Padecimientos de salud e irrupción el curso de las niñeces

MAROMA

Por Lisa Robledo Barragán  / Integrante de MAROMA: Observatorio de Niñez y Juventud 

Es invierno en el pueblo: las temperaturas descienden, el cuerpo lo resiente. Camino siempre con un lío de cosas que terminó por ordenar en alguna banqueta; reafirmó que no olvido nada y, a la vez, pierdo la noción de los rostros a mi alrededor. Una amiga de aventuras de reconocimiento de la secundaria me sorprendió al saludarme en mi acomodo. Es agradable coincidir con personas de otros momentos de la vida en un sitio donde nos reunimos para movernos de sitios como pasajeros. Cuando hablamos de las intenciones de los viajes coincidimos: las dos íbamos a un hospital, pero ella a Morelia y yo a Guadalajara. La diferencia es que ella llevaba a su hijo y yo iba como acompañante de una amiga. 

Mi amiga de otra época me resumió algunos aspectos que la transformaron a partir de los padecimientos de salud de su hijo menor: el niño pasó del vientre al quirófano en unos minutos, ha sido intervenido en varias ocasiones, requiere estudios constantes, visitas al hospital cada tercer día, cada quince o cada mes (dependiendo de la gravedad del padecimiento), atención de ambos padres para estabilizar la salud y el apoyo de las redes familiares para sobrellevar aspectos emocionales, económicos y de cuidado hacia los otros hijos. Algunos meses tienen más tranquilidad que otros, los días son inciertos y hay una continua “batalla”.  

Los padecimientos de salud corporal son acontecimientos que marcan los trayectos de la vida porque implican cambios en los cursos de normalidad. Implica a una ruptura de las proyecciones de la espera porque se empieza a jugar con lo incierto y desconocido: es un entretiempo crítico en donde las certezas se entrelazan con las dudas, el temor a la ilusión y la angustia con la espera. Se aprehende de la certeza del día a día, se aceptan las nuevas ilusiones de lo porvenir, de las funciones de cuidado, afrontar lo que la situación requiere (Urbano & Yuni, 2008). 

Como les pasó a mis dos amigas, la de otra época y a la que acompañaba al hospital: la ausencia de salud y la modificación de una expectativa de maternidad que irrumpió el curso de su vida. No tenemos el camino de la salud seguro y la experiencia de la pandemia nos ha enseñado mucho al respecto. Ahora podemos estar aquí, en una mesa escribiendo o leyendo esto en cualquiera de tus dispositivos en diferentes geografías, pero no sabemos en qué momento la enfermedad nos elegirá como portadores. 

En el hospital observé a personas de diferentes edades para los padecimientos en sus cuerpos; buscaban un diagnóstico, darle seguimiento a su proceso, intervenciones, citas de revisión, personas que deberían estar en una cama desplazadas a una silla de la sala de espera… En cualquier momento se nos puede escapar la salud, es incierto. ¿A quiénes conocemos con un camino similar? Que su vida cambió porque su hijo, su mamá, su mamá, su hermano, su pareja cambió de estado de salud. 

Por eso me cuestiono, a través de la escritura, cómo estoy sobrellevando la vida y me inspiró a escribir una manifestación para quienes se interesan en diferentes trincheras a las niñeces y en los procesos familiares: no olvidar dar cuenta de cómo los azares de las enfermedades eligen a las personas que los padecen (o al revés).  

Niñas y niños que nacen con marcas de intervención quirúrgica en su cuerpo que conllevan estados de niñez peculiares respecto a los cuidados, estímulos, intereses, juegos, alimentos y estados. Esas niñeces también deben ser contempladas en los manifiestos de infancias y que con la pandemia se nos ha olvidado que existen otros estados de ausencia de salud en la infancia más allá de un coronavirus. Que en el Occidente michoacano no existen redes de acompañamiento para niñas y niños, madres, padres y acompañantes; que es necesario materializarlo para diseñar senderos de incidencias… 

Referencias 

Urbano, C. A. y Yuni, J. A. (2008). Discapacidad en la escena familiar. Encuentro Grupo Editor.

Comparte

Maroma
Maroma
Maroma es un observatorio de la niñez y la juventud. Somos un grupo interdisciplinario de personas involucradas en los sectores académicos, comunitarios, públicos y privados con fines de gestión y bienestar para la niñez y juventud que busca incidir en políticas públicas y movimientos sociales con un enfoque de innovación social.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Quizás también te interese leer