Buena intención, malas formas

Por Marcela Gómez

En Jalisco el gobernador ha propuesto aprobar una nueva ley, la de Participación Ciudadana. El Congreso de Jalisco convocó al foro Diálogos por la Gobernanza los días 26, 27 y 28 de febrero. La actividad se realizó a través de la Comisión de Participación Ciudadana, Transparencia y Ética en el Servicio Público, que encabeza Mariana Fernández, diputada por el PRI. ¿Cómo se vivió la primera jornada? Muy decepcionante, aquí te lo contamos:

La cita era a las 11 de la mañana en las instalaciones del Congreso de Jalisco. Si bien es un espacio abierto al que puede entrar cualquier persona, no es muy visitado. Para empezar, existe una frontera clara entre gobierno y ciudadanía; no cualquiera se anima a entrar, y una vez cruzada la puerta, hay un hombre que te pregunta a dónde y a qué vas. Pareciera una cuestión de valentía acudir al lugar donde personas cuyo salario viene del erario, toman las decisiones que rigen la vida pública del estado.

Hay ocasiones, como en marchas, protestas u observación del proceso legislativo, donde se concentran grupos de personas en las instalaciones del Congreso. Como sea, estar ahí sin ser integrante de la cámara local, es cuestión de iniciativa propia y convicciones, de empujar una puerta, de abrirla; no de que la abran para ti.

En una democracia, se debería tener el derecho involucrarse en los procesos de toma de decisiones de asuntos públicos. A eso se le llama, desde un enfoque, participación ciudadana, desde otro punto de vista es gobierno abierto.

Para los expertos y académicos del tema, son conceptos distintos y en construcción, pero para la ley, que tiene calidad de preferente y 60 días para terminarse, parece no existir diferencia relevante, y se dedica un párrafo a enunciar gobierno, parlamento y juicios abiertos sin desarrollar qué se entiende por cada uno o cómo funcionaría en la práctica. Esa, fue una de las muchas cuestiones que criticaron los participantes en la primera sesión de Diálogos por la Gobernanza.

Es importante distinguir entre participación de la ciudadanía y apertura del gobierno, y pensar con más detenimiento las relaciones de causa efecto entre ambos. Es necesario tomar postura en cuestiones que son como  “el huevo o la gallina”, sobre todo cuando se quieren diseñar mecanismos que mejoren la calidad de la democracia.

En el fondo hay una disputa vigente por los alcances de cada parte, ciudadanía y gobierno. ¿Quién abre la puerta y en qué momento?

En política la forma es fondo y por cómo estuvo organizado el encuentro y el protocolo que se sgiuió, se evidencia qué tipo de participación busca el ejecutivo estatal al enviar la iniciativa de ley. Las primeras en hablar fueron las funcionarias directamente involucradas con el proceso: Mariana Fernández, presidenta de la Comisión de Participación Ciudadana y Margarita Sierra secretaria de Planeación y Participación Ciudadana.

Ambas funcionarias destacaron la importancia de perfeccionar la iniciativa de ley con los puntos de vista de la sociedad civil. Margarita insistió en que la aportación de los colectivos es enriquecedora y contribuye a que sientan la ley “como propia”.

Por su parte, Mariana mencionó las herramientas que se buscan agregar, a saber, ratificación de mandato, asambleas ciudadanas, comparecencia pública, planeación participativa, colaboración ciudadana, diálogo colaborativo y proyecto social. Hizo hincapié en la libertad que se da desde el legislativo para que la ciudadanía participe. “Es totalmente abierto”, expresó.

Tras la rueda de prensa, quienes organizaron dirigieron a las y los participantes, moderadores y relatores al salón Legisladoras Jaliscienses, donde se llevaron a cabo las mesas de trabajo. La logística fue buena, había personal que indicaba dónde se encontraba la mesa que correspondía según la etiqueta otorgada en el registro.  La puntualidad no tanto, eran las 11:38 de la mañana y los foros no comenzaban aún, para un ciudadano que interrumpe su agenda de vida ¿qué tanto debe importar la puntualidad?

La distribución de las mesas fue arbitraria, pensando más bien en el espacio y la proporción de participantes. En las tres se hablaron de los mismos temas: 1.-Mecanismos de Participación Ciudadana 2.- Políticas Gubernamentales y 3.-Funciones de actores y conformación del Consejo. En cada mesa había una o un moderador, relator y alguien más para anotar las ideas centrales.

En la mesa dos Paul Alcántar, representante del Observatorio Legislativo del ITESO moderó las intervenciones, que no debían exceder el minuto y medio. En la mesa había borradores impresos para apoyar los argumentos y facilitar la discusión. Desconozco si preguntaron a los participantes si las requerían o fue una decisión unilateral de la Comisión. Fueron cientos de hojas de papel que contadas veces se consultaron y que seguramente costaron varios miles de pesos.

En Jalisco hay muchas voces por escuchar, muchos grupos con necesidades específicas y algo que decir, no obstante, al foro acudieron principalmente representantes de observatorios como Jalisco Cómo Vamos, el legislativo del ITESO y del SEA (Sistema Estatal Anticorrupción). Además estuvieron presentes regidoras y regidores de Guadalajara, Zapopan y Tonalá. También participó la diputada plurinominal de MC, Mara Robles, quien escuchó más de lo que habló, pero cuando tomó la palabra, fue para exponer una anécdota que ejemplifica cómo se rompe el tejido fino en la política entre votantes y votados, pasada la jornada electoral.

La única ciudadana que iba en nombre propio fue la autodenominada feminista y educadora popular Cuca Ávila, quien se quejó de la premura de la convocatoria y su falta de difusión dada la prisa. “No hay que hacer esto con prisas, así nos quitaron el Instituto Jalisciense de las Mujeres”, sentenció.

El primer tema a debatir fue el de los mecanismos de participación. Los principales cuestionamientos se refirieron a la autonomía del IEPC y la pérdida de facultades con las que ya cuenta. Se mencionó que es necesario dar a conocer el criterio para establecer una figura jurídica alterna. También señalaron que la ley está redactada de manera confusa y desordenada, cuestión que no abona a la apropiación de la misma.

Por su parte, Álvaro Quintero, del observatorio permanente SEA expresó su preocupación por la discriminación que propicia que los mecanismos están diseñados pensados para la zona metropolitana de Guadalajara. También sugirió tener fechas establecidas para consultas no urgentes, y así propiciar la participación. Señaló también que deberían incorporarse las nuevas tecnologías, puso de ejemplo las firmas del SAT y la aplicación que desarrolló el INE las pasadas elecciones.

Fue una inquietud compartida el riesgo que existe de burocratizar y desalentar la participación, que sea una simulación más. Otra precisión fue que la ley tiene que ser un documento vivo y flexible capaz de atender cuestiones que no se han planteado aún.

Originalmente se había propuesto tratar un tema por día, pero de último momento y sin avisar a las y los participantes, se decidió discutir los tres puntos cada día. Una vez más aquello de que forma es fondo se redujo a que las autoridades sólo avisaron el cambio. Esto ocasionó sorpresa y molestia, pues la mayoría no iban preparados. Con todo, se procedió a analizar el segundo punto: políticas gubernamentales.

“Es una tomada de pelo”, así calificó Álvaro Quintero el apartado que se refiere a gobernanza. Acusó que la iniciativa tiene un desorden que hace pensar que copiaron y pegaron fragmentos que fueron encontrando. Coincidieron con él cuando dijo que existen deficiencias conceptuales graves. También cuestionó replicar figuras como el cabildo abierto en instancias estatales, así como la exclusión de comunidades rurales y la pérdida de autonomía de los municipios.

No se pueden hacer refritos de leyes anteriores en una iniciativa que pretende ser innovadora, pero al parecer esa es la forma en la que le gusta trabajar al gobernador de Jalisco, así lo demuestra la conformación de su gabinete. La ley, como la Refundación en el inconsciente colectivo aparece más como una revoltura de cosas que ya existían y no funcionaban pero se presenta como algo nuevo y con el potencial de cambiar y regenerar la sociedad jalisciense.

Por último se habló de la conformación del Consejo. Para entonces la secretaria Margarita Sierra estaba presente en la mesa, escuchando con atención cómo advertían que la presidencia del Consejo no debería estar a cargo de las autoridades para proteger la autonomía y evitar que -ella misma- sea juez y parte.

En tono de broma dijo “me quieren hacer golpe de estado”, pero agradeció las observaciones, aprovechó para invitar a que lean el reglamento y cerró “espero que hagan su tarea para que la ley quede lo más completa posible”

Una de las preguntas necesarias fue acerca de la designación del primer Consejo. Se propuso organización por temáticas, con paridad y enfoque de género e incluir población de todas las regiones del estado. También mencionaron el reto de integrar personas que no están organizadas ni adheridas a ninguna asociación.

Pese a que la mesa estaba integrada por 18 personas, se escucharon pocas voces y sin embargo hay mucho que decir sobre la iniciativa, que tiene que aprobarse contrarreloj en 60 días. Al final se hizo un resumen de lo discutido en una cartulina y se nombraron a Álvaro y Cuca como voceros para exponer lo trabajado con el resto de las mesas, que tuvieron observaciones muy similares.

En el primer ejercicio de tres sesiones, quedó en el aire la idea de que si el gobernador Enrique Alfaro con el respaldo del Congreso busca involucrar a la ciudadanía en decisiones como el presupuesto, la planeación o la elección de prioridades de atención, tiene que asumir el compromiso del ejemplo y diseñar la ley desde la pluralidad que precisamente quiere reflejar.

El gobernador de Jalisco debe entender que la democracia es conflicto, contraposición y pugna de significados, intereses, puntos de vista y experiencias. Como tal, no puede ni debe hacerse de manera apresurada, selectiva y con mayoría de participantes de su equipo, de lo contrario la iniciativa de ley de Participación Ciudadana se vuelve una carta de buenas intenciones.

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Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

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