El significado de la asistencia del Gobierno de Jalisco ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos

Manos Libres

Por Francisco Macías Medina / @pacommedina

Durante la semana pasada se anunció el viaje especial de una “comitiva” del Gobierno de Jalisco a Washington, ya que acudirían a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a informar sobre los avances en el “saneamiento del Río Santiago”, debido a las “décadas de omisiones, irresponsabilidad y mentiras”, pero también para informar de la inversión de 4 mil 600 millones de pesos. 

Aunque lo acontecido pudiera tener muchas interpretaciones, quiero subrayar la importancia de dos aspectos que me parecen sustanciales: la importancia para un gobierno de cumplir con los deberes propios de los derechos humanos y las consecuencias que generará en lo inmediato y en el futuro ante las graves violaciones a los mismos en la entidad.

El Saneamiento del Río Santiago en realidad es un hecho con múltiples impactos a los derechos humanos. En dicha reunión se citaron elementos técnicos como la existencia de una Zona de Intervención Especial, incluso con la cooperación de una organización internacional que asesora a países, lo cual es adecuado en cuanto a la nomenclatura, sin embargo, faltaría comprobar el enfoque, alcances, deberes, así como la participación en cuanto la evaluación y su seguimiento. 

Pueden existir muchas políticas, programas, estrategias y planes, pero la dignidad que protegen los derechos humanos es única. Es conveniente recordar que la contaminación intencional de un río tiene relación directa con ella.

Sea como producto de una obligación moral, de una aspiración, de un ideal por alcanzar o como producto de ciertas necesidades básicas que se requieren atender (Faúndez Ledesma, 1988). Los derechos humanos también son un reflejo de una facultad que se deriva del ordenamiento jurídico para la protección de todo lo inherente a la persona y que derivan de sus condiciones.

En ese punto, el encuentro —no audiencia con los comisionados o algún relator—debe de mirarse como un espacio en donde la información proporcionada será útil para evaluar el cumplimiento o no de los derechos que han sido denunciados ante el organismo internacional.

El origen del asunto no es la iniciativa propia del Gobierno de Jalisco que desde hace muchos años pudo haber solicitado, por ejemplo, una audiencia formal, pública, con medidas de reparación y ante las personas comisionadas, sino hay que calificarlo como un buen intento por responder a la solicitud urgente de medidas de protección por parte de comunidades afectadas en su salud, vida y desarrollo por actores estatales y no estatales en el gravísimo tema de la contaminación del Río.

Aunque se intenta pasar la reunión como una de tipo diplomático, por las cortesías y la cordialidad propias, no es así. Es necesario subrayar que el tema en discusión es la urgente protección y preservación de la dignidad de esas personas o la prestación de ciertos servicios o acciones que en su momento no se llevaron o acabo o se realizaron de forma incompleta por parte del mismo compareciente, independientemente de la administración local.

También tiene relación directa en cómo se han cumplido los deberes relacionados con los derechos humanos y sobre todo las garantías para reparar o evitar sus graves consecuencias, pero ahora con la mirada de un sistema de garantía colectiva internacional de los Estados distinto al parroquialismo con el que regularmente se observan los temas de derechos humanos.

La sola existencia de la medida cautelar ante la CIDH denuncia graves preocupaciones, falta de diligencia y carencia de mecanismos adecuados y efectivos en Jalisco, tanto de los organismos reguladores del tema del agua o del saneamiento o incluso de los municipios. Hay que incluir a aquellas dependencias cuya función principal es la de defender los derechos humanos “internamente”, como es el caso de la Comisión Estatal de Derechos Humanos o la invisible Subsecretaría en el tema.

Por cierto, un actor ausente en la “visita” fue el de aquellos empresarios que han ocasionado la grave crisis contaminante. Hubiera sido deseable, oportuno y urgente que se mostraran acciones efectivas desde la propia iniciativa privada con perspectiva de derechos humanos, ese si sería un ejemplo global de cumplimiento, más si contara con un efecto de reparación y restauración de las condiciones de vida de las personas.

La visita en pleno del Gobierno de Jalisco, lo coloca en la línea de aceptar las obligaciones colectivas internacionales consideradas en los diversos tratados de derechos humanos, lo cual es un buen signo al abrirse al escrutinio internacional, aspecto que debe de reflejarse con urgencia en la dinámica local que su propio ejercicio de gobierno imprime.

Implica renunciar a la censura y ataque al ejercicio del periodismo, cumplir las medidas que han solicitado defensores y periodistas en el Mecanismo de protección federal; de una vez por todas acabar con las disposiciones discriminatorias que incumplen la acción de inconstitucionalidad relacionada con el matrimonio de personas del mismo sexo; penalizar las terapias de conversión; redirigir el ineficiente trabajo de la procuración de justicia; disminuir la impunidad; dotar de recursos a la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas; evaluar la debida diligencia de Subsecretarías y Secretarías cuyo mandato se queda en un potente perfil preventivo pero ineficaz en su incidencia de la agenda de la justicia, sobre todo en los casos de feminicidio; entre otros..

La sola cita debe demostrar que puede abrirse una oportunidad para reestructurar con visión de Estado la garantía y protección de los derechos humanos, renunciar al control político partidista en el tema y al uso de una narrativa autoritaria.

La visita debe de cambiar necesariamente la forma en que se programa, presupuesta y ejecuta el gasto público sin priorizar objetivos relacionados con los derechos humanos.

Es momento de que el Gobierno de Jalisco ahora se fije como prioridad, el visitar a las miles de víctimas de violaciones a los derechos humanos que reclaman y exigen justicia, que denuncian nuevos derechos como el de ser escuchados (citado por el periodista Sergio René de Dios), el de ser tratados de forma compasiva y de que las graves violaciones no vuelvan a ocurrir, seguro le dejará nuevos aprendizajes. 

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Francisco Macías Migrante de experiencias, observador de barrio, reflexiono temas de derechos humanos.

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