La “refundación” deja en vilo a deportados y retornados en Jalisco

En Jalisco existe una gran presencia de personas deportadas (89 mil 074 entre 2012 y 2018) y retornadas (44 mil 566 entre 2010 y 2015) desde LOS Estados Unidos. Es un  grupo muy diverso y sus necesidades responden a sus distintas edades, su ubicación geográfica y sus distintos intereses. Los programas tanto en el ámbito federal como en el estado, han sido insuficientes para resolver sus problemáticas y existe poca claridad sobre cómo el nuevo gobierno de la Refundación, hará frente a los reclamos de esta población.

Por Ricardo Peña (@ricaardopena), Elena Castolo (@ElenaCastolo) y Ximena de Santiago (@ximenadsr).

A quienes han vivido en Estados Unidos y ahora se encuentran en México, se les nombra indiscriminadamente con distintos títulos: chicanos, mojados o ilegales, este último, un término inadecuado pues le pone la carga en el término al sujeto, a la persona y no al hecho de cómo ingresa al país. Son etiquetas que además de reproducir un gran estigma, no apelan a la gran diversidad de esta población, ni a la amplia cercanía entre las personas deportadas (quienes han sido perseguidos por las políticas migratorias estadounidenses) y las retornadas (que son quienes han regresado a México por interés propio). Es por eso que aquí se nombra a estas personas, como parte de la comunidad deportada y retornada de Estados Unidos.

¿Qué tan grande es esta población en Jalisco?

De acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), Jalisco es el estado número uno en personas retornadas; de igual forma, según información de la misma unidad, es el séptimo estado a nivel nacional de personas que han sido deportadas. En la siguiente infografía puedes consultar los datos que lo corroboran:

Al momento de indagar sobre la presencia de estas personas en los municipios del estado de Jalisco, la Unidad de Política migratoria (UPM) aseguró que “no cuenta con la información sobre municipio de nacimiento de los mexicanos repatriados”, de acuerdo con la solicitud de información SPMAR/UPM/535/2018.

Esto a pesar de ser quien tiene la obligación de generar cifras y estadísticas sobre “los registros y control de las entradas y salidas al territorio nacional de extranjeros y nacionales por los puntos de internación aéreos, marítimos y terrestres establecidos para tal efecto”, según el sitio de la unidad mencionada. La carencia de datos precisos por municipio o región, exhibe el desinterés gubernamental de no saber quiénes son las y los deportados, más allá de una cifra de cuántos por semestre interrumpen su estancia en Estados Unidos para ser devueltos a México.

¿Cuáles son las necesidades de los deportados y retornados en Jalisco?

Pedro nació en Acapulco, Guerrero, a la edad de 2 años viajó hacia Santa Ana, California con sus padres. Después de 19 años fue deportado, tras haber construido toda una vida en el país vecino, debido a la acusación de un crimen que no cometió. Actualmente vive en Jalisco debido a proyectos personales, los principales problemas que él ha tenido en el estado están relacionados con su adaptación en el país y que ha sido forzado a cuestionar y adaptar su identidad a las costumbres mexicanas. Además, él ha colaborado en el ya extinto Instituto Jalisciense para los Migrantes (IJAMI), por lo que cuenta con un amplio conocimiento sobre la realidad de la población. En el siguiente video puedes conocer su historia.

En Jalisco, quienes han sido deportados o retornados de Estados Unidos se encuentra frente múltiples problemáticas al llegar al estado. Principalmente, son producidas por la imposibilidad de contar con un documento que certifique su identidad mexicana.  Lo que obstaculiza el goce de distintos derechos, como la educación, la salud pública, el acceso a una vivienda, al seguro social y al trabajo formal.

A pesar de esto, hacen lo posible por gozar de estos derechos gracias a su capacidad individual de buscar alternativas que les permitan vivir una vida digna, tomando en cuenta la falta de un programa de inserción real por parte del Estado. Por ejemplo el acceder a un trabajo gracias a su búsqueda en la oferta laboral, pero no a la existencia de un programa gubernamental de integración que contemple el acceso al trabajo, como es el caso de Pedro.

Organizaciones de la sociedad civil como Otros Dreamer´s en Acción (ODA), han pronunciado su inconformidad frente a la ineficacia de las acciones gubernamentales que existen en relación con las problemáticas de los deportados y retornados. Así lo presentaron en la siguiente carta con fecha del 13 de julio de 2018:

“Cuando llegamos a México, todos los documentos que nos dicen que son válidos (matrícula consular, pasaporte e INE emitidos en Estados Unidos) no nos los aceptan ni para sacar dinero en los bancos …hemos caminado y dormido en las calles de México sin un documento de identidad…aunque ya lo dice la ley ni siquiera nos reconocen nuestros estudios de Estados Unidos ‘que por ser papeles gringos no son válidos’”.

“Nos hemos enfrentado a un contexto desfavorable durante nuestra deportación y retorno a México, los vacíos institucionales…nos hacen sentir que no somos bienvenidos…la discriminación sigue en nuestras vidas… para resolver los vacíos institucionales que no nos reconocen y nos violentan día a día, proponemos que se realicen mesas de trabajo con nosotros…la voz de los migrantes deportados y retornados”.

Al día de hoy, no ha sido anunciada ningún tipo de acción en el ámbito federal que alivie la incertidumbre de estos mexicanos en relación con sus problemáticas. Tampoco se ha definido qué estrategias se llevarán a cabo para garantizar un plan de inserción a su regreso a México, ni cómo se resolverán los vicios de las pasadas administraciones, con programas que priorizaban la bienvenida al país, más no la garantía del goce de una vida digna.

Un programa a prueba.

“Soy México” es el programa de la Secretaría de Gobernación puesto en marcha en agosto de 2016, por el que se puede acceder al acta de nacimiento a través de internet y se han solucionado algunos problemas como la complejidad del proceso de acceder a una identificación y su costo. Sin embargo, aún falta que se realice una gran difusión para que más personas puedan hacer uso de este derecho.

Frente a esta problemática, se han hecho diversos esfuerzos por parte de la sociedad civil. Como el ejercicio piloto realizado por el Programa de Asuntos Migratorios (PRAMI), junto con el Instituto de Estudios y Divulgación sobre Migración AC, que en colaboración con la Dirección General del Registro Civil de Jalisco y las oficialías municipales de Juanacatlán, Tepatitlán y Zapotlanejo, facilitaron el trámite para que las personas retornadas pudieran tener un documento de identidad. En este texto puedes consultar información para ser beneficiado por este programa.

Al llegar a la frontera norte de México, la población migrante pueden acceder a los servicios que ofrece el programa “Somos mexicanos” del Instituto Nacional de Migración (INM), instaurado el 26 de marzo de 2014. A los beneficiados se les otorga una constancia de repatriación, comida, kits de limpieza, traslados locales a centrales de autobús, boletos de camión y tarjetas telefónicas con saldo de 30 pesos.

De acuerdo con cifras de la UPM, este programa ha beneficiado a 701 mil 645 personas (dato actualizado al 31 de diciembre de 2018), lo que representa al 89.4% de la población.

Repatriados trabajando

Es una estrategia de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), que busca otorgar apoyos económicos solo a quienes han sido deportados de Estados Unidos y se encuentran dentro de la búsqueda de un empleo, las personas retornadas no pueden acceder a los beneficios de este programa.

Ya sea en la frontera norte del país o en su lugar de nacimiento, las personas pueden recibir hasta mil 500 pesos al mes. Sin embargo “Repatriados trabajando” no garantiza el cumplimiento del derecho al trabajo de quienes han sido deportados o retornados de Estados Unidos, lo que podría imposibilitar el acceso a una vida digna.

Además el número de beneficiados son escasos, entre el 2012 y el 2018, solo el 2.1% de la población tuvo acceso al programa, que en comparación con la cantidad de personas deportadas (89 mil 074 personas) se percibe una concentración de los esfuerzos de los gobiernos por recibir a las personas en la frontera y no por garantizar su plena inserción en su ciudad de origen, o tampoco se explica en qué momento la persona deportada decide, quedarse en la frontera, o volver al estado donde nació.

Gran parte de la oferta laboral enfocada a este perfil de ciudadano mexicano, encuentra en los call center´s, una oportunidad pues se requieren operadores de atención telefónica bilingües. En la opinión de Pedro, quien ha trabajado ahí, estos lugares pueden ser una aparente opción laboral, pero a largo plazo son contraproducentes para quienes han sido deportados o retornaron por voluntad propia, ya que no ofrecen crecimiento laboral ni desarrollo de otras habilidades.

El instituto más efímero de Jalisco.

El 4 de diciembre de 2018 miembros del Consejo de Migrantes Jaliscienses se pronunciaron en favor de la creación de una Secretaría del Migrante en Jalisco para la promoción de programas sociales para los jaliscienses radicados en Estados Unidos, así como la generación de políticas públicas en favor de las personas migrantes y sus municipios de origen. Sin embargo estas peticiones no fueron tomadas en cuenta.

El Instituto Jalisciense para los Migrantes (IJAMI), puesto en marcha en febrero de 2016 ha sido extinto. Así fue promulgado el 13 de diciembre de 2018 en el Periódico Oficial del estado por el gobierno de la Refundación. En su lugar, la nueva Secretaría de Igualdad Sustantiva desde la Dirección de Inclusión a Migrantes, llevará a cabo las 35 funciones que el anterior organismo realizaba. Si bien durante campaña, el actual gobernador del estado Enrique Alfaro, anunció esta decisión con el fin de multiplicar al triple el presupuesto de esta instancia; esto no ocurrió así, ya que de los 282 millones 805 mil 550 pesos aprobados para la nueva Secretaría sólo 1 millón 636 mil 993 pesos fueron designados al IJAMI; en 2018, este instituto tuvo un presupuesto de 5 millones 484 mil 885 pesos, así que no hubo multiplicación sino una disminución drástica de su presupuesto.

IJAMI realizaba trámites del Registro Civil, apoyos económicos en traslados y el retorno de niños, niñas y adolescentes no acompañados, asesoría migratoria y en la regularización de estudios de esta comunidad. Sin embargo solo el 21% de las personas deportadas y retornadas tuvieron acceso a los programas de este Instituto, de acuerdo con la solicitud de información IJAMI/UT/043/2018.

Como se puede observar, la estrategia que mayor penetración ha tenido con quienes su estatus es deportado o retornado, es la que motiva a permanecer en la frontera norte (Somos Mexicanos). La ausencia de un programa en el ámbito estatal y federal que garantice el goce de derechos se ve reflejado en la posibilidad de que las personas puedan tener una verdadera integración en su regreso a Jalisco.

La promesa que Enrique Alfaro hizo a los clubes de migrantes jaliscienses radicados en los Estados Unidos no se cumplió ni en lo presupuestal ni en los ofrecimientos de integrar a éstos al IJAMI. El peso económico de la remesas que estos migrantes mandan desde los Estados Unidos es sumamente importante para el estado; el propio IJAMI informó que entre 2012 y 2017, Jalisco recibió 13 mil 136 millones de dólares en remesas, este dinero enviado por los migrantes jaliscienses duplica el presupuesto de egresos de 2019; sin embargo, el gobierno de la refundación no tiene espacio ni oídos para ellos.

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Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

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