En Ocotlán no saben qué respiran

La última vez que se midió la calidad del aire que respiran los habitantes de Ocotlán, Jalisco, fue hace 10 años. Saber qué partículas o contaminantes permanecen en el ambiente es una actividad que no preocupa ni interesa a las autoridades municipales, ya que ni presupuesto destinan para estos fines.

Por Frida Cruz Valdivia y Carlos Melgoza Sepúlveda.

En Ocotlán, Jalisco, nadie sabe cómo está el aire que respira. El último monitoreo atmosférico fue en 2010 y, desde entonces, se tiene en el olvido. Para las autoridades gubernamentales este tema no es prioridad, puesto que desde el año 2015 -al menos desde que se tiene certeza- no se han tomado acciones, ni se ha destinado presupuesto que busque solucionar la problemática medioambiental.

Mediante la solicitud de información registrada en el expediente 984/2019, el Gobierno Municipal de Ocotlán declaró no haber destinado presupuesto para la realización de monitoreos de la calidad del aire, ni para la ejecución de política pública que busque mejorar la problemática de contaminación atmosférica, durante los años 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019.

Stephany Arellano, geógrafa del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara, opinó en entrevista explicó el por qué son necesarios los monitoreos periódicos de la calidad del aire:

“Ocotlán es una ciudad muy pequeña, pero tiene varios factores que generan contaminantes como las fábricas de muebles, las ladrilleras, Nestlé, y las emisiones de los vehículos. Son demasiadas las fuentes que están emitiendo partículas hacia la atmósfera que hacen que se esté contaminando una área muy pequeñita”.

La regidora de medio ambiente en Ocotlán, Karinna Romo, aseguró que esta inacción y falta de interés en el tema ha estado presente desde hace ya casi diez años, lo que demuestra no estar dentro de las prioridades del gobierno municipal:

“Falta mucha voluntad la verdad, mucha voluntad. Aquí se requiere ganas de trabajar y de querer hacer las cosas. de reconocer que existe un problema muy grave”.

Este reportaje expone la falta de monitoreos de la calidad del aire en la ciudad de Ocotlán, Jalisco, las causas de por qué no se realizan éstos, los principales agentes de contaminación atmosférica y cuáles son aquellas acciones, o inacciones, del gobierno municipal sobre el tema. También, se plantea lo que se debería de hacer, desde una mirada  científica, tomando en cuenta el contexto actual de la zona. 

Presupuesto ambiental

La población de Ocotlán, Jalisco, ignora el estado en el que pueda encontrarse el aire que respira a diario. Hace nueve años que el ayuntamiento ocotlense no realiza monitoreos de la condición atmosférica de la ciudad, y a partir del año 2015 -desde que se tiene certeza-, hasta la fecha, este tema no está dentro de las finalidades del presupuesto financiero gubernamental.

A través de la respuesta a la solicitud de información señalada con el número de expediente 984/2019, el gobierno municipal de Ocotlán declaró que se revisaron los registros contables y no se encontraron gastos por los conceptos de recurso económico destinado a monitoreos del aire y a políticas públicas que atiendan la contaminación atmosférica en los años 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019.

Según el regidor de salud, Manuel Gutiérrez, sí se ha destinado dinero en los rubros mencionados arriba:

“Hasta donde tengo conocimiento, se aprobó en la ley de egresos, sí hubo para el medioambiente. A lo mejor no mucho, por lo mismo que no hay recurso, ya se ha dado a otro tipo de prioridades, pero sí se ha dado hasta donde yo sé”.

Como se ve, su declaración es desmentida con lo expuesto en el expediente 984/2019.

Karinna Romo, regidora de medioambiente, afirmó que no hubo recurso económico otorgado para 2019 en este concepto. Mencionó que el presidente municipal, Paulo Gabriel Hernández: “decía que se podía ver la manera, pero realmente no hubo. La propuesta se hizo, se aprobó y medioambiente no obtuvo nada”.

Gobierno federal, estatal, municipal, no hace nada. No hay presupuesto. Con todo lo que haga ruido, lo que pueda ver la sociedad, excelente”, comentó una fuente ex oficial, que pidió mantenerse en el anonimato.

Adriana Hernández, investigadora de la Universidad de Guadalajara, consideró que el gobierno de Ocotlán no le da importancia a este tema porque “no le dedica buena parte del presupuesto al mejoramiento ambiental. Como no está en la agenda política, no es de la línea prioritaria”, indicó.

“Sale recurso para muchísimas más cosas y por qué para el medioambiente no. Me da mucha tristeza que a veces yo los veo diciendo mediáticamente maravillas, que todo está bien, pero no está así, la verdad no”, se quejó Karinna Romo.

Por su parte, M. Gutiérrez coloca a los recortes presupuestales que ha hecho el gobierno federal como los causantes de que los municipios ya no tengan apoyo suficiente para cubrir todos los gastos requeridos: “¿De dónde se saca para poderlo hacer? Nos han amarrado las manos a los municipios en ese tipo de situaciones, cuesta poderlo manejar”, dijo.

Mientras tanto, Adriana Hernández, opinó que el Gobierno Municipal de Ocotlán puede abrir programas que generen su propio ingreso económico, y añadió que si el presupuesto para medioambiente no es prioritario a nivel federal, no quiere decir que a nivel municipal no lo sea.

“¿Dónde está la autonomía del municipio, el artículo 115 Constitucional: municipio autónomo? Hay cierta dependencia de los ayuntamientos siempre a que les de la federación o el estado, porque para ellos es imposible generar algo”, precisó.

La condición medioambiental -como pasa con el presupuesto-, a nivel política pública, no se desarrolla de la mejor manera posible. Según contó Adriana Hernández, de las estrategias que integran el Programa de Ordenamiento Ecológico Local del Municipio de Ocotlán (POEL), “las que prosperaron son las que van más hacia lo económico que hacia lo ambiental. Nunca el Lago de Chapala, ni los ríos, ni la contaminación, están como prioridad”.

Prioridad y presupuesto, en este tema, están directamente relacionados: si el gobierno no destina recurso económico para saber cuál es el estado de la atmósfera en la que viven los ocotlenses, es porque para éste, la situación no representa relevancia. 

Política Pública

La gestión de acciones gubernamentales que pudiera atender la problemática medioambiental de Ocotlán está encerrada en un bloque difícil de franquear: las autoridades no destinan presupuesto financiero -como ya se mencionó en otros apartados- que abone a la situación, hay incongruencia entre los programas y planes de desarrollo municipal, y -según la regidora de medioambiente- existe una “falta de voluntad política” en la búsqueda de soluciones.

En el Programa de Ordenamiento Ecológico Local del Municipio de Ocotlán – Agenda Ambiental, apartado IV.C, se hace una descripción de cómo está la contaminación del aire en este lugar, pero no se menciona o propone ninguna acción para disminuir las emisiones contaminantes expuestas ahí, aún y cuando se trata de una agenda de ordenamiento ecológico y ambiental.

Son nueve los compromisos ejes que integran el Plan de Desarrollo Municipal 2010-2020 (PMD), del Gobierno de Ocotlán, de ellos, el que está en primer lugar es “Incrementar los niveles de calidad de vida”, y como último compromiso se lee “Ordenar el territorio y proteger el Medio Ambiente”.

Según Adriana Hernández, el primer objetivo no se puede cumplir si se deja el cuidado del medioambiente al final de todo. “A ese nivel está la política ambiental local. No tengo nada más que decir”, expresó la investigadora.

El PMD, en el eje de Desarrollo Ambiental Sustentable (página 20), contempla: “Dotar de infraestructura a la población, ser cuidadoso de aire, ser responsable de la basura y de demás desechos, , responsable del agua, responsable y cuidadoso del suelo, y promotor de la educación ambiental, en la municipalidad”. Los hallazgos de esta investigación, como ya se ha escrito, demuestran que en el cuidado del aire, este eje, no ha pasado del verbo a la acción.

La gestión de política pública para el cuidado del aire en Ocotlán se ve limitada por las rivalidades partidarias del ayuntamiento.

Karinna Romo, regidora de medioambiente, afirma que lleva un año presentando iniciativas que han sido rechazadas en poco tiempo, sin siquiera leerse. Contó que cuando intentó meter una propuesta en 2018 dentro del presupuesto para el año siguiente, “el día de la última sesión de esa comisión, yo me presenté, y la desahogaron rapidísimo. Yo creo que ni en 5 minutos”.

Romo explicó que la comisión encargada de evaluar las propuestas que presenta está integrada por representantes del partido Movimiento Ciudadano.

“No sé si es revanchismo político, o si no es. Yo soy de otro partido político, no sé si tenga qué ver eso, o sí no tenga que ver. Yo soy de Acción Nacional, pudiera ser que por revanchismo político”, expuso.

Manuel Gutiérrez, regidor de salud, detalló que las iniciativas que presentó Karinna Romo se denegaron porque fueron mal redactadas y sin argumentación que las respaldara:

“Si se le rechazó a medio ambiente fue porque no estuvo bien sustentada su iniciativa. Nos puede pasar a todos, si yo meto una iniciativa y está mal hecha pues no se va a aprobar, si no lleva el sustento adecuado, la manera en cómo se va a gestionar es obvio que te lo van a rechazar”.

Adriana Hernández también considera que el ayuntamiento de Ocotlán “en lugar de trabajar más rápido, como que se siguen metiendo los pies unos a otros”, y agregó que el gobierno municipal:

“es un chilaquil que observa qué está haciendo el otro para cortarle, cortarle y cortarle. Demasiada política, poca planeación y poca acción”.

La deficiencia e incongruencia en elaboración de propuestas que pudieran mejorar la situación medioambiental, según Stephany Arellano, geógrafa del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara, se da porque existe una brecha muy grande entre los tomadores de decisiones y la parte científica:

“La parte política se van ellos muy utópicos, dicen ‘queremos lo mejor para el país’, pero no siempre especifican cómo, o cuándo sí, no es con las bases científicas apropiadas”, planteó.

Adriana Hernández también señaló que no existe ninguna relación entre los investigadores de la universidad y el gobierno ocotlense:

“Ni siquiera quieren enterarse qué estamos haciendo. si no se han acercado, si no han tenido el menor interés en sumar a sus políticas públicas algo de lo que nosotros hemos encontrado, es porque desde mi punto de vista, no es que no tengan interés, es que no es prioridad”.

Actualmente, entre las acciones que se propone hacer la comisión de medioambiente está actualizar el Reglamento de Ecología vigente, en materia de sanciones, para aumentarlas y así reducir la facilidad con la que se ignoran éstas. Con lo que esperan que la población civil entienda que debe cuidar el entorno natural.

La misma comisión está en gestiones para reubicar a las ladrilleras, es decir, sacarlas del interior de la ciudad. Se convenció del movimiento a 35 ladrilleras, y el resto no ha aceptado.

Los ladrilleros que han decidido no abandonar sus sitios es porque “no están organizados, todavía no han llegado a ese acuerdo entre ellos”, informó Ulises Gutiérrez, director de Ecología en el Gobierno Municipal de Ocotlán.

Las consideraciones que se tomarán en cuenta para la reubicación geográfica de estos ladrilleros son el presupuesto económico con el que cuentan éstos y la elección de una área que en la que no haya casas habitación.

En cuanto a la distancia exacta considerada entre el nuevo sitio de las ladrilleras y las viviendas de población civil, Ulises Gutiérrez dijo “no tengo ahorita el dato exacto. Lo checo y se los hago llegar . Es en el camino a San Miguel, como a kilómetro y medio del paso hacia San Miguel”.

Ante este plan que tiene la comisión de medio ambiente sobre el traslado de las ladrilleras fuera de la ciudad, la fuente ex oficial anónima expuso que la distancia entre las viviendas y las ladrilleras debe ser no menor a tres kilómetros, y añadió que:

“Karina Romo no conoce ni dónde están los ladrilleros. No sabe del tema. Una cooperativa de ladrilleros ya está instalándose por la carretera a San Miguel de la Paz y es al kilómetro siete”.

En la página 23 del documento titulado ProAire Jalisco 2014-2020, expedido por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Sedatu), se lee:

“La instrumentación de programas y normas para la gestión de la calidad del aire, en los que se planteen acciones que regulen y mitiguen la contaminación del aire, es fundamental para mejorar la calidad del aire en el Estado”.

Con lo expuesto en este apartado, se puede argumentar que el caso ocotlense no sigue ni las recomendaciones estatales.

¿Por qué no se hacen monitoreos?

El regidor de Salud, Manuel Gutiérrez, considera que a él no le corresponde gestionar la realización de monitoreos en la ciudad de Ocotlán, aun y cuando Adriana Hernández, Stephany Arellano y él mismo dijeron que la situación del medioambiente está relacionada con la salud de la población.

“Eso va más relacionado a ecología y medio ambiente, yo no tengo nada que ver en esto. En el asunto de lo médico, si no hay datos desde el 2010, cómo vamos saber realmente en qué condiciones estamos”, respondió Manuel Gutiérrez, ignorando responsabilidades y sin hacer ninguna propuesta.

La regidora de medio ambiente, Karinna R., comentó que el director de ecología tuvo una reunión con la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), donde se mencionó que los monitoreos tienen que ser pedidos con mucha anticipación porque son muchos municipios y hay pocos equipos.

“Yo pedí en varias ocasiones el monitoreo, me decían: no porque están ocupados en la ZMG . Entonces el laboratorio móvil de Jalisco no se da abasto”, declaró la fuente ex oficial anónima.

Ante esta situación, Karinna Romo considera que si juntan en bloque los municipios de Jamay, Poncitlán y Ocotlán podrían exigir mejor al gobierno del estado la realización de exámenes atmosféricos en la zona: “Es necesario juntarnos como zona metropolitana los municipios que la integramos para hacer un poquito más de presión y manden el monitoreo”.

Según la perspectiva de M. Gutiérrez, la calidad del aire en Ocotlán sí está mal, y sí es necesario hacer monitoreos de la atmósfera, sin embargo, considera que es inútil gastar tanto dinero en chequeos periódicos:

“¿Se necesita hacer unos monitoreos? Pues sí efectivamente, pero de qué nos sirve hacer los mismos monitoreos, invertir tanto dinero, porque se necesita mucha lana para poderlo hacer, si no estamos haciendo que la misma población tome en cuenta y ponga de su parte para evitar problemas”.

La geógrafa del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara, Stephany Arellano, informó que una estación básica fija meteorológica ronda los 40 mil pesos. Una más equipada, con mayor número de sensores, evidentemente será más cara. “No quiero comprometer una cifra. Pero una estación básica, sí cuesta alrededor de 40 mil pesos”, expresó.

Entre que si es caro o no hacer monitoreos del aire, junto con la inacción de las autoridades, la composición química de la atmósfera ocotlense lleva nueve años siendo ignorada y sin conocerse.

De acuerdo con datos encontrados en una publicación de La gaceta de la Universidad de Guadalajara el 15 de enero de 2018, “el último registro de la calidad de aire que se posee es del periodo del 25 de mayo al 4 de septiembre de 2010”.

Los resultados de este chequeo mostraron una calidad del aire regular. Sin embargo, de esa fecha a la actualidad, las condiciones pueden cambiar, sobre todo porque la ciudad está creciendo y con ella los agentes contaminadores.

“Considero que han cambiado las condiciones ambientales de 20 años para acá, en términos de mayor ampliación de la mancha urbana. Eso impacta al ambiente, en principio si hay cambio de uso de suelo, de un territorio natural a un territorio urbanizado, industrializado, obviamente va a ver más contaminación”, compartió Adriana Hernández.

Stephany Arellano hizo conocer que cuando se realizó la medición de la calidad del aire en el año 2010, se utilizó una estación meteorológica movible. Ella considera que por eso no se le dio seguimiento a los chequeos.

En base a la confiabilidad de los resultados arrojados por la estación de monitoreo móvil en 2010, S. Arellano mencionó que:

“los resultados en teoría tienen que ser confiables, porque no hay un punto de partida o un antecedente histórico con qué compararlos y como los datos que se tienen son solamente de un estudio que es del 2010, entonces yo consideraría que sí son creíbles”.

La NORMA Oficial Mexicana NOM-156-SEMARNAT-2012, en su apartado Campo de aplicación, menciona que la ejecución de monitoreos atmosféricos es obligación para los gobiernos locales con las siguientes características:

– “Asentamientos humanos con más de quinientos mil habitantes”

– “Zonas metropolitanas”

– “Asentamientos humanos con emisiones superiores a veinte mil toneladas anuales de contaminantes criterios primarios a la atmósfera”

– “Conurbaciones”

– “Actividad industrial que por sus características se requiera del establecimiento de estaciones de monitoreo de calidad del aire y/o de muestreo de contaminantes atmosféricos”.

Aunque la norma limita a que se hagan monitoreos de la calidad del aire por número de habitantes, también expone que estos exámenes atmosféricos se deben practicar en zonas con actividad industrial. El caso de Ocotlán, y de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2010, reflejan que este municipio cuenta con 92 mil 967 personas, por lo que el primer requerimiento de esta ley no aplica. Pero en la zona ocotlense, existe actividad industrial por la cual se debería ejecutar el último punto de los citados en el párrafo anterior.

Stephany A. valoró la situación y dijo que sí son necesarios los monitoreos, sobre todo porque “son demasiadas las fuentes que están emitiendo partículas hacia la atmósfera que hacen que se esté contaminando una área muy pequeñita”.

Agentes contaminantes y sus consecuencias en la salud

Ocotlán huele diferente, no huele como a los otros municipios que están pegados a esta región, y tal vez, sea uno de los rasgos más distintivos para aquellos que quieren visitar esta ciudad, que cada vez, es más industrial.

“Yo he escuchado muchas veces de la gente que no es de aquí, que ellos reconocen cuando llegan a Ocotlán porque empieza a oler feo. Ocotlán huele raro”, comentó Adriana Hernández.

Pero, ¿Cómo saber a qué huele Ocotlán sino se sabe en qué condiciones está su aire? La académica puntualiza que en los últimos 20 años la mancha urbana ha tenido un gran crecimiento en la región, y las industrias, no se han quedado atrás:

“En esos años se ha transformado su uso de suelo y eso ha generado un mayor impacto ambiental en el agua y en el aire y hasta donde yo sé, hay una relación entre la contaminación de Ocotlán y las enfermedades respiratorias y hasta gastrointestinales”.

En el documento Programa de Ordenamiento Ecológico Local Del Municipio De Ocotlán, Jalisco, coordinado por el Dr. Luis Gabriel Torres, el Mtro. Jonatán Godínez Madrigal y la Lic. Alma Leticia Hernández Villalvazo, en 2010, se exponen tres principales modalidades de contaminación que existen en Ocotlán: el humo de las ladrilleras, los químicos de las muebleras, y la quema de basura. Según el texto, un porcentaje elevado de talleres muebleros y ladrilleros no tienen una zona adecuada que haya sido planificada para el desarrollo de dichas actividades y sin la apropiada evaluación de riesgos y zonas de contención.

Igualmente, presenta los lugares donde están ubicados la mayoría de los talleres muebleros, que están esparcidos por toda la ciudad, mientras que los ladrilleros, se concentran solo en dos espacios concretos del municipio: la colonia Lázaro Cárdenas (El Fuerte) y Riveras de Zula (La primavera). Sin embargo, esta mala calidad del aire no es un problema exclusivo de la cabecera municipal, ya que en las zonas rurales se queman los restos de las cosechas que ya no sirven.

“La industria mueblera es la que más trabajo da a los habitantes de Ocotlán, y a su vez es una de las que más contamina, sobre todo en los procesos menos controlados que se hacen en todo tipo de empresas “informales” (Chicas, medianas o grandes) sobre todo en espacios improvisados como en las partes traseras de las viviendas”, se lee en el mismo documento (Página 21).

Asimismo, los autores de ese documento señalan que existe cierta coalición entre los muebleros y los ladrilleros, los últimos, utilizan como insumo quema de los aserrines y residuos de los primeros. Lo que se usa principalmente es un material llamado MDF (fibras de madera de densidad media, por sus siglas en inglés) que es aserrín compactado junto con otros químicos, y utilizado para prender los hornos donde se fraguan los ladrillos.

La fuente ex oficial, explicó un poco sobre el proceso que llevan los ladrilleros:

“Un horno para 12 mil ladrillos lo quemaban de 24 a 28 horas de cocción nomás con los sopladores. Entonces se compró un tanque de mil litros para aceite quemado con sus ductos, unos sopladores y turbinas”.

Con dicho tanque, el aire intensifica el nivel calorífico y se logra reducir el tiempo de cocción hasta 12 horas, un 50% menos de contaminación.

También, explicó que cuando se calienta el horno, el aceite -que es indispensable para la realización de los ladrillos- a cierta temperatura se quema, es flamable, y si no se tiene la temperatura adecuada gotea, lo que lo hace un alto componente contaminante. Desgraciadamente, no son sólo ladrillos los que llegan a meter a los hornos, algunos ladrilleros llegan a fundir ciertos plásticos como las llantas.

Ahora, si se trata de la quema de basura, el POEL menciona que el 26 de diciembre de 2009 el periódico El Faro reportó:

“Es común que la gente queme llantas al aire libre, según el decir de los ocotlenses como parte de sus tradiciones; también algunos carretoneros al no poder pagar la cuota para desechar su recolección diaria de basura que les cobran en el vertedero oficial, simplemente queman su basura en el acampado y terrenos baldíos; y por otro lado, los agricultores queman a lo largo del año los residuos de las cosechas que ya no se van a necesitar”, se cita en la página 24 del documento.

Y aunque este programa incluya en sus contenidos que hay una “agenda ambiental”, no se plantea ningún tipo de agenda o cronograma que enliste las posibles soluciones a las problemáticas ambientes de Ocotlán, sólo se explica el problema en cada uno de sus subtemas.

La geógrafa Stephany Arellano piensa que son varios los componentes que aumentan la contaminación atmosférica en un área que es “muy pequeñita”, entre ellos, la industria:

“La fábrica de Nestlé debe tener una planta tratadora de sus contaminantes. Pero muchas de las industrias no lo hacen porque son muy caras y es muy caro el mantenimiento. Hablar con la industria privada sí es como otro tema”, explicó.

La fábrica Celanese tenía 72 años funcionando en Ocotlán, y cerró su historia el 31 de octubre de 2019. La empresa que se dedicaba a la producción de químicos para diferentes industrias, sí llegó a monitorear el aire de la ciudad según M. Gutiérrez, quien dijo que en una sesión que tuvo con los empresarios de Celanese,

“llegaron a la conclusión de que cada vez que ellos hacían el monitoreo encontraban en el medio ambiente fertilizante e insecticidas o pesticidas de lo que utilizaban los agricultores, ¿cómo es que están llegando esas sustancias a Ocotlán? pues es sencillo, ellos mismos lo comentaban, llega la avioneta, tira el fertilizante y se va a un porcentaje a la mancha urbana”.

Esto según el regidor, pueda explicar porque existen personas con insuficiencia renal.

Por su parte A. Hernández, quien ha vivido en Ocotlán los últimos 20 años, cree que el olor era una señal de que algo no funcionaba correctamente:

“Obviamente también la industria, tema sensible porque Celanese cerró, pero cuando pasabas en la noche, olía mal. Había vapores que te causaban molestia”.

La investigadora cree que es posible que la contaminación en el aire no se alcance a apreciar, pero sí se puede percibir a través del olfato o de los ojos. Sin embargo, alrededor de las cinco de la tarde en la Avenida Universidad, la contaminación en el cielo es indiscutible. Además, expuso que en la región existe un parque vehicular que se encuentra descuidado, y eso, es otro elemento que afecta el aire.

“Para cualquier ocotlense, es conocido que los ríos huelen horrible. Es como de los elementos que más impactan y que más molestan. Porque en este caso el Río Zula y el Río Santiago se han convertido en los vertederos de aguas municipales, industriales y demás”, continuó Adriana Hernández.

Hasta los años 90 todavía eran ríos vivos, es decir, donde había peces, flora nativa, y se podía ver el agua limpia, según cuenta la académica de la UdeG, por lo que en treinta años, aproximadamente, se ha transformado la calidad de los ríos, “eso obviamente tiene que ver con el aire. Es decir, lo estamos inhalando”.

Mediante una solicitud de información al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Ocotlán, se encontró que el asma está ubicada como la enfermedad número nueve en la lista de los principales motivos de consulta en 2017 y 2018 con 380 y 308 casos respectivamente. Conjuntamente, se observó que la neumonía fue la primera causa de muerte en 2017 con 160 casos y en 2018 fue la segunda causa con 119 causas de mortalidad. Asimismo, en los dos años ya mencionados, la insuficiencia renal crónica estuvo ubicada en cuarto lugar con 31 y 26 casos de muerte correspondientemente.

En tanto, Manuel Gutiérrez -regidor de Salud- acepta que las enfermedades respiratorias van en aumento:

“En lo que a mí me consta, aquí en Ocotlán hay muchas personas con problemas asmáticos o con alergias, bronquitis severa o aguda, insuficiencia renal y enfermedades crónicas”, indicó.

¿Cómo lo percibe la gente y qué se debería de hacer?

“Es probable que sea mi percepción, pero considero que el hecho de vivir acá en Ocotlán, se tiene la impresión de que vivimos en un entorno limpio. La ciudadanía está con la idea que Ocotlán es limpio. No hay la gran contaminación como en Guadalajara o en las grandes ciudades”, dijo la investigadora Adriana Hernández, quien en base a su experiencia, considera que los ocotlenses no están realmente conscientes de la contaminación que respiran, exceptuando a los que viven más cerca de los epicentros de contaminación.

Para averiguar un poco sobre lo que los ciudadanos opinan, se realizó un sondeo a diez personas mayores de edad en el centro de Ocotlán para conocer su percepción sobre la contaminación atmosférica, aquí los resultados:

Como se puede observar, cuatro personas creen que la calidad del aire en Ocotlán es buena, una persona no lo sabe y cinco lo consideran malo, lo que nos dice que la mitad de estas personas sí están más conscientes de los contaminantes que se respiran, como por ejemplo Ezequiel Orozco: “Yo vivo allá donde están las ladrilleras y siempre hay mucho humo. Se supone que solo pueden fundir los martes y viernes, pero queman los días que se les da la gana”.

Salvador García es otro de los afectados, ya que contó que vive cerca de una planta tratadora de agua: “Yo vivo por Santa Cecilia, y siempre hay un olor muy fuerte. Mucha gente seguido tiene infecciones en la garganta”, aseguró.

“Es muy mala, porque el río huele muy feo y vivimos por donde hay fábricas muebleras y lo que utilizan es muy fuerte”, relató Sandra Díaz. “Ya afecta, hay mucho cáncer en Ocotlán y se cree, bueno los doctores nos han dicho, que creen que es por eso”.

Es evidente que los más conscientes son los más afectados, porque como explicó la investigadora, son los que tienen la contaminación más cerca.

¿Qué se debería hacer?

Tener voluntad política es solo una parte de lo que se necesita para disminuir la contaminación en Ocotlán: “El medio ambiente necesita una persona que lo sienta”, afirmó la fuente ex oficial.

Falta de presupuesto, una mala reglamentación y una falta de interés, es lo que no deja mejorar la calidad del aire, y Adriana Hernández, conoce a qué nivel se encuentran las “estrategias” que las autoridades dicen tener:

“Hace 3 semanas, se reunieron 23 presidentes municipales con el Asociación Intermunicipal para la Protección del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Lago de Chapala (AIPROMADES) para pedir y si se puede exigir al gobierno Federal, que les dé N millones de pesos para salvar Chapala. Y yo dije: ¿Cuál es su plan?, ¿repartirse los millones? Piden sin plan. A ese nivel está.”

Para A. Hernández, hay tres factores que juntos podrían ir dando soluciones para mejorar la problemática medioambiental. La primera: que las autoridades implementen programas para reducir la contaminación; la segunda: que los investigadores como ella sigan trabajando para ir conociendo más profundamente las causas; y la tercera, los ocotlenses:

“Creo que la ciudadanía es el sector que está más invisible y que no se manifiesta, porque las autoridades pueden decir muchas cosas, pero nosotros podemos alzar la voz otra vez, habría que ponernos de acuerdo en cómo vamos a resolver esto todos.”

Stephany Arellano insiste en que un monitoreo constante es una de las respuestas para entender su contaminación, así como llegar a un acuerdo con las industrias, “A mí se me ocurre hablar con ellos y que entre todos compraran unas tres estaciones meteorológicas para estar registrando la calidad del aire y así darle seguimiento, llevarlo para hacerlo una política pública”. Otra de las cuestiones que propone, es analizar las políticas ya existentes y hacerles modificaciones si es necesario.

Y aunque las propuestas están sobre la mesa, la investigadora de la UdeG no deja de despegarse de la realidad: “La situación es ya límite, esa es la cuestión, que estamos acercándonos. El medio ambiente tiene un límite. Entonces en el caso Ocotlán, estamos caminando muy rápido hacia allá”.

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