El verdadero detrás de cámaras

Dentro de la industria cinematográfica está muy presente la desigualdad de género; al menos, así lo perciben las mujeres que trabajan dentro de ella.  

Como audiencias estamos acostumbrados a ver historias escritas, dirigidas y producidas por una mirada masculina; en ese sentido, las mujeres normalmente ocupan puestos inferiores a los que tienen los hombres y suelen establecerse estereotipos de género muy marcados en el espacio de trabajo. 

Por Myla Martínez 

Brissa Piñera, directora y directora de fotografía en la industria audiovisual y cinematográfica en Querétaro, menciona que a lo largo de su carrera se ha enfrentado de diferentes maneras a este tipo de violencia en el set.

Algunas de las situaciones que ha vivido dentro de la industria es que ella, teniendo una especialidad en cinefotografía, ocupa puestos como asistente en lugar de directora de fotografía. Sin embargo, menciona “no me tratan mal, para nada, lo estoy disfrutando, simplemente es una realidad”.

Sets diferentes dirigidos por hombres y mujeres. Fotos: NYC, Expok.

Lisset Bohe, directora, guionista y actriz mexicana que vive y labora en el estado de Querétaro, mencionó que lo que más ha visto dentro de la industria es el encasillamiento de personas dentro de los equipos de trabajo por su género y que le ha tocado ver cómo los equipos de fotografía y sonido son acaparados por los hombres, mientras que el departamento de arte es un espacio abierto para mujeres.

Departamento de maquillaje. (Foto: José Guadalupe Bernal Álvarez).

De igual manera, se hizo un estudio sobre las mujeres en producción cinematográfica y audiovisual y se dio a conocer que en largometrajes mexicanos que se registraron en el año 2021, el área con mayor presencia de mujeres fue la producción, seguido de guionistas, directoras y en último lugar cinefotógrafas. 

Lisset menciona que la desigualdad de género es el tipo de violencia que más ha vivido dentro del set “estando en equipo de fotografía y equipos de dirección, siento que puede ser muy notorio que me ven cargar lámparas y siempre hay un hombre que me ofrece ayuda. Ofrecer ayuda no es malo, pero ¿por qué no le dices a tu compañero hombre que también está cargando luces que si también necesita ayuda?, si estoy en este puesto y tengo mi faja y tengo mis guantes por qué dudarías de que puedo hacerlo”

Los casos que presentan Brissa y Lisset no se despegan de la estadística mostrada, y son situaciones que son parte de la desigualdad que se vive dentro de esta industria y que va formando un ambiente laboral con violencia que perpetúa la supuesta idea de que las mujeres son más débiles e incapaces para manejar con equipo o incluso responsabilidades. 

Luces, cámara, acoso

El acoso sexual y el hostigamiento son parte del ecosistema de violencia que sufren las mujeres en la industria del cine. Es una situación que dentro de los sets se ha llegado a normalizar para no causar mayores problemas, provocando que las mujeres tengan que ejercer su profesión bajo situaciones laborales en las que se les vulnera la mayor parte del tiempo. 

Ana “N”, quien pidió que no se revelara su nombre real por temor a represalias que puedan tomarse en su contra, productora de animación que reside en la ciudad de Querétaro, narró la historia de acoso que le tocó vivir a su amiga y en la que ella decidió defenderla. Mencionó que después de varias ocasiones de su jefe insinuándosele a su colega decidieron acudir con su jefa (dueña de la productora en la que trabajaban), ya que ella, además de tener el poder de correr a la persona, les había comentado que cuando estaba más joven había sido víctima de acoso sexual.

Respondiendo al grito desesperado de auxilio, su jefa les dio su palabra y les aseguró que las ayudaría. Sin embargo, en el momento menos esperado les dió la espalda y las corrió de su empresa justificando otros motivos totalmente diferentes.

“Era una situación en la que nos dolía tanto la respuesta de las mujeres, incluso nos hicieron sentir que estábamos exagerando, como el tener que empezar desde cero otra vez, de por sí es súper difícil entrar si no conoces a gente dentro de la industria entonces era como tener que volver a empezar y él sigue ahí por los contactos que tiene” comentó Ana “N” para definir la situación por la que muchas mujeres dentro de la industria cinematográfica tienen que pasar cuando alzan la voz ante una injusticia o violencia que llegan a sufrir. 

El fuerte crecimiento de la industria cinematográfica en México, el incremento de participación de las mujeres en la industria y las denuncias que se han mostrado en términos de acoso sexual y hostigamiento, prenden los focos rojos ante los colectivos, asociaciones feministas y algunas casas productoras para empezar a ver el tema como un problema de la actualidad. 

Muchos movimientos han salido a la luz a raíz de estas situaciones como muestra y red de apoyo hacia todas las mujeres que han tenido que pasar por estos panoramas. Iniciativa Artemisa es un grupo de mujeres que nace ante la urgencia de regular las relaciones laborales en la industria audiovisual. 

Dentro de un estudio que se realizó a 140 mujeres sobre las violencias que sufren dentro de la industria audiovisual se demostró que el 70% de las entrevistadas se ha enfrentado a un tema de acoso u hostigamiento sexual, el 27% de los incidentes se reportan, el 22% de las mujeres no llegan a reportarlo por el miedo a las represalias que pueden tener y el 30% no reporta el tipo de violencia que sufre porque lo consideran que no es importante o que es normal.

Ana “N” es un claro ejemplo de lo que pasa en este ambiente laboral, cuando ella y su compañera se atrevieron a hablar y pedir ayuda, lo único que recibieron fue un rechazo y le restaron la importancia que se merecía el asunto. Ellas son ilustración de las estadísticas presentadas por Iniciativa Artemisa. Así es como se ven las estadísticas en la vida real. 

Ante la frustración de no recibir apoyo oportuno, no tener soluciones claras y después de perder tres trabajos por alzar la voz, Ana “N” mencionó que llegó a entender a muchas mujeres que hacen caso omiso ante estas situaciones. Todos estos casos impunes se pueden traducir a una familia o incluso estabilidad laboral, ella reflexionó:

“¿De qué me sirve estar perdiendo mí trabajo por defender la situación y yo no estoy haciendo nada por mí?, no estoy cambiando las cosas para mí, ¿hasta dónde vale la pena decir las cosas? Y ahí entiendes por qué mucha gente no dice nada. Ahorita yo no tengo hijos, me arriesgo a mí misma, pero el día de mañana que tenga una familia es mucho más difícil alzar la voz”.

Casos como el de Ana “N” hay muchos. Lisset Bohe, relató que ha estado en situaciones en las que hombres han violentado a sus colegas mujeres haciendo comentarios lamentables e hirientes que vulneran a sus compañeras dentro del set. Son notorias las intenciones, sin embargo en muchas de las ocasiones las mujeres no denuncian porque no saben cómo reaccionar al respecto, no tienen la fuerza para explicar lo que les ha sucedido y al final se ven en la necesidad de seguir trabajando del lado de su compañero acosador. 

En la Encuesta regional sobre violencia y acoso en los espacios de trabajo en la industria audiovisual y de las artes escénicas en latinoamérica se reportó que, en México, el 54% de las personas encuestadas han reportado ser acosadas sexualmente dentro de su espacio de trabajo, lo que posiciona al país como el segundo lugar con más personas con episodios de violencia en su ambiente laboral. 

Situaciones como las de Ana “N” y Lisset nos ayudan a darle forma a estas problemáticas demostradas en cifras en las encuestas y estudios realizados anteriormente y como menciona Lisset las soluciones ante este tipo de problemáticas que se viven en la actualidad vienen desde el diálogo, la compañía y la empatía. 

Una nueva narrativa

Los reportes de desigualdad de género, acoso sexual y hostigamiento laboral dentro de la industria cinematográfica son cada vez mayores a nivel nacional, es por esto que La Cofradía, asociación civil que busca mejorar las condiciones laborales y de seguridad dentro de la producción audiovisual y cinematográfica en Querétaro, ha elaborado un Reglamento para la prevención de casos de hostigamiento, la desigualdad laboral y el acoso sexual y un protocolo para la atención  de casos de hostigamiento, la desigualdad laboral y el acoso sexual que se han utilizado ya en varias producciones realizadas en el estado. 

Gladys Lizárraga, directora de cine y presidenta de La Cofradía mencionó que una de sus motivaciones para realizar estos documentos junto con sus compañeras Brissa Piñera y Andrea Torres, fue justamente que veían necesario crear un protocolo que protegiera de hostigamiento en set y que considerara la igualdad de sueldos de todas las personas involucradas en la industria antes de que el mundo audiovisual y cinematográfico siguiera desarrollándose en Querétaro. 

Los documentos oficiales que proponen para este tipo de situaciones están abiertos para cualquier persona que sea realizadora cinematográfica, ya que lo más importante es crear sets seguros previniendo los casos que puedan suceder. El reglamento y protocolo se anexan al contrato de las personas que estarán involucradas para marcar una línea que establezca lo que pueda suceder en caso de presentar algún tipo de reporte.

“Ha funcionado hasta ahorita bastante bien porque aunque haya bromas de -ay ya no voy a poder coquetear con la actriz- por lo menos ya le estás poniendo un límite. Eso ha ayudado a favorecer el trato de la gente”, mencionó Gladys al comentar alguno de los beneficios que han traído éstos documentos. 

Algunas de las compañías productoras en Querétaro que han utilizado el protocolo son: Panda Rojo Media, Dopic FA Studios, Los Lazarillos, Cinematografía UAQ, Arte7, Bulbo Media y Somos Casa Creativa. De igual manera, hay algunas productoras en Ciudad de México que han aprovechado el acceso al protocolo para incluirlo en sus producciones y generar ambientes de trabajo libres de violencia laboral, sexual o económica. 

Foto: José Guadalupe Bernal Álvarez.

Para Gladys es importante que los documentos sean utilizados de manera correcta, sin embargo no tienen manera de verificar su buen uso, pero menciona que sí es probable que se lleguen a utilizar para dar el “gatazo” de ser una producción libre de acoso y hostigamiento. Aunque llegue a suceder un caso de acoso u hostigamiento, un trabajador que firme el contrato y reglamento es conocedor de sus derechos y en caso de que se incumplan puede reclamar a la producción y hacer valer sus derechos. 

Lisset Bohe, menciona que “un set con perspectiva de género será aquel que tenga equipos en donde se sepa que existen estos protocolos, en donde se hable de violencia género y donde todos los compañeros, compañeras y compañeres tengan conocimiento de las situaciones en las que pueden ser vulnerados o donde pueden estar vulnerando y que se comprometan a no seguir reproduciendo este tipo de comportamientos”.

“Yo lo vería cuando las mujeres que están en set sean escuchadas de la misma manera que los hombres son escuchados, por qué muchas veces incluso si la mujer es la directora siempre habrá un hombre dígase fotógrafo, productor o AD, dispuesto a hacerle mansplaining de su propia historia”, mencionó Brissa Piñera para ilustrar su visión de una industria con perspectiva de género. 

Gladys Lizárraga dirigiendo un largometraje (Foto: José Guadalupe Bernal Álvarez).

Los protocolos son importantes para generar ambientes laborales libres de violencia, en ellos los derechos de cada persona se hacen válidos y crean conciencia ante los problemas de acoso y desigualdad que se viven dentro del set.

Por eso, es importante reconocer el gran avance de la industria queretana en temas de una oferta de seguridad a las mujeres en el set y tratos dignos dentro de los mismos para generar una nueva mirada a la industria cinematográfica. 

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Este reportaje fue realizado en el marco del Bloque de Producción periodística convergente del Tec de Monterrey Campus Querétaro, del cual ZonaDocs fungió como socio formador.

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