El duro golpe de envejecer en Guadalajara

“No había tranquilidad, había mucha violencia, maltrataban a los ancianos”, así lo comenta la señora María Guadalupe López Martínez, quien residió por siete meses en un asilo ubicado en Guadalajara, en el que constantemente presenciaba violencia hacia sus compañeras y compañeros por parte de directivos y enfermeros. 

¿Cuántos casos como éste ocurren? No se sabe porque las autoridades estatales y municipales ignoran cuántos de estos centros operan, no sólo en Guadalajara sino también en Jalisco, y algo más grave: no existen datos de cuántos adultos mayores viven en estos lugares. 

Por Karla Guzmán, Emilio Rodríguez, Alitzel Pulido, Kiara Estrella y David Piragauta. 

“¿El gobierno? el gobierno viene a dar lata nada más” responde con un poco de sarcasmo la Madre María de Jesús, coordinadora del asilo María Auxiliadora, al preguntarle por las ayudas del gobierno para la atención de las adultos mayores que residen en este lugar.

“Vienen a traernos multas que porque no tenemos esto, o porque no tenemos lo otro” añade la Madre María, respecto al único motivo por el cual el gobierno visita este asilo ubicado en la colonia Mexicaltzingo, en el municipio de Guadalajara. 

El mismo caso sufre la Fundación López Chávez, ubicada en la colonia Miramar, en el municipio de Zapopan, pues Fátima Alvarado (trabajadora social y procuradora de fondos de este establecimiento) nos cuenta que por parte del gobierno tampoco reciben ningún tipo de apoyo. 

Este evidente abandono gubernamental resulta muy contradictorio con el artículo sexto de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, elaborado por Comisión Nacional de los Derechos Humanos, donde se establece que:

“El Estado garantizará las condiciones óptimas de salud, educación, nutrición, vivienda, desarrollo integral y seguridad social a las personas adultas mayores”. 

Pese a esta situación, el asilo María Auxiliadora que ha tenido sus puertas abiertas por más de 100 años ha encontrado por medio de los donativos la manera de sustentar los gastos que albergar a 55 adultas mayores conlleva, ya que a éstas no se les cobra por este servicio. 

Por su parte, la Fundación López Chávez sí cobra una cuota de recuperación, a sus residentes, la cual varía dependiendo las condiciones socioeconómicas y la dependencia de cada adulto mayor, pues de esta última varía las necesidades de cada uno; sin embargo, Fátima nos explica que al ser una Asociación civil denominada donataria autorizada, la Fundación tiene la posibilidad de recibir donaciones monetarias o en especie por parte de la comunidad: 

“Todos los donativos en especie nos ayudan a disminuir los costos de la alimentación, de los productos de limpieza para lavandería y para el aseo en general”, añade Fátima. 

Teniendo en cuenta que estas donaciones y cuotas de recuperación sólo bastan para atender los servicios generales de un asilo, la falta de ayuda por parte del gobierno resulta posible para estos centros cumplir sin ningún problema con temas de infraestructura y personal, los cuales son las principales carencias de los asilos según la ley. 

A esto hay que sumarle que, a la fecha, las autoridades estatales y municipales no tienen datos sobre la cantidad de asilos y casas de descanso que operan en el estado, mucho menos una cifra exacta de cuántos ancianos se tiene albergadas.

De acuerdo al último reporte en 2010 del Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS), había 68 asilos en Jalisco, en tanto para la Secretaría de Salud de Jalisco se tiene un registro de 191. Al no tener una exactitud de la cantidad de estos establecimientos en el Estado se hace más difícil llevar un control de estos.

Según la Norma Oficial Mexicana NOM-031-SSA3-2012 (sobre Asistencia social. Prestación de servicios de asistencia social a adultas y adultos mayores en situación de riesgo y vulnerabilidad), todos los asilos o casas de retiro deben contar con todos los requisitos para poder operar como tales.

Un claro ejemplo de estos parámetros, en cuanto a infraestructura se refiere, indica que para que estos establecimientos puedan operar sin ningún problema, deben de tener: áreas con dimensiones necesarias para el desarrollo físico, sala de televisión, sala de usos múltiples, fáciles accesos a baños y dormitorios; así mismo deben evitar escalones y desniveles, y en caso de tenerlos mantenerlos con antiderrapantes y pasamanos de cinco centímetros de diámetros fijos a los muros, contar con rampas útiles para sillas de rueda dentro y fuera del establecimiento, entre otros. 

Instalaciones del Asilo Fundación López Chávez (Foto: Alitzel Pulido).

Igualmente deben estar en constante supervisión los servicios técnicos como: la electricidad, agua y gas, manteniendo la instalación eléctrica controlada, así como contar con cables, enchufes y pastillas eléctricas seguras, prevención contra incendios, como detectores de humo y extintor con indicaciones de uso.

En cuanto a personal con el que cuentan estas instituciones, según la norma de Asistencia Social, deben operar de acuerdo a la cantidad de personas que tienen a su cuidado, siendo obligatoria contar con la presencia del personal de salud como: doctores, nutriólogo, enfermeros, especialistas en geriatría, psicólogo, terapeuta físico, trabajador social, dietista, cocinera, personal de vigilancia las 24 horas del día y personal apto y capacitado para el acompañamiento de los residentes. 

“En total son 14 personas las que trabajan con nosotros”, nos comparte la Madre María, su personal no abarca ni con la mitad de lo que debería. La falta de recursos ha ocasionado que tengan escasez de personal.

“Tenemos una doctora que viene dos veces por semana y esta una enfermera que viene todas las mañanas de 8 a 3, y en la tarde no hemos podido pagar para que alguien se quede al servicio”, ahonda la religiosa. 

Aparte de ello, no cuentan con un nutricionista, ya que la falta de recursos les impide alimentar específicamente a cada una de sus asiladas de acuerdo con sus respectivas necesidades. 

Caso que se repite nuevamente en la fundación López Chávez, “no hay nutriólogo como tal, pero hay una chica de nutrición que está haciendo su servicio social aquí” declara Fátima en cuanto a la ausencia de este personaje de del recurso humano se refiere; sin embargo, Fátima recalca que la ayuda de esta estudiante ha apoyado bastante para organizar nuevos menús y que ninguno de estos se repita en la semana. 

“Te preguntas ¿Cómo es que están operando? o ¿Cómo es que tienen personas a su cuidado?, si no cumplen ni con la mitad de los reglamentos que se necesitan cumplir para tener un asilo en funcionamiento” esto manifiesta preocupada Erika Espinoza.

Ella es estudiante de último semestre de gerontología, quien durante sus prácticas realizó constantes visitas a casas de descanso y se encontró con estas irregularidades. Según Erika, el no cumplir correctamente con esta norma, sería razón suficiente para clausurar estos establecimientos.

No obstante, los encargados de estos centros no tienen conocimiento de estas leyes y operan con estas deficiencias, nos explicaba Erika, quien también nos mencionó que al no existir una norma específicamente para lo que se denomina “Asilos” existe una confusión por parte de encargados y entes gubernamentales para la supervisión, vigilancia y control de estos. 

“Protección civil nos dice un día, que estos cables tienen que estar arriba, y viene a la semana otro y nos dice que tienen que estar abajo” fueron los testimonios dados a Erika por parte de los encargados de un asilo el cual estaba visitando. 

El que no exista un número exacto de asilos que actualmente operan en la zona metropolitana de Guadalajara, hace que sea imposible tener un control sobre el seguimiento que los entes encargados tienen que hacer de éstos, por lo cual ahora resulta un poco lógico que la respuesta que obtuvimos en los documentos de transparencia al preguntarnos por el listado de inspecciones realizadas y el listado de asilos clausurados , fue:

“no se tiene registro de la información solicitada toda vez que no está dentro de las funciones de esta Secretaría”.

Oficinas DIF Guadalajara, instancia que tiene bajo sus responsabilidades velar por los derechos de las y los adultos mayores (Foto:Karla Guzmán).

Desamparo familiar 

El gobierno no es el único antagonista en cuanto a abandono hacia las y los adultos mayores se refiere, pues en muchos casos los familiares  sólo están presentes cuando inscriben a su familiar al asilo, después ya no se les vuelve a ver.

“Que los familiares de los adultos mayores residentes en asilos, estén en la obligación de visitarlos periódicamente” es una de las propuestas de Erika para solucionar esta problemática, que puede considerarse violencia emocional. 

“Llevar a mi familiar a un asilo no va de la mano con abandonarlo”, afirma Erika quien busca con esto eliminar ese concepto de la sociedad. 

“La familia de la persona adulta mayor deberá cumplir su función social; por tanto, de manera constante y permanente deberá velar por cada una de las personas adultas mayores que formen parte de ella, siendo responsable de proporcionar los satisfactores necesarios para su atención y desarrollo integral”, esto es exactamente lo que indica el artículo nueve de Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, en cuanto a los deberes de la familia se trata. 

“Procuramos enviar mensajes de: ¡Por favor, vengan a visitar a su familiar, lo extraña mucho, está muy triste! Pero ya sale de nuestras manos el hecho de que lo cumplan”

Esta es la manera como la fundación López Chávez combate esta problemática en los casos en que un adulto mayor pasa meses sin recibir visitas.

En el caso del Asilo María Auxiliadora parece ser un caso de suerte quien recibe visita de sus familiares, pues la mayoría de sus residentes llegaron allí bajo otras circunstancias:

“Algunas vienen a tocar puerta por que necesitan el servicio, otras las traen, a otras las dejan en la puerta, otras las recogemos en la calle y a otras las trae la policía.” nos manifiesta la Madre María sobre cómo han llegado allí la mayor parte de sus residentes. 

Y todo esto ocurre en plena impunidad, lo mismo sucede con los abusos o maltratos físicos que ocurren contra las y los adultos mayores dentro de los asilos; por ejemplo, el registro de multas o sanciones contra estos lugares en 2019, la suma económica en materia de multas se extendió a 70 mil 547, no se registraron sin clausuras ni arrestos.

Sobre el resto de los años, en el marco de la pandemia, no se tienen datos registrados. 

Una de las razones, en cuanto abusos, es que las denuncias por violencia o maltrato físico y psicológico se deben hacer directamente a la Dirección General de Visitaduría de la Procuraduría Social; sin embargo, esta institución cuenta con poco personal para solucionar estas situaciones y, por ende,  realizan las visitas de seguimiento mucho tiempo después de presentar la denuncia. 

Pese a todo, encuentran paz

A pesar de todas estas irregularidades con las que operan estos asilos en Guadalajara, estos terminan siendo los pocos lugares donde los adultos mayores se sienten valorados y parte de la sociedad. 

María Guadalupe Gómez adulta mayor albergadas en la Fundación López Chávez, nos cuenta que se siente contenta con la administración de este lugar. 

Ella terminó allí después de que les contara a sus familiares que su anterior asilo, en San Felipe de Jesús, no se sentía tranquila, pues sentía que el personal maltrataba a los ancianos. 

“Amigos que yo tenía antes, pues ya han fallecido, han fallecido varios, pero acá he podido hacer nuevos amigos, algunos sufren de alzhéimer, pero con Rafaela que está bien en sus facultades mentales, platicamos bien”, así describe María Guadalupe su vida en ese lugar. 

Por su parte, Fátima explica su día a día en esta Fundación.

“De lunes a viernes una encargada de trabajo social les realiza a los adultos mayores actividades matutinas, son ejercicios suaves, se utiliza usualmente pelotas, aros o botellas con algún material un poco pesado, pero de manera que ellos puedan hacer este tipo de ejercicios”.

A su vez, Fátima nos recuerda que los voluntarios también son parte de las donaciones que estos lugares reciben, pues actividades socioculturales y recreativas por parte de privados, ayuntamiento o voluntarios son de gran ayuda para el ánimo y motivación de los adultos mayores. 

“Desde las 8 de la mañana despertamos, aseamos y cambiamos a cada señora para que a las 9 puedan desayunar y estar un rato libre en el patio para que a las 11 vayamos a misa, después de eso si hay grupos que vienen las ponen a jugar lotería o les ponen música, sino hay grupos ven una rato televisión”, este es el día a día en el asilo María Auxiliadora, descrito por la Madre María. 

Asilo Fundación López Chávez (Foto:Alitzel Pulido).

Es evidente como las actividades en los asilos son de gran ayuda tanto física como emocional para los adultos mayores, quienes encuentran en estos espacios un momento de prevenir o tratar varias enfermedades como: ansiedad, artritis, presión alta, etc.

También cabe mencionar que en estos espacios el sentirse integrados a un grupo es de vital importancia. 

“El taller que más me gusta es en el que todavía estoy participando, se llama narración, me gusta porque en este yo narré una parte de algo que viví en mi niñez y ahora sin saberlo lo tengo que narrar en el auditorio me da pena, pero ahora le sigo”.

Así lo describe emocionadamente María de Lourdes Ocampo, una adulta mayor de 69 años que desde hace varios años asiste a los talleres y actividades que ofrece el CETAM, el cual es un centro tapatío de atención al adulto mayor donde se realizan talleres, actividades recreativas, culturales y deportivas, así como servicios médicos y sociales para un envejecimiento activo y saludable. 

Los talleres que brinda el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) a los adultos mayores brindan todo tipo de ayuda, pues nos cuenta María de Lourdes que en este centro ha recibido tanto servicios de estilista como psicológicos:

“El taller de duelo es para las personas que ya tuvimos alguna perdida como yo a mi hijo que se me murió , y hace casi dos años también murió mi esposo, y de eso trata el taller del duelo de todo lo referente a lo que siente uno, todo en referencia a ese duelo” añade María de Lourdes. 

Citando nuevamente la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, se puede notar que el artículo séptimo, el cual hace referencia a los deberes de parte del estado y la sociedad frente al adulto mayor, es quizás uno de los más ignorados:

 “el Estado promoverá la publicación y difusión de esta Ley para que la sociedad y las familias respeten a las personas adultas mayores e invariablemente otorguen el reconocimiento a su dignidad”.

Esto es lo que dice textualmente este artículo; sin embargo, esta no es la realidad que evidenciamos, los adultos mayores actualmente es una población altamente discriminada. 

“La mayor importancia para mí es que nos dan nuestro lugar las personas adultas porque en muchas partes no nos ven con buenos ojos y a todas las personas mayores donde quiera estorbamos, nos hacen menos y pues no nos dan el lugar que merecemos” menciona María de Lourdes, acerca de los talleres ofrecidos en el CETAM. 

En este caso el refrán de “cómo los vemos, nos veremos” deja de ser un simple refrán, pues se convierte en una reflexión hacia un futuro con un panorama poco alentador por las actuales maneras de tratar a los adultos mayores por parte del gobierno, familia y sociedad. 

Pero, este panorama no tiene que ser el resultado final, estamos a tiempo de exigir al gobierno garantías para una vejez digna, estamos a tiempo como sociedad de cambiar la percepción que se tiene hacia los adultos mayores y así valorar, admirar y respetar a este ser 

El ciclo de la vida seguirá, actualmente, se tiene un registro de 15.5 millones de personas mayores a 60 años en México; en Jalisco, se calcula que en 2040 existirán más de un millón 200 mil adultos mayores.

***

Este reportaje se elaboró en la clase Investigación Periodística de la Licenciatura en Comunicación Pública de la Universidad de Guadalajara, asignación a cargo de Darwin Franco Migues.

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