Una mirada al feminicidio infantil en México desde el periodismo colaborativo e independiente

Maroma

Por Itzel Loranca, Ivonne Ramírez y Perla Blas / Por Aquí estamos: feminicidio infantil en México / @aquiestamos_MX

Escritoras invitadas en Maroma

En el año 2018, Itzel, Ivonne y Perla nos reunimos para iniciar un reportaje que respondiera a las preguntas, ¿Por qué existen y por qué han aumentado los feminicidios infantiles? y en el trascurso de la investigación nos encontramos con un problema gigantesco: una vida cotidiana impregnada de violencias hacia las menores de edad en México, indiferencia social, impunidad, vacíos legales para condenar a un feminicida de una menor, inacción de las autoridades, complicidad de familiares para encubrir feminicidas, una cobertura pobre y sin perspectiva de género por parte de la mayoría de los medios de comunicación, entre muchas otras situaciones que rodean un feminicidio infantil. 

Es así que, el “pequeño proyecto” se ha convertido en una colectivo de periodistas y diseñadoras de información llamado Aquí Estamos: feminicidio infantil en México, quienes durante 4 años hemos documentado 299 historias en todo México a partir del método del monitoreo de medios para, en primer lugar, identificar las historias; en segundo,  identificar la cobertura que hacen los medios de comunicación, y por último, como una decisión periodística para la obtención de datos desagregados. 

Bajo este método del monitoreo de medios, creamos categorías e identificamos patrones de la violencia feminicida contra niñas y adolescentes, por ejemplo, los tipos de agresiones, el parentesco de los perpetradores con la menor, los lugares en donde se abandona su cuerpo, entre otras, sin embargo, la escena queda incompleta. No es posible anotar qué violencia sufrían cotidianamente en su hogar, en su colonia, en su escuela; o el silencio que guardaron los vecinos o parientes ante los abusos que atravesaron. La indiferencia social no es registrable en una base de datos. 

Es por esto que es sumamente importante para nosotras mostrar las historias de las menores y el contexto en donde se encontraban, porque sus historias reflejan precisamente la impunidad, la inacción de las autoridades y la sociedad, así como las alertas rojas del contexto en el que vivía la menor. 

Durante estos años el proyecto ha coexistido con diversos acontecimientos sociales como la lucha feminista, la cual es fundamental para este proyecto porque no se puede comprender, estudiar, investigar y escribir sobre feminicidio sin el feminismo y sin la perspectiva de género. 

Otro acontecimiento que ha impacto es la pandemia, debido a que observamos un incremento en los feminicidios de menores durante este periodo ya que el hogar continúa como el lugar de mayor riesgo, pues es en su casa en donde las menores son agredidas y/o en donde es hallado su cuerpo sin vida; por ejemplo, observamos que en 2022 las cifras disminuyeron con respecto al 2021, cuando todavía parte de la población se encontraba en confinamiento debido a la contingencia sanitaria por la COVID-19.

Entonces, desde el inicio de esta investigación hemos atravesado por diferentes etapas de reflexión de manera colectiva e individual. Dentro de las múltiples preocupaciones sobre la situación del feminicidio infantil en el país, visualizamos cuáles son aquellas que requieren la atención urgente de las autoridades como los lentos procesos legales cuando se detiene a un feminicida. Sin duda, el punto de encuentro es dejar de perder y de marcar las vidas de niñas y adolescentes a causa de la violencia machista que prevalece en el país. 

Otro punto crítico que hemos observado con gran tristeza, frustración y preocupación es el silencio y la complicidad de la sociedad-familias. Por ejemplo, el 18 de mayo de 2021, vecinos de la localidad Villa Cuauhtémoc, Estado de México, impidieron a la Policía Ministerial ingresar a la zona para arrestar al feminicida de Wendy Yoselin, de 16 años, asesinada el 20 de marzo de 2021, por lo que el joven (menor de edad cuando cometió el crimen) pudo huir; fue detenido el pasado 19 de marzo de 2023 y su largo proceso para recibir condena apenas comienza.

Otra historia es la de Kymberly Melisa, de 14 años, en Cuautla Morelos. Ella recibió 30 puñadas por Jorge Alberto, mayor de edad, este huyó a Michoacán con ayuda de su padre: los dos fueron detenidos. 

Y la historia más reciente, es la de Estefany Nahomi, de 14 años, en Tecolutla, Veracruz. Ella jugaba en la calle en su bicicleta cuando Víctor Yael, menor de edad y su hermano, se acercaron a ella y el primero la atacó con un cuchillo. La “novedad” para algunos medios locales y nacionales fue que el papá y la familia entregaron al menor ante las autoridades

Tan solo estas tres historias muy brevemente relatadas, reflejan lo preocupante de la problemática en el feminicidio de una menor y todas las otras problemáticas sociales y estructurales que lo rodean.

Por último, no podemos dejar de lado el papel de los medios de comunicación: el análisis debe ser muchísimo más profundo, pero para estos fines podemos apuntar que es común la revíctimización, el vacío de información y la falta de perspectiva de género en las coberturas y en los textos. Entonces, a partir de la narrativa desde los medios es común escuchar que “En México se asesina a 10 mujeres al día”. 

Lo leemos y hemos escuchamos tanto que ya sabemos que es algo que pasa en México y está normalizado. Si como sociedad mexicana hemos normalizado el feminicidio de una mujer adulta, ¿Qué ocurre con el feminicidio infantil? ¿Empezamos ya a normalizar los feminicidios de niñas y adolescentes? ¿Por qué los medios de comunicación hacen del feminicidio de una menor un espectáculo? ¿Por qué consumimos esa información que revictimiza y busca justificar la violencia? 

Es así que otra de nuestras preocupaciones como ciudadanas mexicanas es que se normalice el feminicidio de menores de edad y que lleguemos a un punto en donde se cuenten vidas sin ningún sentido de humanidad, comunidad y empatía.

Entonces es importante estar repitiéndole a la sociedad que un feminicidio y las violencias machistas contra las mujeres en cualquier etapa de su vida NO ES NORMAL. Así como importante es nombrar a las niñas y adolescentes pues es un acto de denuncia, contar su historia es dar eco a las voces de familias, organizaciones, colectivas y más, que exigen justicia.

Aquí están las niñas, las adolescentes, aquí están sus madres, sus hermanas, sus tías, sus abuelas, vecinas y amigas. Están presentes buscando justicia y que la historia no se repita.

Agradecimiento

Queremos aprovechar este espacio para agradecer a todas las integrantes de Aquí Estamos, las que continúan: Erandi León, Norma Ramírez, Brince Tapia, Katya Diéguez, Ana Paula Carbonell y a las que han colaborado en algún momento del proyecto, así como a las que se siguen uniendo.

Un abrazo y agradecimiento infinito a la colectiva Crianza Feminista y a las colegas periodistas que nos han ayudado a hacer eco de esta problemática. 

Pero sobre todo a las mamás de las niñas Alejandra, Alexandra, Alisson, Ilsse, Gisselle, Laura, Victoria, Wendy, TODAS: un especial abrazo a la señora Lorena Gutiérrez, mamá de Fátima y a Sandra Soto de los Machos Nos Matan en México. 

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Para saber más: https://feminicidioinfantil.com.mx/quienes-somos/

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Maroma es un observatorio de la niñez y la juventud. Somos un grupo interdisciplinario de personas involucradas en los sectores académicos, comunitarios, públicos y privados con fines de gestión y bienestar para la niñez y juventud que busca incidir en políticas públicas y movimientos sociales con un enfoque de innovación social.

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