Mi Macro Periférico:Un año de inseguridad, largas esperas y microviolencias

El pasado 31 de enero, Mi Macro Periférico cumplió un año de vida; usuarias y usuarios de este sistema masivo de transporte señalan que, pese a sus quejas, el servicio no ha mejorado porque prevalecen las largas filas para abordos y transbordos; aunado a ello  también denuncian carencias en las medidas de protección, inseguridad y microviolencias machistas dentro y fuera de la magna obra de movilidad del gobierno de Enrique Alfaro.

Esta noticia colectiva explora estas realidades a través de quienes a diario viajan por este sistema BTR que recorre 41.6 kilómetros del anillo periférico de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Por Andrea Lozano, Olimpia Cruz, Luisa Paez, Stayce Salas, Larisa García, Emiliano Sedano, César Escareño, Emilio Rodríguez y Octavio Ríos.

Fotos: Leslie Zepeda y Christian Cantero

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Foto: Leslie Zepeda.

Las largas esperas para abordar Mi Macro Periférico

Por Stacey Salas, Emiliano Sedano y César Escareño.

El 30 de enero de 2022, el Gobernador Enrique Alfaro anunció con “bombo y platillo” la inversión de casi nueve mil millones de pesos en el nuevo servicio de movilidad desplegado en todo el anillo periférico; este sistema reemplazaría la ruta “380”, y lo haría con un servicio ágil, seguro e integral para la población tapatía; sin embargo, esto no ha ocurrido del todo.

María, usuaria de este sistema de transporte, comparte su experiencia:

“El tiempo de traslado en la unidad es de alrededor de 15 minutos, pero con la fila de personas esperando abordar tengo que irme con otros 20 minutos de anticipación para poder llegar a mi trabajo a las 8:00 a.m.. Creo que es más tardado que cuando utilizaba la 380”.

Para esta adulta mayo, lo que se necesita es que pasen más unidades porque la mayoría vienen súper llenas; algo en lo que coincide Luis, pues él tampoco puede subir al también llamado Peribus: “aunque queramos no podemos subir, forzosamente tenemos que esperar alrededor de 15 minutos para poder abordar”.

Mariana, usuaria asidua, considera que el transporte mejoró en algunos sentidos, pero resultó peor en otros:

“Es más seguro porque contamos con estaciones con guardias y los choferes se ven más concentrados en su trabajo, pero en cuanto al tiempo de traslado está peor y vamos más apretados que en la 380”.

Para las y los usuarios, la larga espera para abordar las unidades se debe a su irregular paso y frecuencia en las estaciones.

“Lo ideal fuera que el servicio sea más constante, hay veces en las que las unidades no dan abasto. Van súper llenos, a veces los macrobús no pueden cerrar bien las puertas de lo lleno que van, eso puede provocar un accidente”, indicó Ramón Ávila, usuario recurrente del medio de transporte.

A pesar de que con anterioridad se hayan autorizado recursos para la adquisición de más camiones y la contratación de más personal para temas de seguridad y logística, las personas consideran que el espacio y los lugares en los autobuses siguen sin ser suficientes.

“Ellos deben de ver en que horarios hay más gente. En la mañana hay muchísima gente, tanta que no puedes ni salir del macro. Yo pienso que en eso debe de haber un poco más de orden”, Explica la señora Rosa Camacho.

Otro problema para las y los usuarios consultados es que no todas las unidades que pasan por las estaciones realizan el mismo recorrido, así que el tiempo para esperar la ruta indicada aumenta de manera considerable en la estación de transbordo.

Espera aumenta en estación de transbordo

Pasajeros provenientes del tramo Carretera Chapala – El Colli dijeron esperar en Chapalita Inn hasta 15 minutos en promedio. “He tenido que dejar ir hasta tres camiones en Chapalita Inn, porque en la madrugada van llenos”, comentó un estudiante del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Tanto usuarios como personal de las estaciones dicen desconocer por qué ocurre el transbordo.

“Lo veo innecesario, sería mejor que el camión se fuera todo recto; no entiendo por qué nos hacen bajarnos para tener que tomar otro camión allí mismo”, dijo una pasajera quien baja en la estación de Ciudad Judicial.

El transbordo en Mi Macro ocurre cuando las rutas troncales MP-T02 y MP-T03 cierran sus ciclos de traslado en Chapalita Inn, donde todos los usuarios deben bajar para tomar ‘la otra mitad de la ruta’ o abordar un MP-T01, única troncal que sí recorre el circuito completo: Carretera Chapala – Barranca de Huentitán.

En horas pico de movilidad, el desembarque de varios pasajeros en Chapalita Inn se suma a la poca circulación de unidades vacías o con espacio de abordaje, lo cual genera altos grados de aglomeración en dicha estación.

“Es común el desorden por la mañana en (la estación de) Chapalita (Inn); la gente se amontona, se avienta, se mete en la fila y hasta grita hacia los trabajadores de la estación. Debería haber más unidades en circulación a esa hora, o al menos personal que vigile y regule ciertas conductas de los usuarios”, comentó un hombre quien usualmente transborda en dicha estación.

La página web oficial de Mi Macro Periférico informa que la frecuencia de paso de las unidades troncales (MP-T) 01, 02 y 03 es de 6, 7.5 y 4.2 minutos respectivamente.

A casi un año del inicio de operaciones de Mi Macro, algunos usuarios dijeron preferir la ahora extinta ruta 380 de camión, porque “era más rápida y daba la vuelta completa al periférico”. Sin embargo, afirman que este nuevo sistema de estaciones cerradas les parece más “seguro y eficiente”.

Elevadores que no sirven

Otra queja de la ciudadanía es la relacionada al defectuoso estado de los elevadores ubicados dentro de las estaciones. Son varias ocasiones en las que falla el sistema y personas quedan atrapadas, originando retrasos y otros inconvenientes.

Usuarias y usuarios de “Mi Macro Periférico” precisan que, a un año de su inauguración, prevalece la larga espera dentro de las estaciones. Entre quienes toman este sistema masivo de transporte reportan que el tiempo para abordar un convoy ha sido de hasta 30 minutos, esto debido a la saturación de unidades por la demanda de la población. Estaciones como Chapalita Inn, Periférico Sur y Belenes son de las más concurridas.

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Perciben inseguridad a abordó Mi Macro Periférico

Por Olimpia Cruz, Larisa García, Octavio Ríos y Emilio Rodríguez

A un año de su inauguración, Mi Macro Periférico ha demostrado ser un sistema de transporte público de alta demanda. En un solo día traslada más de 300 mil usuarios por el Anillo Periférico, desde la Barranca de Huentitán hasta la Carretera a Chapala.

Sin embargo, la inseguridad también aborda día a día junto a cada uno de las y los pasajeros: accidentes, asaltos y robos dentro y fuera de las estaciones han impactado a las y los usuarios con alarmante frecuencia durante los 12 meses de operación del Peribús.

Lourdes es una mujer mayor que toma “el Macro” de lunes a viernes para trasladarse de su casa al trabajo, y viceversa. Ella describe que el servicio de transporte “está de la chingada, pues los choferes trabajan desesperados y no le dan tiempo a uno de bajar”, comenta haciendo referencia al desempeño de los conductores.

Ella considera que es necesaria una capacitación en cuanto al trato con las y los usuarios; de igual manera sugiere que se incorporen elementos de seguridad a las estaciones, pues con esto, piensa ella, disminuiría el número de actos de delincuencia a los que están expuestos.

Diego Monraz, titular de la Secretaría de Transporte de Jalisco, aseguró que se está implementando un plan de seguridad ante los asaltos dentro y fuera de las estaciones: “Estamos ya reforzando con seguridad privada y en coordinación con la policía municipal”, declaró.

Sin embargo, la realidad es otra.

“Aquí existe mucho robo de carteras y celulares” nos menciona la señora Martínez, quien forma parte de la seguridad privada de Mi Macro Periférico, esto al preguntarle sobre la frecuencia con la que suceden actos delictivos en Mi Macro Periférico.

En un año de operación, el transporte se ha visto atacado por la delincuencia, esto lo han evidenciado las y los usuarios a través de redes sociales como Facebook y Twitter.

La inseguridad no sólo sucede dentro de las unidades sino también en los accesos a las estaciones del servicio público. William es usuario frecuente de Mi Macro Periférico, menciona que falta mayor seguridad en los accesos de las estaciones; “normalmente lo tomo en la noche y ya todo está solo”.

Sobre ello, la señora Martínez comparte el operativo que llevan a cabo al reportarse algún caso de delincuencia, el cual resulta insuficiente en la experiencia de quien ha sido víctima de algún robo: “Se reporta a control o con los auxiliares de SITEUR para que le den seguimiento”.

Además menciona como un usuario afectado puede hacer un reporte, “primero se reporta aquí, con los supervisores, se manda a control si es necesario se revisan las cámaras”.

Sin embargo, los mensajes y quejas que aparecen en las redes sociales de SITEUR constantemente señalan que nadie da seguimiento ni información tras poner o hacer los reportes por robo.

En palabras de los usuarios, es en las horas pico y durante la noche cuando más inseguros se sienten debido a la oscuridad, aquí algunos testimonios:

Cuando son horas pico… pues no porque realmente es tanta gente que tienes mucha proximidad con hombres, literalmente los tienes en frente de la cara y a veces te hacen sentir intimidada o incómoda”, comentó Alejandra.

“No tengo tanto miedo, pero hace como un mes me robaron mi cartera”, compartió César

“A mí me robaron mi cel, se subió mucha raza y aprovecharon, como que me abrieron la bolsa y me di cuenta porque mis audífonos se desconectaron”, denunció Laura.

Mari, una guardia de seguridad de la empresa privada GESSA concuerda con que es la aglomeración de personas lo que provoca situaciones en las que ella tiene que intervenir.

¿Qué es lo más difícil de su trabajo?

“Cuando hay mucha gente … se empiezan a jalonear o empujar a veces y si hay quien brinca y hace más lío, ahí yo tengo que calmar a todos. Otras veces hay unos mas abusados que aprovechan para agarrar cosas de valor”.

Al cuestionarla sobre cuál es su respuesta ante casos de acoso o robo dijo:

“Dependiendo, las muchachas que vienen y me dicen que alguien las tocó o las ofendió les digo que ahí esta el letrero con la información de lo que tienen que hacer y si alguien me dice que lo robaron le digo que tiene que ir a meter la denuncia o demanda allá a donde toca porque hasta para revisar las cámaras se ocupan permisos y trámites”.

El kit de supervivencia de usuarios de Mi Macro Periférico 

Los usuarios de Mi Macro Periférico reportan una nueva modalidad de robo a sus pertenencias: les abren la bolsa o la mochila durante el trayecto a su destino.

Al respecto: ¿Cuál es la perspectiva que tienen los usuarios en la seguridad que hay durante el trayecto del Macro?

Una usuaria nos comparte que en una ocasión le abrieron la bolsa y le robaron su monedero, lo mismo pasó a un familiar suyo, quien también fue víctima de un robo estando a bordo del Macro. Desde entonces, se ha visto en la necesidad de guardar en el fondo de la mochila tanto el celular como la cartera.

Otra usuaria platicó de una experiencia similar, pero no le pudieron robar nada porque no tenía nada de valor:

“Recuerdo que me baje del Macro y cuando estaba caminando una muchacha me aviso que traía el cierre abierto de un compartimiento de mi mochila (…) Normalmente trato de poner mi cartera entre los libros y el celular traerlo en el bolsillo de mi pantalón (…) A mí no me había pasado que me roben, pero tengo amigos y familiares que sí les ha pasado”.

Asimismo, otra joven usuaria de este transporte público concuerda en que se deben de guardar las cosas de valor en el fondo de la mochila o del bolso, también recomendó tener el celular entre el resorte del pantalón y la cadera, y ya ahí deben de taparlo con algún suéter, abrigo o alguna otra cosa.

Infografía: Olimpia Cruz

Los usuarios de Mi Macro Periférico son víctimas de estos robos silenciosos y que son testigos de otras víctimas se han visto en la necesidad de establecer estrategias para evitar el robo a sus pertenencias cuando, en realidad, debería ser una obligación de las autoridades ofrecer un transporte seguro y eficaz, tal y como lo prometió el Secretario Monraz. 

Foto: Christian Cantero.

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Ausencia de válvulas de emergencia en los articulados de Mi Macro Periférico

Por Luisa Páez

Para garantizar la seguridad de las y los pasajeros de Mi Macro Periférico, todas las unidades deberían contar con válvulas de seguridad en cada una de las puertas de acceso; sin embargo, en un recorrido por este sistema masivo de transporte se pudo corroborar que diversas unidades no las tienen.

Estas válvulas se usan en caso de emergencia cuando se deban abrir de manera manual las puertas, teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, estas se abren automáticamente con ayuda de una palanca o interruptor que el conductor acciona

Válvula de emergencia de un articulado con la ruta Troncal T01 (Foto: Luisa Paez).

Después de realizar un recorrido en distintas unidades, tanto troncales como complementarias, se pudo evidenciar que en la mayoría hay ausencia de estas válvulas de emergencia.

Del recorrido realizado, al medio día del 23 de enero, se pudo evidenciar que:

En la primer unidad, troncal T01 (TP-021), están las válvulas de emergencia en dos de las cuatro puertas de acceso/salida; en la puerta del lado del conductor no hay válvula.

En la segunda unidad, complemetaria C03 (TP-060), en las cuatro puertas principales de acceso/salida a las estaciones de periférico no hay válvulas de emergencia; en las cuatro puertas de acceso/salida de su ruta complementaria fuera de periférico hay válvulas de emergencia.

En la tercera unidad, troncal T02 (TP-047) en las cuatro puertas principales de acceso/ salida a las estaciones de periférico no hay válvulas de emergencia, en las cuatro puertas de acceso/salida de su ruta complementaria C01 fuera de periférico hay válvulas de emergencia.

En la cuarta y ultima unidad, troncal T01 (TR-007), hay válvulas de emergencia en todos los accesos/salidas.

Ausencia de válvula de emergencia en las puertas de acceso/salida en ruta complementaria C03 (Foto: Luisa Paez).

En este caso, principalmente, los camiones con las rutas troncales son los que tienen mayor cantidad de válvulas de emergencia, mientras que las unidades complementarias es donde se puede evidenciar mayor ausencia de estas válvulas de seguridad.

Foto: Christian Cantero

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Manspreading: una microviolencia presente en Mi Macro Periférico

Por Andrea Lozano

En repetidas ocasiones, Paola -usuaria de Mi Macro Periférico– ha tenido que “hacerse bolita” en su asiento, pues los hombres que se han sentado a su lado realizan: el manspreading, término inglés que se refiere a la acción de sentarse con las piernas abiertas, pero la historia de Paola es sólo una de las tantas que dejan al descubierto esta microviolencia  machista en el transporte público.

El manspreading no tiene una traducción oficial al español, pero en el sentido más literal significa “hombre esparciéndose”. Como su nombre lo indica, esta práctica hace que sea incómodo el trayecto que las usuarias tienen que realizar en su día a día, ya que los hombres toman más espacio del que realmente necesitan, llegando a invadir el espacio de la persona a su lado.

Esto es un fenómeno fácil de distinguir en cualquier tipo de transporte público, en esta ocasión lo observamos a través de los ojos de las usuarias de Mi Macro Periférico. Cabe mencionar que el manspreading no sólo afecta a las mujeres; sin embargo, son las que sufren en su mayoría de esta microviolencia.

Durante un viaje de la Estación Constitución a la Estación Carretera a Chapala, el 23 de enero, platiqué con usuarias de este transporte acerca del manspreading, ellas me comentaron que no sabían que se le llamaba de esa manera a esta acción, pero sí lo han sufrido: “Sí, es muy común verlo cuando me subo al macro”, corto Jess; Paola, otra usuaria,  comentó lo incómodo que es tener que “hacerse bolita” para poder caber en el asiento.

En el transcurso de este viaje también pude observar a varios hombres ocupando más espacio del que deberían en los asientos, en ninguna ocasión vi que las mujeres les dijeran algo, pues al externar esta situación y pedirles que cierren las piernas, se sienten más agredidas: “me ven feo, a veces lo hacen, pero algunos sólo se voltean” comentó Jess.

En muchas ocasiones, usuarias como Fátima prefieren sentarse solas o quedarse paradas a tener que pasar por un momento incómodo con un desconocido.

El manspreading es una práctica normalizada, ya que a las mujeres se les enseña a sentarse como “señoritas con las piernas cerradas o cruzadas para no ocupar tanto espacio”, mientras que a los hombres no suele indicárseles cómo deberían hacerlo.

El comunicar que lo que está pasando es incómodo y no siempre va a funcionar, pero las usuarias consideran que se les debe decir a los pasajero para que, quizá, de esta manera puedan hacer conciencia de lo incómodo que es su forma de sentarse para otras personas.

Foto: Leslie Zepeda.

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Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

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