“Ellas ya no quieren cuidar solas”: 2do Foro Internacional de Mujeres Cuidadoras

Por segundo año consecutivo el proyecto Los cuidados de cuidar: Cuidadoras que escriben su propia historia, creado por y para mujeres cuidadoras de varias partes de México y Latinoamérica, llevaron a cabo el Foro Internacional de Mujeres Cuidadoras del 2 al 4 de marzo.

Durante los 3 días de charlas y mesas de trabajo totalmente gratuitas, mujeres cuidadoras de varios países latinoamericanos, entre ellos México, Colombia, Venezuela, Paraguay, Perú y Chile dialogaron sobre lo que es ser una mujer cuidadora, lo que implica, sus derechos, emociones y cómo es que se perciben en la sociedad. Además, presentaron alternativas y autocuidados bajo la premisa: cuidadoras de cuidadoras.

Por Alondra Angel Rodriguez / @alondriixs

“Unirse varias personas de Latinoamérica nos permite enlazarnos y enlazar nuestro corazón, saber que hoy a través de estos medios y también en lo presencial podemos contar que no estamos solos, realmente hacer una familia, hacer un grupo” destacó Bertha Dora Quezada, presidenta de la Federación Mexicana de Alzheimer.

Bertha hace énfasis en el contacto y la información, puesto que, cuando tuvo la tarea de ser cuidadora de su madre “no había la información suficiente o los espacios para saber cómo llevar a cabo su labor”, incluso, ni siquiera para diagnosticar los problemas a los que su madre se enfrentaba.

“Fue una “universidad” la que yo viví, una cátedra universitaria que no hubiese yo aprendido en la práctica en ninguna universidad del mundo. Fue a costa de fracasos, tropezones, intentos de solucionar situaciones para que ella no se viera afectada”, recuerda Bertha.

Así es como muchas mujeres, sin experiencia ni conocimientos deben enfrentarse a la ardua tarea de cuidar de los suyos, viviendo un cúmulo de experiencias a nivel personal, familiar y como cuidadoras.

De acuerdo con Teresa Orozco y Yolanda Rodríguez, integrantes de la agrupación Los Cuidados de Cuidar, las personas cuidadoras se enfrentan a dos grandes escenarios: 

  • Trabajo formal: que es remunerado, no se mezcla con los quehaceres del hogar y con un límite de horario;
  • Trabajo informal y trabajo no remunerado: donde la persona puede no tener capacitación para realizar el cuidado, abandono de sus actividades previas, así como largos lapsos de trabajo.

El segundo escenario, muestra la situación de la mayoría de las personas cuidadoras, mujeres que deben encargarse de sus familiares a tiempo completo, sin descansos intermedios, sobrellevando múltiples situaciones adversas a las que se enfrentan la persona cuidada y quien cuida. 

Anita Báez, quien también es integrante de Los Cuidados de Cuidar explica que muchas veces las cuidadoras no eligen serlo, sino las otras personas del círculo de la persona cuidada les llevan a asumir esta responsabilidad, atribuyéndole los conocimientos y cuidados y sin que otros tomen la responsabilidad

Las cuidadoras no solo cuidan, sino que su entorno cambia completamente: proyectos de vida, rutinas y metas se ven interrumpidos, debido a que la persona cuidadora se ve en la necesidad de tomar la responsabilidad, porque la persona que ama se encuentra en una situación difícil.

¿Quién cuida a las cuidadoras?

“La enfermedad del olvido” fue como Bertha decidió nombrar a aquello que le sucedió mientras se encargaba del cuidado de su madre, pues más allá de la condición específica de la condición que enfrentaba, la experiencia por la que ella estaba atravesando fue casi como si se perdiera a sí misma: “mi situación así fue siendo cada vez más, amistades se fueron retirando de mi porque ya no tenía tiempo para atender a nadie y la que fue olvidada fui yo, llego el momento en el que me quede sola con ella para sacarla adelante. Fue una enfermedad que pasé en casi absoluta soledad”.

“Las mujeres realizan más del 70% de cuidados no remunerados, donde la mayoría de las veces no sólo es no remunerado, sino invisibilizado junto con la persona que lo realiza” precisa Irais Bonilla, presidenta de Los Cuidados de Cuidar.

Por ello, considera Claudia Ramos, integrante de la Red Latinoamericana de Cuidadores (RLC) , es vital que se reconozca “que una de las formas más grandes que podemos hacer como cuidadoras es cuidarnos entre nosotras”. En ese sentido, señala que es necesario que se hable no sólo de las condiciones de la persona que recibe los cuidados, sino también de quien los provee, ya que, son también “sujetos de cuidado”. 

Además, reconoce que se debe abrir el espectro de las personas que cuidan. Si bien, las mujeres, de acuerdo a este título femenino, se les asocia a la labor de cuidar, Claudia considera realmente importante que se reconozca que también hay hombres que comparten la labor.

Las necesidades ignoradas son importantes. Las personas cuidadoras tienen necesidades físicas, emocionales y afectivas, pero al no ser cubiertas, su tarea de cuidar no es llevadera, puede ocasionarles problemas de salud, emocionales o sociales que las lleva al colapso. 

“Soy una persona que cuida, pero mi corazón y alma está herida, porque amo a esta persona y si la persona que necesita los cuidados no coopera te llegas a sobrecargar de una impotencia increíble” comparte Anita Báez.

Esta situación puede observarse en la mayoría de las experiencias de mujeres cuidadoras en Latinoamérica; de tal forma que, la persona que debe asumir el trabajo, al ser orillada por su supuesto rol dentro de la sociedad, lo hace como una obligación y no “desde el amor”. 

Monin Piris, cuidadora familiar y defensora de los derechos humanos, comenta que es necesario romper esta lógica de cuidados, así como crear una nueva agenda de cuidados que debe tener en cuenta a los derechos humanos y las políticas públicas.

“Nosotras tenemos que romper esa lógica de los cuidados y como está estructurada, porque no le garantiza derechos ni a las poblaciones que acompañamos, ni a las familias ni a nosotras”.

Agrega que no solo se trata de mejores condiciones para cuidadoras o capacitaciones para saber cómo cuidar o una remuneración, para ella, el centro deben ser las mujeres y sus necesidades. 

Y es que ellas ya no quieren cuidar solas, no quieren sentirse abandonadas en esta tarea o desvalorizadas, no sólo en lo económico, sino en lo emocional, en el trabajo físico y en su rol en la sociedad:  

“Muchas no queremos seguir cuidando solas dentro de un sistema que no nos reconoce, que nos está matando, pero no solo a nosotras, sino a las poblaciones que están acompañando y cuidando”.

Los autocuidados

María Paz Medina Montes, integrante de Los Cuidados de Cuidar explica que el autocuidado son las acciones que se encargan de procurar un bienestar propio escuchando las necesidades físicas y mentales de la persona, además de reconocer el derecho a sentirse bien consigo misma.

“Las mujeres cuidadoras comienzan a cuidarse cuando su salud se ve afectada, es muy difícil tomar la decisión de comenzar a realizar actividades que ayuden a cuidarnos, aun cuando se tenga la responsabilidad de cuidar a una persona”, comenta Magda Heredia, de Los Cuidados de Cuidar.

“Conocer y escuchar nuestro cuerpo, tratar de manera amable y tener en cuenta la prevención, pero más que nada debe ser visto por mí y mi entorno desde el marco de los derechos” advierte Magda.

Agrega que las personas cuidadoras poco a poco reconocerán sus derechos a través del autocuidado, autoconocimiento y la prevención. Si bien, saben que es difícil  “tomar la decisión” de comenzar a realizar actividades que permitan a la persona cuidadora enriquecerse, una vez que se logra el autocuidado lleva a un bienestar general 

Magda finaliza asegurando que es necesario dejar de pensar estas problemáticas como algo individual, en su lugar, la apuesta sería observar el autocuidado como algo colectivo, así juntas, proponer o promover acciones que mejoren sus condiciones para ejercer sus derechos; desde poner límites y cuidarse hasta decidir qué es lo que quiero o no:

“Sabemos que no es fácil, pero tenemos que entender que si es necesario, tenemos que interiorizar y entender que si yo no estoy bien nadie va a estar bien, no solo la persona que yo cuido, sino nadie en nuestro entorno va a estar bien”, Magda concluye.

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Alondra Angel
Alondra Angel
Soy estudiante de Comunicación Pública. Me gusta el color blanco, escuchar música y tomar café. Me encanta estar con mi familia. Creo que el periodismo es una manera de hacer algo frente a las problemáticas de hoy y las que tendrán un impacto en el futuro.

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