalidad, la religión y cualquier decálogo del deber ser que le quede chico a la experiencia de vivir.
En la actuación comenzó haciendo obras de teatro, y fue la conexión con algunos personajes la que logró comunicarle que contar una experiencia puede ser tan versátil como quieras. Después de seguir su sueño y mudarse a CDMX para hacer audiciones hasta encontrar algo que le gustara, decidió atravesar el confinamiento de Covid 19 estudiando improvisación, lo que la acercó a la comedia, una forma de contar la vida tomando una decisión al instante, reír o llorar y Tatiana decide reír.

“Fui la tercera de una familia muy tradicional, educada para tener puros dieces como diría Satán Chavez, y en un colegio de puras mujeres”, aunque inicialmente abrazó esa estructura, el despertar de su vocación artística y, sobre todo, de su identidad comenzó a chocar contra los límites impuestos.
Al venir de una familia sumamente religiosa y tradicional, lo que Tatiana hace con sus rutinas de stand up funciona como un puente entre el pasado y el presente que da un mensaje claro:
“Intentar ver la vida sin pensar qué diría la gente, que esta bien o que esta mal. Deja de lado tu brújula moral y dime ¿Tú cómo lo ves?” Tatiana elige escuchar a su cuerpo y que este sea su única brújula.
Después de una relación que la rompió, pero que gracias a su disolución, su red de apoyo y el arte, se reconstruyó desde la resistencia, Tats creó su show “Amonestaciones”, que tuvo la oportunidad de presentar en un Eurotour este año de Agosto a Octubre en Madrid, Barcelona, Florencia, Milán y Berlín. Escribir esta rutina no sólo formó parte de un proyecto, de un sueño por sí mismo, sino que como cualquier arte, le regaló catarsis.
“Me sentí tan mal, tan sola, que me dije: Me vale madre todo. Dejé de resistirme a ser quien era. Yo sentía que ese dolor en mi cuerpo era tan fuerte que era la única forma de liberar todo lo que me habían dicho que estaba mal. Tomé un camión y me fui, y en el camino, ese dolor físico se detuvo. La libertad no era una meta, sino una consecuencia de dejar de fingir.”

En el eco de las carcajadas se pueden encontrar verdades. El arte de Tats radica en la capacidad de tomar esa tragedia individual y elevarla a la esfera colectiva:
“Hay experiencias que tengo que sacar. Pero si tienes una tragedia de ayer, vas a llorar. La comedia necesita perspectiva para ver el dolor. Yo tomo mi historia, por ejemplo, los dogmas de fe que regían mi vida y las dobles morales familiares, y digo: Esto no es solo mío, esto lo viven miles de personas. Dejo de hablar de mi ex y hablo del arquetipo de la persona que te dice a la cara: Si es bien visto que los hombres sean infieles, ¿por qué no lo voy a hacer?. — Es hablar de lo que representas, que también expone identidades colectivas.
Tats nos comparte que renunciar a la comodidad es rendirse también a querer ser suficiente, entendiendo que nunca se puede serlo en cuanto a lo que marca el otro. La línea entre el entretenimiento y el mensaje más que separarlos muchas veces los conecta, quizás basta con que te sientas menos sola o solo respecto a alguna situación y te des cuenta de que alguien más te entiende, y te identificas.
Y otras también simplemente logra distraer tu realidad, y te permite respirar un poquito.
“Yo quiero que mi público se lleve un sentimiento de que, mientras me veían, se olvidaron de sí mismos. Se olvidaron de que debían tres entregas, que debían dinero, que les cae mal su jefe. Mi objetivo es que se vayan y digan: No sé qué pasó, pero me siento más a gusto que cuando llegué. Que alguien conecte es mi objetivo”.
Tats Martínez sabe que luchar por tus sueños es un camino difícil, pero a veces lo complica más el miedo de emprenderlo que el camino en sí: ¿Lo desconocido da miedo?, A mí ya no.
Hacer Stand Up es el arte de transformar experiencias, y no un arte menor como muchas personas creen, puede ser una mezcla de varias disciplinas que la mayoría del tiempo te colocan a ti mismx como el personaje principal pronunciado, y lo hace aún másvulnerable, porque tú: ¿Te atreverías a contar tu vida? Tats dice lo que todo el mundo quiere, pero nadie se atreve a decir.
Tatiana ha creado un espacio donde los dogmas sí se cuestionan. Tatiana dice que para contar una historia, de esta u otra forma, tu experiencia es suficiente, sigue tus impulsos. Lo que estas buscando ya te está buscando.



