La lucha por los ríos es la lucha por la vida

Fruto del trabajo de organizaciones sociales se conmemora hoy, 14 de marzo, el Día Internacional de Acción contra las Presas y por los Ríos. Reconociendo logros y retos en la defensa medioambiental de México.

Por Ángel Melgoza / @ARMelgoza

El reloj casi marcaba la medianoche cuando tocaron a su puerta. Berta Cáceres, la activista ambiental y líder indígena hondureña, estaba en su casa con Gustavo Castro quien se hospedaba con ella durante un encuentro convocado por el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). Ese día, el dos de marzo de 2016, Berta fue asesinada por los hombres que tocaron a su puerta.

“La resistencia que ha llevado a cabo el COPINH en Honduras sobre la defensa del río Gualcarque en contra de la represa hidroeléctrica ha sido un proceso judicial muy simbólico y un ícono por la defensa de los ríos ” dice Gustavo Castro, el ambientalista mexicano que recibió dos disparos de los hombres que asesinaron a Berta y que fue el único testigo del crimen.

Ayer, 14 de marzo, se conmemoró el Día Internacional de Acción contra las Presas y por los Ríos. Desde 1997 en que las organizaciones indígenas y sociales que convocaron al Primer Encuentro Internacional de Afectados por Represas —entre ellas el COPINH—, realizado en Curitiba, Brasil, señalaron que cada 14 de marzo se conmemoraría la acción para salvaguardar el agua y la vida en el planeta.

En nuestro país el movimiento internacional tomó mayor presencia a partir del 2004 cuando se consolidó el Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (MAPDER). Uno de sus fundadores es Gustavo Castro, quien sobre el estado de contaminación de los ríos en México señala que entre los más contaminados se encuentran los de regiones de explotación petrolera, como el río Coatzacoalcos y el Pánuco, en las regiones de Veracruz y Tampico respectivamente, “pero también ha sido un referente importante el Río Verde allá en Jalisco donde el IMDEC (Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario) ha registrado gran contaminación y enfermedades, por ejemplo muchas muertes de cáncer, por esa contaminación”.

El estado de Jalisco tiene 30 ríos considerados como principales por la Comisión Estatal del Agua. La defensora especializada en derecho internacional de los derechos humanos y directora del IMDEC, María González Valencia, comenta que estos ríos se encuentran contaminados, envenenados, entubados o en riesgo de ser represados.

Por ejemplo, de acuerdo a González Valencia, en los casos de los ríos Lerma, Santiago o Azul, las sustancias tóxicas que descargan miles de empresas no cuentan con regulación ambiental, y esto ocasiona catástrofe ambiental, enfermedad y muerte. Ríos como el San Juan de Dios o el Atemajac, han sido impactados por la urbanización desordenada y entubados debido a una deficiente gestión del agua, borrando su huella y memoria. Así como muchos están en riesgo por la construcción de más presas proyectadas como Los Naranjos, El Naranjo II, y Presa los Panales.

“La lucha por los ríos y contra las presas en Jalisco ha destruido comunidades, identidades, y culturas como el caso de la Presa de Arcediano, en donde a más de 10 años del desplazamiento forzoso no existe justicia y reparación integral de los daños a la defensora Lupita Lara”, dice María González.

De todos los ríos del estado, el más relevante tanto por la extensión de su cauce (de 475 kilómetros), su desembocadura en el Océano Pacífico y la actividad industrial que lo impacta, es el río Santiago.

Frente a la compleja presencia de contaminantes (carga orgánica, metales pesados, entre otros) que presenta el río, la actual administración estatal lanzó la estrategia “Revivamos el Río Santiago” con el objetivo de “mejorar las condiciones ecológicas, ambientales y sociales de la zona” con una serie de resultados específicos que esperan cumplir para 2024.

La contaminación en el río Santiago y el lago de Chapala es también considerada de las más graves en México. De acuerdo a la información recopilada en un informe elaborado por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí(mismo que fue resguardado por nueve años y que salió a la luz en enero del 2020), la población infantil de la ribera del lago mostró exposición a cadmio, mercurio, benceno, plomo y arsénico. 

La activista González Valencia comenta que la estrategia gubernamental no ha funcionado porque se enfoca en la infraestructura y en atender sólo a los contaminantes residuales y no a los residuos tóxicos, ni a las empresas:

“en este caso lo más grave y urgente de atención es cumplir con las medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), atender la salud pública, coordinarse entre los tres niveles de gobierno y no permitir a las industrias el vertido de metales pesados y tóxicos.”

El 10 de noviembre del año pasado se alcanzó un hito histórico con los acuerdos que evitarán la inundación de los pueblos Temacapulín, Acasico y Palmarejo. La altura de la cortina de la presa El Zapotillo disminuyó de 105 a 40 metros, se canceló el acueducto que se pretendía construir, así como la presa derivadora El Purgatorio. Además se está exigiendo un plan de justicia para la reparación integral de los daños a las tres comunidades.

“Considero que la lucha de Jalisco, de Temacapulín, es un caso emblemático a nivel nacional, muy importante por ser una comunidad muy pequeña y que ha llevado una lucha por muchísimos años por defender un río, y sus comunidades” dice el activista Gustavo Castro.

La lucha en defensa de los ríos, el agua, y la vida es principalmente encabezada por mujeres, por ello el pasado ocho de marzo diferentes agrupaciones sociales anunciaron la creación de la Red “Mujeres y Aguas en Movimiento” de Jalisco.

Entre sus exigencias se encuentra el esclarecimiento del asesinato de la abogada y defensora Verónica Patricia Guerrero Vinueza, que luchaba en contra de la operación ilegal del basurero de Matatlán de la empresa Caabsa Eagle.

En 2022, tres defensores ambientales han sido asesinados en Jalisco. Al caso de Verónica se suman los del líder wixárika Rosendo González Torres y su nieto de 17 años en San Andres Cohamiata.

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