“El amor todo lo puede”, “amar duele” o “si te cela te quiere” son algunas de las ideas que construyen el mito del amor romántico.
Sin embargo, este mito no es solo una falsa “historia de amor”, su construcción refuerza y perpetúa patrones de conducta desiguales que conducen a la violencia en las relaciones de pareja. En México, el 39.9 % de las mujeres han experimentado violencia en la relación de pareja, según cifras oficiales de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH).
Por Aletse Torres Flores / @aletse1799
Cada sociedad ha tenido diferentes maneras de concebir el amor y de entenderlo, pero el mito del “amor romántico” ha perdurado hasta la actualidad.
Guadalupe Ramos Ponce, investigadora en temas de género y feminista, explicó que el amor romántico es un modelo de conducta amorosa que refuerza una idea sobre “el significado del amor” y sobre qué sentimientos o emociones deben de sentirse cuando se atraviesa por éste.
El “amor romántico” está presente en las canciones, novelas, películas, anuncios o libros que consumimos. Asimismo, se compone de una serie de mitos naturalizados (y problemáticos) que lo convierten en una herramienta patriarcal y capitalista que oprime a las mujeres.
La investigadora integrante del Comité de América Latina y El Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM) puntualizó que estas nociones que han rodeado históricamente a las sociedades, envuelven a las personas en situaciones de dependencia emocional hasta llegar a la normalización de las violencias en las relaciones de pareja:
“Desde la niñez nos dicen que necesitamos a alguien, que va a ser nuestra media naranja y terminamos idealizando a la primera persona que llegue. Y soportando actos como celos, posesión o violencia verbal por esa idea de amor”.
En ese sentido, Ramos Ponce explicó que, por ejemplo, la “media naranja”, -ese mito del amor romántico que asegura que la única relación posible es aquella que se asume como “predestinada” y que solo a partir de ésta se está “completo” o plenamente “feliz-”, termina por llevar a las personas a aferrarse a relaciones disfuncionales e irrealizables.
Esto es una mentira, precisa la investigadora. Ninguna persona necesita a otra persona para “completarse”, mientras que, tener una pareja es una elección personal y no un requisito indispensable para encontrar la felicidad.
“El amor todo lo puede” o el mito de la omnipotencia del amor. Para la investigadora es uno de los más peligrosos y patriarcales, ya que esta idea sostiene que si hay “verdadero amor”, la pareja debe sortear todos los obstáculos que se les presenten, por más violentos y dañinos que sean. Es decir, infidelidades, agresiones o abusos tanto físicos como emocionales, con la idea de que al final todo se arreglará y triunfará “lo más importante”:
“Es peligroso pensar que es real, porque obliga o compromete a las personas a soportar situaciones o aceptar comportamientos de su pareja a costa de su bienestar e integridad”.
Siguiendo esta misma línea, la concepción de que el amor es igual a “exclusividad”, asume que, al “amar” a alguien, no es posible sentir atracción por otra persona o personas, mucho menos, mantener lazos sexo-afectivos múltiples de manera sana. Esto sólo termina por generar que las parejas piensen que tienen una carga de posesión sobre la vida de la otra persona:
“Se va reforzando esa idea de “tú me perteneces”. Y es peligrosa, porque de pronto es, si yo no te tengo nadie te tiene y termina con la vida de la otra persona” comentó la investigadora.
Es importante advertir que, en el mito del amor romántico, generalmente son las mujeres las que deben sacrificarse, quienes deben renunciar a sus sueños y aspiraciones para “darlo todo” por esa relación falsamente idealizada.
Los celos, por su parte, han sido concebidos como una representación de amor o, incluso, como un requisito para validar a la pareja, pese a ser una actitud dañina y violenta. Ramos Ponce, señala que dicha reacción funciona como un mecanismo de control que se ejerce en casi todas las relaciones de pareja.
Como dato, 3 de cada 10 adolescentes denuncian que sufren violencia en el noviazgo, acorde a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el caso mexicano, 76% de las adolescentes entre 15 y 17 años ha sufrido violencia psicológica, (17%) sexual y (15%) física.
En fechas como el 14 de febrero, es importante comenzar a cuestionar esa idea del amor, pero también, es vital que avancemos hacia su deconstrucción todos los días. La investigadora invita a las nuevas generaciones a “cultivar” la amistad y el amor todo el año y reflexionar sobre lo que es el sentimiento para cada persona y validar cada definición del mismo.
“Hay que mirar el amor como esta entrega personal, como una decisión de compartir con otra persona y no sacrificar nuestro bienestar por nadie más” compartió Guadalupe en entrevista con el equipo de ZonaDocs.
Para la investigadora, es esencial resignificar el amor, tomando como base acuerdos de respeto, cuidado y comunicación. Dejando de lado mitos que aseguran que se debe soportar todo o que al estar en una relación, la pareja se convierte en posesión del otro.
El cuestionar el mito del amor romántico y trabajar para deconstruirlo no significa que las personas dejen de amar, que las relaciones dejen de existir o que ya no sea posible vivir en pareja. Pero, en palabras de Guadalupe “el amor romántico es un mecanismo de violencia patriarcal, capitalista y hegemónica que pone en peligro la integridad y la vida de las mujeres”.
Finalmente, la investigadora recuerda que el amor no debe doler, no debe golpear, no debe engañar, no debe abusar, no debe prohibir ni lastimar. Y seguir perpetuando el mito del amor romántico significa seguir perpetuando prácticas que vulneran a las mujeres a nivel físico, social, emocional y psicológico.
