Bolardos en Guadalajara: mobiliario urbano en contra de las y los peatones

Reportaje

La incorrecta instalación de los bolardos en el municipio de Guadalajara trajo graves consecuencias para los transeúntes tapatíos, una de las más graves es que este inmobiliario urbano no ha evitado accidentes fatales.

A ello se suman la carencia de normas técnicas y el poco control que se tiene del número de bolardos instalados en las calles del Centro Histórico.

Por Alicia Carrera, Bernardo Enríquez, Desirée González, Diego Solís, Josué Hernández, Juan Loza y Octavio Ríos.

“No son una protección segura para nadie, ya que eso no evitó nuestra pérdida y no protegió a mi hermana de nada”, estas fueron las palabras de Andrea Zavala hermana de María Fernanda Zavala, víctima de violencia vial en Guadalajara, Jalisco.

Un martes, como era habitual, María Fernanda caminaba a la guardería donde trabajaba por la calle de Reforma en cruce con Ignacio Ramírez. De pronto dos coches la embistieron, la velocidad en la que ambos vehículos venían provocó que uno quedara encima del otro. Los bolardos, las piezas metálicas verticales que debían proteger su vida, de nada sirvieron para evitar el trágico accidente.

Según los manuales de usuario de este mobiliario urbano, en condiciones ideales, un bolardo debería resistir un impacto de 50 km/h.

Los bolardos en las calles donde ocurrió el accidente fatal de María Fernanda, no resistieron el impacto de los vehículos porque se encontraban en malas condiciones, ya que estaban: huecos y no estaban empotrados al suelo.

De no haber estado en esas condiciones, los bolardos en el cruce de Reforma e Ignacio Ramírez pudieron haber evitado que María Fernanda perdiera la vida, aquel 30 de marzo de 2022 en las calles de la colonia Santa Tere. 

Tras este hecho, diversas organizaciones en pro de los derechos de los peatones criticaron el estado de los bolardos colocados en las calles de Guadalajara; por ello, este  equipo de investigación se dio a la tarea de registrar las condiciones que tienen los bolardos que han sido colocados por el Ayuntamiento de Guadalajara.

En total, los bolardos colocados en la zona centro del municipio son 3 mil 684; de éstos, 104 están totalmente deteriorados, mientras que el resto presentan fallas en su instalación. 

Pese a estos bolardos, en el mapa de siniestralidad diseñado por el Gobierno de Jalisco, se han registrado, entre 2015 y 2021, 17 personas fallecidas y 142 lesionadas en zonas donde se colocaron bolardos para proteger la vida e integridad de las y los peatones.

El caso de María Fernanda demuestra el riesgo que puede traer la mala instalación de los bolardos; de hecho, al día de hoy, los bolardos en esa zona son conocidos por los locatarios por siempre estar dañados.

Para ellos, son una protección que poco ayuda al peatón por la falta de reglamentación que hay en torno a su correcta colocación.

La Secretaría de Infraestructura y Obra Pública debería de ponerse de acuerdo con los municipios y las empresas contratadas sobre cómo colocar correctamente los bolardos, esto para que se tome en cuenta cada variable posible para proteger a las y los peatones, pero desde 2018 no existe reglamentación alguna.

Tipos de bolados presentes en el Centro Histórico de Guadalajara (Ilustración Desirée González).

Van cinco años y siguen sin proceder…

Ante las denuncias ciudadanas por la no confiabilidad de los bolardos, en marzo de 2022, la diputada Mirelle Montes del Partido Acción Nacional presentó en el Congreso del Estado de Jalisco un exhortó en torno a la regulación en la instalación de bolardos, pues para ella estos han: “…pasado de ser un elemento arquitectónico de seguridad a ser un obstáculo del libre tránsito”.

En su propuesta se exponen los motivos para tener una norma técnica para la instalación de los bolardos, esto porque en todo momento las y los peatones deben ser tomados en cuenta no sólo en materia de seguridad, sino en también en razón del libre tránsito por las calles de la ciudad, tal y como lo determina la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano.

La diputada también denunció que no se tiene un censo de cuántos bolardos se han colocado en las calles de la ciudad. Dato que se confirmó, a través de diversas solicitudes de información, en las que el Ayuntamiento de Guadalajara precisó que no sabe cuántos han comprado o colocado, pues los bolardos forman parte de la inversión en mobiliario urbano.

De manera concreta, las autoridades municipales señalan que “éstas sólo se limitan a dar el dinero a las empresas constructoras que se ocupan de instalar el mobiliario urbano, entre ellos, los llamados bolardos”. 

Pese al exhorto, la reglamentación sobre la instalación de los bolardos está actualmente estancada en Guadalajara; sin embargo, en el país sí existen otras que ya han puesto en orden tanto la colocación de los bolardos, así como la asignación de los recursos para su adquisición. 

En 2020, el gobierno de Puebla realizó un dictamen oficial para la instalación de bolardos en la entidad, en este documento se designaron estándares para tener un bolardo ideal: Diámetro de 11.50 y 20 centímetros y un largo de 0.80 metros.

Esto trajo como consecuencia un análisis masivo del mobiliario urbano en aquel estado, en noviembre del 2022, lo que concluyó en el retiro de 400 bolardos que estaban en mal estado en el Centro Histórico de Puebla.

Puebla puede servir como un modelo para resolver el problema que se vive en Guadalajara con los bolardos, pues ya se tienen los requerimientos y condiciones que un bolardo debe tener para proteger para las y los peatones.

Pero no sólo eso, el Ayuntamiento de Guadalajara podría usar ese dictamen para saber dónde y de qué manera instalarlo los bolardos, así como para realizar las normas técnicas  adecuadas para la localidad.

El no tener normas técnicas también repercute en la asignación de recursos públicos que se emplean para comprarlos y colocarlos. Actualmente, la empresa favorecida para la colocación de mobiliario urbano tanto para Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tlajomulco, es BKT Mobiliario Urbano.

Dicha empresa ha recibido, por asignación directa, decenas de contratos de la Agencia Metropolitana de Infraestructura para la Movilidad del Área Metropolitana de Guadalajara, para colocar los cientos de bolardos que se han colocado en la capital de Jalisco.

En un intento de encontrar los gastos específicos encontrados se revisaron documentos y se mandaron solicitudes de información al Ayuntamiento de Guadalajara; sin embargo, el presupuesto asignado para la colocación de bolardos no puede especidficarse, ya que no saben cuánto dinero han invertido en la instalación de bolardos, pues los recursos no dividen por tipo de mobiliario urbano.

Tipos de bolardos colocados por BKT.

También, al consultar documentos oficiales encontramos un contrato en el que la Agencia Metropolitana de Infraestructura para la Movilidad del Área Metropolitana de Guadalajara otorgó a BKT un monto de 849 mil 435 pesos con 87 centavos en materia de inmobiliario urbano.

La empresa BKT, propiedad de Rodrigo Vázquez y Mario Delgado, también diseñó el proyecto de MiBici para Guadalajara con un costo de 44 millones 23 mil 928 pesos.   

Desde hace varios años, BKT es la empresa favorita de los gobiernos de Movimiento Ciudadano para la colocación de mobiliario urbano.

Las y los peatones sin protección vial

En el municipio de Guadalajara no se sabe cuántos bolardos han sido comprados, ni siquiera hay un consenso de cómo ponerlos. En marzo de 2022, la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública dio a conocer esta información, al declarar que su única guía es el manual de usuario que viene con el mobiliario que se le compra a BKT.

Cuatro años atrás, en 2018, el Ayuntamiento de Guadalajara y la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública ya habían admitido que los bolardos se estaban expandiendo de una manera muy desordenada y que planeaban arreglarlo con la publicación de una norma técnica. Esto nunca sucedió.

Por lo tanto, el crecimiento de bolardos continúo, así como el derroche de recursos públicos para su compra; de acuerdo, a la Secretaría de Hacienda Pública de Jalisco ha pagado 3 mil 923 pesos por cada bolardo, esto es casi el doble del promedio de uno en el mercado.

Para visualizar esto mejor, el precio unitario de un bolardo de la empresa Inspección, Diseño, Análisis y Manufactura (competencia de BKT) es de 2 mil 17 pesos.

Diversos medios de información han solicitado a dependencias como la Secretaría de Hacienda Pública datos sobre la compra de bolardos, pero siempre se les es denegada o se declara información inexistente.

Contar con una norma técnica -como en el caso de Puebla- permitiría al Ayuntamiento de Guadalajara pagar lo justo por cada bollando, pero también asegurar que éstos van a funcionar de manera adecuada porque permitiría crear las condiciones para la prevención de accidentes viales.  

Los bolardos tienen la utilidad de delimitar y resguardar las zonas peatonales de las zonas de circulación vehicular cuando ambas se encuentran al mismo nivel de piso; es decir, tienen la finalidad de garantizar la seguridad y operación efectiva del flujo vehicular como peatonal.

El dictamen publicado en Puebla establece que los bolardos podrán ser fijos o retráctiles según las necesidades particulares del espacio, cuando éstos sean fijos su diámetro deberá ser entre los 11.50 cm y 20.00 cm, con un largo total de 0.80 m, donde 0.20 m serán el área de anclaje y 0.60 m el área superficial del bolardo. También explica que la colocación de bolardos en el espacio público deberá garantizar una separación de 1.50 m a 2.00 m entre uno y otro.

Los bolardos, precisa, pueden ser de acero, aluminio o hierro fundido, cualquier otro material cuya composición sea de larga durabilidad y resistencia a los impactos automotores. Además estos deben ser de color negro e integrar en su parte superior una franja reflejante diamantada en color blanco o amarillo. 

En cuanto a su instalación, ésta deberá realizarse a una distancia de 0.30 m desde el borde exterior de la guarnición hacia el interior de la banqueta.

Tomando esto como referencia, revisamos cómo fueron instalados los bolardos en las calles del Centro Histórico de Guadalajara, los resultados evidencia que no hay una norma o patrón para su colocación. 

Para hacer este trabajo, este equipo dividió en siete regiones geográficas. Se comenzó desde la calle Garibaldi hasta San Diego, de San Diego caminamos por Calzada Independencia Norte y llegamos hasta avenida de La Paz, terminando en la Calzada Federalismo. 

Al caminar por estas calles encontramos bolardos dañados nuevos y no oficiales, es decir, de procedencia no identificable. Los bolardos que se encontraron en el centro histórico de Guadalajara fueron de la empresa BKT, del gobierno municipal de Guadalajara y no oficiales, aunque no hay coincidencia en la forma en que se colocaron, pues no coinciden las distancias entre bolardos ni se respetan las normas técnicas de que éstos deben estar anclados al piso, no sólo colocados a nivel de la calle. 

En la revisión pudimos observar cómo estos bolardos también son utilizados como botes de basura, pues su interior está hueco cuando tendrían que estar sólidos para poder detener y/o frenar el impacto de un automóvil. 

También obtuvimos varios testimonios, uno de ellos fue de un locatario que trabajaba en su tienda de música al que le preguntamos su opinión sobre estas piezas de mobiliario. Él mencionó que incumplían el objetivo de proteger a los peatones, destacó que sucedían múltiples choques hacia los bolardos al dar la vuelta en dicha esquina, también dijo que los coches suelen ir a altas velocidades y que no se percatan de la existencia de estos y se estampan contra ellos. 

Señaló hacia la calle y nos indicó que un bolardo había salido disparado cuando una moto chocó con el bolardo. Le preguntamos si hubo heridos, pero éste dijo que no y volvió a repetirnos como el bolardo se despegó del suelo y empezó a girar por la calle. 

Esquina entre las calles Juan Manuel y Mezquitán donde ocurrió el accidente con la moto.

Otro de los locatarios salió rápidamente al presenciar la entrevista y mencionó que tenía guardado este bolardo, fue a su local a sacarlo y comentó que lo reportó al ayuntamiento. Manifestó que una de las personas del ayuntamiento fue por él y al pasar unos minutos se lo regresó. El bolardo aún sigue en su local.

Bolardo del incidente resguardado por uno de los locatarios.

¿Quiénes son los responsables?

En esta historia, figuran dos personajes importantes en relación con la instalación de los bolardos a lo largo de la Zona Metropolitana de Guadalajara: Fernando Solís, encargado del mantenimiento en el Centro Histórico de Guadalajara, y Rodrigo Vázquez Ortega, cofundador de BKT.  Ambas personas cuentan con información vital que nos ayudaría a esclarecer la situación parasitaria de bolardos a lo largo de la ciudad.

A pesar de nuestros reiterados esfuerzos, ni Fernando Solís ni Rodrigo Vázquez atendieron nuestras solicitudes para concretar una entrevista. 

En una entrevista dada por Rodrigo Vázquez a El Informador se le preguntó sobre su responsabilidad sobre la reposición y mantenimiento de los bolardos que requerían este servicio y su respuesta fue que: “BKT no se hace responsable de estas cuestiones, eso es cosa del gobierno”.

Cuestión que no es del todo cierta, ya que la incorrecta fabricación e instalación de los bolardos es crucial para evitar accidentes viales. 

De acuerdo a los datos de accidentes viales sufridos en Guadalajara, entre 2015 y 2021, la instalación de bolardos sí ha tenido influencia en la reducción del número de personas lesionadas en accidentes viales, pero no han sido determinantes en la baja de víctimas fatales, como lamentablemente ocurrió con María Fernanda.

En el siguiente mapa puede verse la ubicación de bolardos dañados o faltantes en el primer cuadro del Centro Histórico de Guadalajara.

La falta de transparencia, documentos ausentes, precios desorbitantes, prácticas sospechosas y regulación inexistentes son las constantes en cuanto a los bolardos colocados en el centro de la ciudad. 

Pese a todo ello,  los bolardos siguen y seguirán ahí, representando un elemento problemático en la vialidad, pero lo más grave es que no cumplen con su principal función: cuidar a las y los peatones, pues hoy parecen estar en contra de éstos. 

***

Este reportaje se elaboró en la clase Investigación Periodística de la Licenciatura en Comunicación Pública de la Universidad de Guadalajara, asignación a cargo de Darwin Franco Migues.

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Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

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