La lucha por la libertad de las infancias trans sigue durante la pandemia

Pensando en el impacto que la pandemia de COVID-19 tiene en todos los aspectos de la vida, el pasado Día Internacional del Orgullo LGBTTTIQ+, las familias integrantes de la Asociación por las Infancias Transgénero se unieron para alzar la voz y reflexionar sobre su resistencia durante la crisis sanitaria.

Para los niños, niñas y niñes trans que son acompañados de manera amorosa y comprensiva, quedarse en casa ha significado refugiarse de la discriminación que sufren en los otros espacios que también habitan. Sin embargo, la lucha por su libertad no se ha detenido, pues la invisibilidad de su comunidad persiste, y con el fin gradual del confinamiento regresa el temor de sentirse rechazados en lugares como sus escuelas y la calle.

Por Ximena Torres / @ximena_tra

Ilustración portada: Milán Lonnberg Art

Sin alterar la exigencia de la igualdad de derechos y la justicia, este año el COVID-19 marcó las celebraciones del Día Internacional del Orgullo LGBTTTIQ+. Para las familias, niños, niñas y niñes trans de todo el país que forman parte de la Asociación por las Infancias Transgénero, el pasado 28 de junio fue un día dedicado a la inclusión, la representación y a darle voz a las infancias que se identifican con un género diferente al que les fue asignado al nacer.

Entre las actividades que se llevaron a cabo estuvo el conversatorio “Infancias y juventudes trans, resistiendo a la pandemia”, organizado por el grupo Jauría Trans del Centro Cultural Border. En este evento virtual participaron menores de edad y algunas de sus mamás para recordar con orgullo que “siempre han sido niños, niñas y niñes trans”, como lo dijo Sara de 15 años, a quien le gusta el color rosa chicle, las lentejas y el sushi.

Además, tal como indica el nombre del conversatorio, también reflexionaron sobre las oportunidades, dificultades e incertidumbres que el COVID-19 ha traído a sus vidas y a su lucha por la libertad de pertenecer al género con el que se identifican.

Quienes participaron coincidieron en que las clases virtuales como medida para controlar la epidemia visibilizaron la discriminación que las infancias trans sufren en las instituciones escolares. Para Leonardo, hijo de Leticia, Sara y Yahel, tomar clases desde casa ha significado refugiarse de los profesores y compañeros que se burlan de su identidad o los llaman por el nombre que aparece en su acta de nacimiento primigenia, en lugar del que han elegido.

Si bien, durante los últimos meses de educación virtual pudieron enfocarse más en su aprendizaje, también han notado un retroceso en la sensibilización de sus escuelas para aceptarles tal y como se reconocen.

Estar en casa los ha hecho sentirse más libres y en calma, pero eso no significa que quieran permanecer de ese modo, ya que, además de tener derecho a una vida libre de discriminación, extrañan convivir físicamente con quienes sí respetan su identidad, como otros, otras y otres integrantes de la Asociación por las Infancias Transgénero.

El mejor recuerdo que tengo con la comunidad trans es cuando fuimos a un picnic de la Asociación por las Infancias Trans. Esa fue la primera vez que muchas personas llamaron a mi hijo por el nombre que él eligió” contó Leticia, mamá de Leonardo de seis años, en el conversatorio.

A la izquierda Nathan Ambriz moderador del conversatorio y activista trans. A la derecha Leticia, participante del conversatorio y mamá de Leonardo.

Y así como ella, los y las demás participantes también dijeron que acercarse a esta organización les permitió darse cuenta de que su lucha es colectiva.

Juntos y juntas es como han impulsado la Ley de Infancias Trans en la Ciudad de México, una de las pocas entidades en el país en donde se permite el cambio de identidad de género a mayores de edad sin necesidad de un juicio. La nueva ley consiste en una reforma en el Código Civil del Distrito Federal que permitirá a menores de 18 años cambiar su nombre e identidad de género en su acta de nacimiento a través de un trámite administrativo, en lugar de un proceso judicial como se ha hecho hasta ahora.

Aunque el dictamen de esta iniciativa fue aprobado en noviembre de 2019, desde entonces la ley está detenida, a la espera de ser votada en el pleno del Congreso de la Ciudad de México.

“Es cierto que el acta de nacimiento no es todo lo que se necesita para terminar con la discriminación, pero nuestros hijes saben la importancia del documento. Cuando no se les reconoce legalmente como se identifican a ellos mismos se pregunta ¿por qué otros niños sí y yo no?” compartió la mamá de Leonardo en el conversatorio del pasado domingo 28 de junio.

Así como señaló Yahel, a quien le gusta el color morado y las enchiladas, el acta de nacimiento es muy importante porque da acceso a servicios públicos como la educación y la salud con el pleno reconocimiento de la identidad de cada persona.

Durante la epidemia de COVID-19, las infancias trans también se ha enfrentado a la invisibilidad de su comunidad dentro de todo el contenido que se difunde sobre la epidemia. En el conversatorio, quienes participaron dijeron que no han encontrado material destinado al cuidado de la salud en el que se incluya a personas trans o, incluso, que esté pensado para ellos y ellas.

“Que las personas trans no aparezcamos en estos contenidos hace que la gente piense que no existimos. Para nosotres es muy difícil encontrar referentes, pero no es que no existan, es que no quieren mostrarlos”, dijo Sara.

Los escasos referentes de personas trans han autocensurado a los niños, niñas y niñes. Por ejemplo, cuando Leonardo de seis años tuvo la tarea de contar una situación en la que fue valiente, prefirió no hacer referencia al día en el que les dijo a los demás que era un niño y no una niña. Según Leticia, la mamá de Leonardo, él considera que ese fue el momento en el que fue más valiente en toda su vida, pero para su tarea eligió contar una historia que se pareciera a la de los demás.

Debido a que la identidad de las infancias trans aún no es reconocida por la sociedad y las autoridades mexicanas, la lucha que las familias hacen desde la Asociación por las Infancias Transgénero, no se ha detenido ni durante la pandemia.

Aunque por ahora las familias no pueden plantarse afuera de los congresos para exigir los derechos de sus hijos, hijas e hijes, continúan movilizándose desde el espacio virtual. Tal es el caso de Sara, que durante el confinamiento se ha dedicado a compartir información sobre personas trans con personas que no están sensibilizadas sobre el tema. Todo con el fin de salir de la “burbuja digital” que le muestra a cada persona sólo el contenido que va acorde a sus ideologías.

Las familias de la comunidad trans expresaron incertidumbre sobre el futuro de sus hijos, hijas e hijes durante la “nueva normalidad” posterior a la pandemia. Aseguraron que lo más complicado no será usar cubrebocas o lavarse las manos, sino, seguir luchando por sus derechos y que en la siguiente etapa de su educación sus profesores y compañeros los reconozcan por su legítima identidad de género.

Mientras tanto, el Día Internacional del Orgullo LGBTTTIQ+ del 2020, tuvieron la oportunidad de alzar la voz orgullosos para decir “mi hija y su lucha van a ser los referentes que hoy faltan”, como expresó Marcela, la mamá de Sara.

De acuerdo con Edgar Rosales, sexólogo por el Instituto Mexicano de Sexualidad (IMESEX) y director de la organización jalisciense Familias en la Diversidad (FADIS), la identidad de género es algo que está presente en los seres humanos casi desde sus primeros años de vida, pero no se debe confundir con otros conceptos de la sexualidad como el sexo, orientación, o expresión de género.

Por su parte, la Encuesta sobre Discriminación por Motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género 2018 (ENDOSIG) realizada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), muestra que casi la mitad de los hombres y mujeres trans encuestados (49.1%), reconocieron desde la infancia que su identidad de género no correspondía a la que les fue asignada al nacer.

Además, la encuesta también da a conocer que las mujeres (53.3%) y hombres trans (40.9%) en México son los grupos de población a los que más se les han negado injustificadamente sus derechos por motivos de orientación sexual e identidad de género.

Comparte

Ximena Torres
Ximena Torres
Estudiante de periodismo, fotógrafa y reportera feminista trabajando por hacer el periodismo en el que creo. Interesada en temas como justicia para las mujeres, salud, movilidad e interculturalidad. Ganadora del Premio Jalisco de Periodismo 2019.

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Quizás también te interese leer