¿Cómo cubrir el dolor?

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¿Cómo se debe cubrir el dolor? ¿Qué criterios éticos debemos tomar en cuenta? ¿Qué debemos conocer? Fueron parte de las preguntas eje del taller que el periodista Marco Vizcarra ofreció en la Escuela de Periodismo ZonaDocs.

Por Redacción ZonaDocs

“No existe cobertura de víctimas o sobrevivientes, existe cobertura del dolor” expresó de manera contundente Marcos Vizacarra, periodista oriundo de Culiacán, Sinaloa, lugar en el que labora en Revista Espejo y en A dónde van los Desaparecidos.

Al hablar del dolor, explica Marcos Vizcarra:

“las personas periodistas tenemos que  reconocer que nosotres somos individues, pero en algún momento podemos convertirnos también en víctimas”.

Esto es importante porque cuando cubrimos el dolor, es importante iniciar una interacción con las personas consultándoles siempre:  ¿cómo se reconocen ellas?

“Esto porque algunas se consideran víctimas, pero otras sobre vivientes”, explicó el periodista.

Aunque, legalmente, existen consensos alrededor del concepto de víctima, “debemos de ir más allá” . 

Una víctima, por ejemplo, desde la definición de la Corte Interamericana de Derechos Humanos: “es aquella persona que padece daño por culpa ajena”. Esto significa que una persona no es “víctima” porque así lo decidió, sino porque un tercero le provocó un daño, un malestar.

Por ello, considera Marcos, es necesario nombrar a las personas como lo que son, más allá de generar un catálogo de conceptos. Esto depende de sus procesos personales y de cómo se definan a sí mismas. 

“Por ello, no podemos nombrar a nadie, debemos preguntarles: señora, ¿usted se considera víctima o sobreviviente?, su respuesta dependerá de cómo les nombramos. De tal forma que, las personas pueden reconocerse como víctimas o como sobrevivientes”.

Después de hacer esto, lo segundo en importancia es reconocer lo que implica cubrir el dolor, ya que: “Cubrir el dolor lleva una carga emocional brutal, cuando lo hacemos necesitamos ser conscientes de esto”.

Para que les alumnes puedan tener una guía, Marcos Vizcarra les hizo las siguientes preguntas:

Para ejemplificar compartió lo siguiente:

“¿Cuándo debe cubrirse la desaparición de una persona? La respuesta es: cuando la familia lo pide, más allá de cuando lo denuncia. Incluso, cuando la ficha de búsqueda está en las redes sociales, siempre depende de si la familia así lo decide.  Si llegamos a adelantarnos a ser su voz, ellas no son quienes hablan, sino tú”.

¿Qué preguntar?

Para hallar esta respuesta lo primero que les recordó a les alumnes esto: “ Tú no eres la víctima, entonces, ninguna pregunta es mala, pero debemos comprender que nosotres tenemos un privilegio que puede servirles o destruirles”.

Puede que no haya  ninguna pregunta tonta, precisó Marcos, pero si puede haber preguntas hirientes:

“No hay ninguna pregunta tonta, pero al momento de abordar por primera vez la desaparición de una persona, porque esto es nuevo para nosotres. Incluso, ¿cómo se siente? Y ¿cómo está la persona? Aunque esto no quiere decir que no haya preguntas que no deben hacerse. En este caso, todo lo que revictimiza no debe preguntarse; por ejemplo, ¿por qué no hizo nada? o ¿no pensaste en tus hijos? Las preguntas revictimizantes tienen una carga de prejuicio y morbo”.

Respecto al ejercicio de cubrir y entrevistar, si bien, no podemos poner en duda a la persona o cuestionarla, nuestro deber es confirmar los datos.

Marcos invitó a reconocer que este tipo de cobertura no se aprende de la noche a la mañana, se trata de un proceso que implica mucho aprendizaje y sensibilidad. La clave, señala Marcos, es la honestidad. 

“¿Qué cubrir al momento de cubrir el dolor? Tenemos que ser conscientes de que lo que hace extraordinario a esas personas es que son sobrevivientes que con el dolor han construido algo, una lucha”.  Por ello, recomendó a les alumnes:

“Acostúmbrense a decirle a las personas: me gustaría hacer una nota de ti o tu historia”, seguramente las personas también lo quieren, lo piensan o lo saben”. 

Cosas que debemos saber para cubrir el dolor

“No somos les víctimas”, reiteró Marcos, “Les periodistas cubrimos el dolor, pero no somos víctimas. Si nosotres nos revictimizamos vamos a hacer la peor cobertura del dolor. Esto es así porque la historia se centraría en nosotres y no en las personas que lo requieren”.

También les pidió no olvidar: “No somos sus amigues” y “El dolor que comparten es su dolor, no el nuestro”.

Al respecto, Gina de Aguascalientes preguntó:

Me parece muy difícil no generar un tipo de amistad con esa persona que nos ha compartido el momento más doloroso de su vida. No termino de conciliar esta postura o límite.

Marcos le contestó:

“Puede haber una relación posterior con las personas que en algún momento fueron tu fuente, pero el asunto es reconocer cuáles son los límites de tu amistad y su afectación con el trabajo periodístico, podrías terminar con una nota de “un dolor compartido” o “sólo de tu dolor”.

¿Está mal llorar frente a una historia? No, pero es importante recordar que no somos las víctimas, pueden provocar sensibilidad o sentimiento, pero no a partir de ti o tu historia. 

Alex Miles de Querétaro también preguntó: ¿Y si el dolor moviliza? Marcos le contestó:

“Frente al cuidado, no me recuerda el dolor como sentimiento, sino como movilización. Antes escribía con el dolor o la sangre en los dedos, no se puede escribir desde ahí, pues la persona que resultará afectada serás tú y, ahora, quién escribirá”.

Sobre el tema Isabel también reflexionó: “¿Cuándo ando se cubre el dolor, es necesario fotografiar los rostros de personas en el sufrimiento, en el llanto?”.

No, contestó Marcos. Esto porque debemos respetar el dolor siempre.

“La forma correcta de fotografiar/reportear el dolor es dignificando a la persona. Sólo así es válida. Retratar a la persona como se reconoce, a través de sus cualidades, de sus espacios, más allá de su dolor y no desde el prejuicio, desde el estigma, el capacitismo, la revictimización, la misoginia”.

“Hay límites”

Sobre los límites que debemos de tener,, Marcos Vizcarra instó  a que siempre recordemos la importancia que tiene el identificar cuál es el objetivo de la cobertura, y este no puede no es más que dignificar, indignar, denunciar, señalar. 

Para él, otros de los límites también están definidos cuando la cobertura te pone en riesgo a ti o a las personas.

“Antes de la entrevista siempre hay que preguntar “¿considera que hay algo que le pone en riesgo?”. Una entrevista o nota no puede costarte tu vida o la de la persona”.

Consejo final de Marcos sobre el tema: “no te aferres a una nota, siempre hay alguien que lo cubrirá”.

¿Es válido llorar en una entrevista?

“Es válido, pero lo que no es válido es que este dolor les inmovilice”, precisó Marcos Vizcarra, ya que hacerlo desde el dolor puede cegar o evitar que nos olvidemos de lo importante. 

“Siente el dolor, pero no te pongas triste, siente el coraje, pero no te enojes. Todas las coberturas del dolor nos afectan, pero hay que poner límites”.

Y ahondó:

“Cuando me sentí con miedo, lo primero que hice fue reprimirme. Sin embargo, esto sólo creció y exploté y ya no me permitió seguir haciendo mi trabajo. Tuve que comprender que este dolor que sentía no es mi dolor. Es válido hacerse preguntas y ponerse en su lugar, siempre y cuando sea útil para construir historias que favorezcan los procesos de las personas que buscan, denuncian, exigen justicia. Hay que recordar que nuestro trabajo ayuda a cambiar la realidad, no creo que cambie las cosas”. 

Consejos básicos de cobertura

“¿Por qué es importante describir a una persona más allá de su dolor?” Preguntó Marcos.

Ante la incertidumbre de les alumnes clarificó:

“Esto porque el dolor no se expresa sólo en el habla, se expresa en la descripción de su forma de vestir, en sus expresiones, en su voz, en su actitud. Esto es importante porque nos ayuda a identificar el contexto en el que se mueve la persona. Si sólo vamos a cubrir su dolor, contradictoriamente, la minimizamos”.

Respecto de la cobertura de las infancias víctimas de algún delito compartió:

“Sí puede cubrirse, siempre contemplando su interés superior, siempre será primero su bien antes que nuestras notas, bajo su consentimiento y el de madres, padres y/o tutores. Su dolor es importante: 1) debemos dejar atrás nuestros propios traumas y 2) deja el adultocentrismo”.

Pero también debemos de darle la vuelta a ese dolor

“Por ello, no olviden también preguntarles: qué sueña une niñe, preguntar esto es poderoso, hacerlo a través de un dibujo, decirle dónde siente el dolor que experimenta. También hay que acudir a personas expertas o manuales, pero si no estás preparade, ¡no lo hagas!”.

Sobre la cobertura es sobre violencia sexual, la máxima debe siempre ser: No, es no.

“Esta persona ha sufrido bastantes como para ser alguien que también la revictimice. No podemos darnos el lujo de ser cajas de resonancia del dolor. La mejor forma de cubrir a quienes han sido víctimas es escuchando, “lanza una pregunta y escucha lo que te dice la persona, sin interrumpir”, concluyó Marcos Vizacarra. 

***

Es un proyecto auspiciado por la Fundación Internacional de Seattle (SIF, por sus siglas en inglés), a través del Fondo para Jóvenes de Centroamérica y México (Fondo CAMY) y Philanthropy Lab de la Universidad de Washington (UW).

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Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

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