Axolotl, el anfibio que siempre sonríe, resiste contra su extinción

En México habitan 17 especies de ajolote distribuidas entre el noreste y el centro del país, de las cuales, 16 especies son endémicas, es decir, únicas de nuestro país, por lo que se ha vuelto un símbolo mexicano y parte de nuestro patrimonio cultural. Sin embargo, está en peligro de extinción y expertos pronostican que en el 2025 puedan desaparecer.

Por ello, un grupo de jóvenes organizados para la conservación del medioambiente: Villa Atl, Aldea Global de Desarrollo A.C. buscan crear el Santuario del Ajolote en Santa María Xonacatepec, Puebla; para fomentar la educación ambiental y rescatar de la extinción al ajolote.

Por Fernanda Lattuada /@MariferLattuada

El axolotl, monstruo del agua en náhuatl, es un anfibio que siempre está sonriendo. Tiene el ADN más grande del mundo; puede regenerar cualquier parte de su cuerpo —incluyendo su corazón y cerebro— y está en peligro de desaparecer.

Desde la prehistoria, el ajolote ha sido un símbolo de nuestra cultura. Cuenta la leyenda que el dios Xólotl, hermano de Quetzalcóatl, para evitar ser sacrificado se escondió transformándose en un maíz y luego en un maguey, pero al ser descubierto se refugió en el agua, convirtiéndose en un axolotl.

El ajolote —un dios azteca— será homenajeado en los billetes de 50 pesos para el 2022. Sin embargo, expertos como el doctor Luis Zambrano, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), temen que para ese año se haya extinguido ante la inacción de las autoridades mexicanas.

Dentro de la Norma Oficial que tiene por objeto identificar especies en riesgo, la NOM-059-SEMARNAT-2019, enlista a 15 especies de ajolote: la especie Mexicanum, de la cual se tiene mayor información y que habita en Xochimilco, se encuentra en Peligro de Extinción; tres de ellas como Amenazadas; y las 11 especies restantes como sujetas a Protección Especial.

Mientras que para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) hay nueve especies de ajolote en Peligro Crítico de Extinción; dos en Peligro de Extinción; tres en Preocupación Menor y tres como Datos Insuficientes.

No se tienen datos exactos de la densidad poblacional del Ambystoma; no obstante, en 1998 la doctora Virginia Graue calculó la presencia de seis mil ajolotes por cada kilómetro cuadrado. Para el 2013 el doctor Luis Zambrano repitió el estudio y únicamente se contabilizaron 36 por kilómetro cuadrado.

A pesar de la protección brindada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la población del ajolote sigue reduciendo. De acuerdo con el Programa de Acción para la Conservación de las Especies de Ambystoma (PACE: Ambystoma), los factores que le han afectado son: la invasión de especies exóticas como carpas, tilapias y lirio acuático; pérdida de hábitat por deforestación de bosques o desecamientos de cuerpos de agua; contaminación por agricultura, ganadería y urbanización; así como el calentamiento global.

Jóvenes por el ajolote

Ante este panorama, seis jóvenes scouts se han propuesto construir una Unidad de Manejo Ambiental (UMA) reconocida por la Semarnat; para la reproducción y reinserción de ajolotes, específicamente el Ambystoma Velasci,mejor conocido como el ajolote del Altiplano, que se encuentra con mayor distribución territorial ahí.

“Quiero mantener este bosque, salvar esta especie y demostrar que se puede hacer algo a partir de la unión de los jóvenes demostrar con el ejemplo que se pueden hacer proyectos buenos y generar un impacto ambiental”, explicó Hugo Montalban, quien es Director Operativo de Villa Atl A.C. a sus 22 años de edad.

Esta UMA —Santuario del Ajolote— está prevista para contar con un laboratorio de reproducción, un estanque de preliberación, para después crear eventos para la reinserción a su hábitat; así como un museo donde niñas, niños, jóvenes y adultos puedan acercarse y conocer mejor a la especie.

“Hay gente que hace jarabe de ajolote o se bebe su sangre, cuando no está comprobado científicamente. No estamos en contra de su aprovechamiento, mientras sea responsablemente debemos conocer más la especie. Que vean que cada acción, aunque piensen que están lejos de la especie, va a repercutir y va a terminar contaminando algún cuerpo de agua donde podría haber ajolotes, o cualquier otra especie”, enfatizó Hugo.

Actualmente Villa Atl A.C., se encuentra recibiendo donativos para poder llevar a cabo este proyecto, así como la venta de artículos alusivos a este pequeño anfibio con extraordinarias características, y recordó que aún estamos a tiempo de salvar parte esta especie, patrimonio de México.

Dónde apoyar al ajolote: https://villaatl.com

Redes sociales: https://www.facebook.com/villaatlac/about/?ref=page_internal 

https://www.instagram.com/villaatlac/

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María Fernanda Lattuada
María Fernanda Lattuada
Reportera apasionada por la fotografía y temas sobre la defensa de la dignidad como: feminismo, migración, alimentación digna y desaparición forzada. Originaria de Tampico, Tamaulipas, pero sus ganas por dedicarse al periodismo la trajeron a Guadalajara.

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