“Política sin diversidad”

Desde Mujeres

Por Claudia Ramírez Ramos, Coordinadora de Desde Mujeres / @DesdeMujeres

-¿Tu vienes a hacerle el aseo a las niñas que viven acá?- Me preguntó una vecina mientras yo salía de mi casa y me disponía a esperar el autobús; la miré confundida porque no estaba muy segura de lo que estaba sucediendo, ella mientras tanto me miraba de forma vacía y poco reflexiva. Este caso en particular me hizo reflexionar no sólo en el por qué había supuesto mi posición o situación en mi propia casa y con base en qué lo había hecho; sino que también fue un momento que disparó muchos recuerdos y momentos de incomodidad que he vivido en mi pasado profesional, y es que no es incomodidad solamente, sino también humillación y vulnerabilidad. 

Pocas veces eres tan consciente de lo obscuro de tu piel hasta que alguien más lo hace notar en el trato. A quien en estos momentos piense que exagero ,daré un poco de contexto: en mi casa vivíamos cinco mujeres, de las cuales cuatro teníamos perfiles académicos y profesionales bastante similares. Todas tenemos una educación universitaria, formas de expresarnos  similares, tenemos horarios parecidos, compartimos amistades en casi todos los casos y aún cuando tengamos orígenes diferentes, tenemos presentes muy parecidos.

El incidente me hizo reflexionar mucho al respecto de la representación, principalmente, en los espacios de decisión política y comunitaria, lo mucho o poco que estamos acostumbradas a ver figuras de poder político o económico con un aspecto diverso, desde el color de piel hasta la complexión o inclusive en edades, orientaciones, identidades o expresiones y  formas de vestir. No podemos dejar de señalar la falta de diversidad y cómo esta sigue perpetuando un racismo y discriminación interiorizados en México y cómo esto se ve reflejado en la política.

¿Pero, qué tiene de malo que no haya diversidad en quienes toman las decisiones? ¿Cuál es la diferencia entre si las políticas públicas se crean a partir de un grupo de cinco hombres blancos a si se toma entre un grupo de 2 mujeres indígenas, 1 mujer afrodescendiente, 1 hombre blanco, 1 hombre negro , mujeres y hombres trans, etc? ¡Pues mucha! Justamente las historias, orígenes y presentes de quienes integren un grupo decisor se harán presentes y a partir de todo ello se tomarán decisiones considerando a todos los grupos y las necesidades específicas de cada uno.

Para aterrizar con un ejemplo: no es lo mismo construir políticas públicas educativas para tratar la deserción escolar en Ciudad de México que en Oaxaca, ni tampoco tratar la misma problemática para hombres o para mujeres o para mujeres indígenas que para mujeres que no pertenecen a pueblos originarios, etc.

Actualmente he visto los primeros atisbos de integración de la diversidad, por ejemplo a muchas personas jóvenes integrarse en la política de una manera mucho más activa; sin embargo de estos perfiles el principal común denominador es el enorme privilegio en el que se encuentran, personas que nacieron en una cuna bañada en política o, por su parte que muestran un aspecto y círculos de contactos similares entre ellos.

Las pocas figuras y personajes que representan no sólo juventud y poder sino también  la imagen de una realidad mucho más cercana a la mayoría de las personas, un perfil de clase media o baja, con estudios truncos y una lucha constante por sobrevivir, son tal vez menos comunes y mucho menos tomados en cuenta a la hora de tomar decisiones, lo que refleja una especie de fenómeno similar a la falta de movilidad social, pero en el escenario político, donde vemos poca movilidad en las esferas de decisión.

Inclusive el sistema político y económico ha encontrado maneras de adaptarse a las nuevas demandas de representación, incluyendo poco a poco y lentamente a perfiles que responden a la diversidad de alguna manera pero que no les incomodan, retan o ponen en peligro el status quo actual. Los perfiles llenos de privilegio social siguen predominando en las decisiones y en la esfera pública, aún en rostros diferentes, tal vez ya no veamos tan comúnmente a este típico “hombre, blanco, acaudalado” pero seguimos viendo personas jóvenes que buscan proteger a este grupo.

Por eso, durante este 2021, año de elecciones promuevo que todas, todes y todos busquemos  la diversidad real, una diversidad que implique incomodar al sistema y evitemos darle tiempo de adaptarse, somos nosotras, todas las personas las que tienen la oportunidad de cambiar la lógica de representación política mexicana, generar una verdadera demanda por ver a activistas y representantes de luchas y grupos como verdaderos  tomadores y tomadoras de decisiones.

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