Siguen las violencias contra las mujeres

Pesimismo Esperanzador

Por Jorge Rocha, académico del ITESO / @JorgeRochaQ

Ilustración: Palabras de Luna

El lamentable caso de Debahni Escobar volvió a colocar sobre la mesa la incontenible violencia contra las mujeres que se vive en muchos lugares de nuestro país. Por ejemplo, en esta semana, el periódico El Informador publicó una nota donde afirma que, en Jalisco en lo que va de este año, desaparece una mujer cada 29 horas en promedio, de acuerdo a las cifras oficiales. Casos y datos nos muestran con extremada crudeza que poco hemos avanzado para resolver este grave problema. Más allá de analizar el caso particular del asesinato de Debahni Escobar, sobre lo que se ha escrito en abundancia y de resaltar la indignación social que llevó a muchas personas a exigir justicia en varias entidades del país, me parece apropiado reflexionar en torno a los problemas estructurales que nos lleva a esta terrible situación. 

En primer lugar, tenemos que señalar que este caso, y otros más, nos llevan a afirmar que en este momento no tenemos las condiciones institucionales para garantizar una vida libre de violencia a las mujeres mexicanas, que no hemos podido abatir la gran impunidad que hay al respecto de estas violencias y no tenemos políticas públicas claras y contundentes para generar mecanismos y medidas de contención de las diversas violencias contra las mujeres. La falta de presupuestos, de diagnósticos claros, de apoyo a instancias en todos los niveles de gobierno e incluso las lagunas legales, nos llevan a contar con instituciones poco eficaces, rebasadas, sin apoyos y atadas de manos, que en muchos casos tienen buenas intenciones e intuiciones correctas, pero que no son capaces de llevar a cabo su mandato. La justicia para las mujeres es un agenda que está muy lejos del horizonte para nuestro país.

En segundo lugar, como lo han dicho hasta la saciedad académicas, investigadoras, colectivos y organizaciones de la sociedad civil que trabajan para analizar y erradicar la violencia contra las mujeres, estamos en una sociedad patriarcal que ha normalizado y extendido la idea de que las mujeres son un objeto de los hombres, y por esta razón, ellos pueden hacer con ellas lo que quieran, entre otras cosas violentarlas o decidir sobre su futuro, por ejemplo. La deconstrucción de estas formas de relación y de pensamiento, implican procesos socioculturales y educativos de largo plazo, pero que tienen que empezar el día de hoy para entonces, poder aspirar a un futuro distinto, donde mujeres y hombres, desde sus diferencias, construyamos un mundo con equidad, sin violencia y con acceso igualitario a todas las posibilidades y derechos.

En tercer lugar, es fundamental que gobiernos de todos los niveles (federal, estatal y municipal) diseñen e implementen políticas públicas de prevención de todas las formas de violencia contra las mujeres. Este tipo de iniciativas implica poner en práctica protocolos, mecanismos, estrategias y programas que aminoren las situaciones y los espacios de riesgo para las mujeres y que construyan y extiendan la existencia de espacios seguros donde las mujeres se puedan desenvolver sin ningún tipo de riesgo. Esto va desde la implementación de senderos seguros, estrategias de seguridad en transporte público y en servicios de taxi privados, hasta la implementación de medidas que aseguren que las mujeres no sean objeto de violencia en lugares de diversión. Las narraciones de mujeres violentadas inundan las redes sociales y parece que hacemos caso omiso a estas denuncias.

Finalmente, la clase política adoptó la narrativa de defensa de los derechos de las mujeres como una narrativa “políticamente correcta”, pero estos discursos no se traducen en un apoyo irrestricto a las instituciones públicas y privadas que tienen como propósito la erradicación de las violencias contra las mujeres. Es hora de pasar de los mensajes a la acción y de la intención a los resultados. El caso de Debahni Escobar nos volvió a recordar que este es un problema grave y pendiente.

P.D. Hablando de impunidades, luego de tres décadas, las terribles explosiones del 22 de abril en el Sector Reforma de Guadalajara, siguen sin tener responsables y todavía hay muchas personas que siguen sufriendo los efectos de esta tragedia.

Correo electrónico: jerqmex@hotmail.com

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Pesimismo esperanzador
“Pesimismo esperanzado” es una columna escrita por Jorge Rocha, Profesor e investigador del ITESO.

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