Redes sociales: ¿amigas o enemigas del activismo virtual?

El diseño de las redes sociales hegemónicas (Facebook, Twitter, Instagram, YouTube y Tik Tok) atiende a interés capitalistas y de las clases socioeconómicas dominantes, las cuales replican acciones que vulneran los derechos humanos de las personas.

De aquí, la importancia de no limitar el imaginario de las herramientas digitales a estas plataformas, por el contrario, resulta fundamental pensar en espacios socio digitales que permitan compartir contenido que se adapte a las necesidades más inmediatas de cada persona y grupos diversos de la sociedad.

Por ello, en el marco del Día Mundial de las Redes Sociales, quienes integran la Cátedra UNESCO AMIDI invitaron a cuestionarse cómo es que las redes sociales pueden posibilitar o vulnerar el ejercicio de los derechos humanos. Alex Argüelles, tecnóloga y defensora de derechos humanos, junto a Tajëëw Díaz Robles, maestra en antropología social y Mixe de Tlahuitoltepec, Oaxaca fueron las encargadas de resolver estas dudas.

Por Samantha Anaya/@Sam_An16

Ilustración @RE_Ilustrador y @Driu_Paredes

En el contexto actual, tras la crisis sanitaria por la pandemia de COVID-19 -que obligó a las personas a ampliar el uso de las herramientas digitales para permanecer conectadas a la distancia-, el impacto de las redes sociales ha sido innegable. Éstas han traído consigo nuevas posibilidades para el encuentro, la organización y, en general, para la comunicación. Sin embargo, también han posibilitado y potenciado las amenazas a los derechos humanos, ya que, no se puede obviar que, en un país como México, un gran sector de la población no cuenta con acceso a internet ni a algún dispositivo móvil.

Asimismo, el diseño de las redes sociales hegemónicas (Facebook, Twitter, Instagram, YouTube y Tik Tok) violentan derechos humanos, tales como: el acceso a información de calidad; la difusión de contenido en la lengua o el idioma de cada persona; así como, el priorizar cierto contenido sobre otro, esto de acuerdo con la lógica centralista de la información y los datos que se difunden en estas redes.

Al respecto, Tajëëw Díaz Robles, maestra en antropología social e integrante del Colectivo Mixe (Colmix) y del Colectivo Activismo Digital de Lenguas Indígenas, considera que antes de pensar en cómo defender los derechos humanos en estas redes digitales, “tendríamos que plantearnos quiénes pueden tener acceso a un dispositivo y a un internet de calidad para poder entrar a las redes sociales hegemónicas”.

En su opinión, hay que reconocer que el no acceso a internet también violenta y vulnera ciertos derechos humanos:

“Por ejemplo, con la pandemia los maestros han usado las redes sociales para poder comunicarse con sus alumnos, pero hay limitaciones, porque no todos los alumnos pueden acceder a estas redes. Entonces aquí se está violando el derecho a la educación de un amplio sector de la población”.

Aunado a ello, señala que otro reto fundamental es que las usuarias y usuarios que logran pasar estas barreras de acceso se enfrentan a las mismas violencias machistas, racistas, xenofóbicas, clasistas y homofóbicas a las que han sido sometidos diversos grupos históricamente vulnerados.

En estos casos, advierte, “se viven sin la necesidad de estar en alguna red social”, ya que estas actitudes están arraigadas en la conducta y en los imaginarios de ciertas personas y después son replicadas en las redes sociales digitales.

Un tercer reto, agrega Díaz Robles, son las limitaciones en el uso y adaptación de las lenguas indígenas en dichas plataformas, en su opinión:

“En las redes hay mucho de cultura escrita. Si bien es cierto que hay videos y audios, en redes como Facebook y Twitter predomina la comunicación escrita, y son estas  redes las más accesibles, porque tienen convenios con las compañías telefónicas, las cuales te dan más megas para estas plataformas (por ejemplo). Esto representa un obstáculo para las personas que somos de pueblos originarios, ya que no todas las personas que hablamos lenguas indígenas contamos con alfabetización, esto a causa del desplazamiento, por lo que no usamos nuestra lengua en formato escrito”.

Por su parte, Alex Argüelles, tecnóloga, defensora de derechos humanos y acompañante de personas que han sido víctima de violencia a través de las tecnologías, explica que todas estas plataformas digitales han sido diseñadas por personas del norte global, es decir, en aquellos contextos socioeconómicos más desarrollados, principalmente en Estados Unidos y gran parte del continente europeo.

Por esta razón, existen dificultades sobre el lenguaje que éstas emplean, ya que, “no se toman en cuenta los múltiples contextos en los que se usan”. De esta manera, gran parte de las usuarias y usuarios están imposibilitados de apropiarse de estas redes sociales:

“Esto genera dificultad para aprovechar todas las ventajas de estas redes. Así que, el diseño de las redes, por sí mismo, es un obstáculo para poder defender nuestros derechos”.

¿Cómo aprovechar las redes para difundir material sobre derechos humanos?

Como defensora, Tajëëw Díaz Robles, reconoce que el activismo digital de redes indígenas ha agrupado a muchas personas que están trabajando, como ella, para visibilizar sus lenguas indígenas en estas plataformas. Al respecto, explica que estas formas van desde crear memes, videos y subtitulaje, hasta la localización de navegadores y desarrollo de aplicaciones.

La maestra reconoció que, dado que Facebook es una de las redes sociales con mayor presencia en la actualidad, y dado que casi todas las compañías telefónicas favorecen el uso de ésta, los memes son una forma de adaptarse al contexto digital, pues estos permiten visibilizar de manera sencilla y cómica temas complejos.

Sin embargo, advierte, el uso de ciertas plataformas -como Facebook- perjudica a aquellos espacios digitales diversos que buscan difundir información y temas educativos:

“En 2018 tuvimos un taller con niños y niñas, y un compañero tiene una página con juegos y actividades. El taller lo tuvimos en una biblioteca con acceso de internet a través de México Conectado y no pudimos entrar a la página porque hay una cierta limitación en este tipo de red. Hablamos con los servicios de telecomunicaciones y seguimos todo el protocolo para darla de alta, pero al menos hasta el final de 2018 no pudimos hacerlo. Contradictoriamente, en la red de la biblioteca sí podíamos entrar a Facebook, Twitter, etc, etc, pero no a una página educativa”.

En ese sentido, Alex Argüelle, advirtió que la no aplicación efectiva de la reforma de telecomunicaciones del año 2013 ha generado que cierta información y paquetes de datos sean discriminados, esto con relación al lugar geográfico del que procede dicha información:

“En la red existe esta preponderancia que atiende a ciertos intereses comerciales y con ello prioriza a las personas que manejan cierta información o producto, en lugar de garantizar el derecho de acceso a información”.

En cuanto a los intereses económicos y los convenios establecidos entre ciertas redes sociales y las compañías de telecomunicaciones, la defensora destacó que detrás de la mercadotecnia de estas últimas, se encuentran las limitantes que tienen los paquetes de datos móviles para navegar en internet y que sólo sirven para acceder a las plataformas digitales más conocidas y comercializadas:

“El resto de los datos móviles que las personas no utilizan “los atesoran” y piensan que al entrar en otras páginas, apps y sitios que no están contemplados en el paquete que han contratado se agotara sus datos, por lo que deciden mejor quedarse sólo con las redes hegemónicas y la información que se encuentran en estas”.

Ante este contexto, Argüelle declaró que es necesario y urgente ampliar la mirada y no sólo pensar en las redes sociales de siempre, sino en otras formas de visibilizar los derechos humanos y las redes de cooperación en un sentido más amplio.

El plan de la SEP ante la emergencia sanitaria

La tecnóloga Alex Argüelle destacó el caso del actuar de la Secretaría de Educación Pública (SEP) ante la pandemia. El plan de la SEP para continuar con las diferentes actividades escolares de manera “regular” no consideró que únicamente el 50.4% de las personas que viven en espacios rurales tienen acceso a internet, violando no sólo los derechos de acceso a internet y a la educación, sino también a la integridad personal, explicó:

“En una comunidad del país, la SEP lanza programas para que las chicas y chicos que viven en espacios rurales presentaran su examen de admisión para pasar al siguiente nivel educativo que les correspondía, pero esto debían hacerlo de manera virtual. Pero ¿cómo?, si la mayoría no tienen acceso a este. Por ello, algunas personas salieron a manifestarse, ya que su derecho a la educación se les estaba siendo negada al no dejarlos presentar su examen con tan sólo un cuadernillo y un lápiz. Casi 100 personas fueron detenidas por salir a exigir sus derechos y algunas de las chicas que después fueron liberadas declararon haber sido víctimas de violencia sexual”.

Por lo tanto, Argüelle subrayó que “se están librando en la actualidad luchas de las que ni nos enteramos”, a causa de no contar con una perspectiva de derechos humanos interseccional frente a estas realidades.

La hegemonía de la información frente a la defensa de derechos humanos

Ambas especialistas coinciden en que la generación de información solía atender 1) a la agenda política de los partidos políticos, y 2) a los intereses de los medios de comunicación, por lo que “raramente se hablaba de las constantes violaciones a los derechos humanos”.

No obstante, a partir de que las redes sociales facilitaron el poder difundir información más diversa, surgió el periodismo independiente, el cual, hasta la fecha, continúa siendo una de las maneras más efectivas de defender los derechos de las diferentes poblaciones.

Si bien, el periodismo independiente se ha valido del uso de las redes sociales hegemónicas, hay otras herramientas que favorecen el crear y propagar información que “atienden a las necesidades puntuales que nos encontramos en nuestro contexto más inmediato”, consideró Alex Argüelle.

Por otra parte, la maestra Díaz Robles reconoció que durante la emergencia sanitaria y el confinamiento por la pandemia de COVID-19, han surgido diferentes maneras de hacer intervenciones sociales desde las redes digitales, que van desde realizar pláticas, debates, foros y conferencias en las redes, hasta difundir fichas de búsqueda, volantes para marchas, protestas y denuncias.

“Dado que el trasfondo de la internet es promover el uso exclusivo de ciertas plataformas, también podemos ver cómo usarlas al máximo”. 

Finalmente, Alex Argüelle precisó que “no podemos pensar que las redes son la solución a los problemas tan complejos que enfrentamos como país”, a pesar de ello, éstas “sí pueden dar empuje a las voces diversas, para construir un futuro más diverso y participativo”.

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Samantha Anaya
Samantha Anaya
Amo pasar tiempo con mi persona favorita: mi mamá. Considero que el ser periodista implica hacer un compromiso con la verdad, la justicia, la empatía y, sobre todo, con las personas.

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