“Toshkua”: dos historias atravesadas por la desaparición

“Toshkua” es el nombre del documental que cuenta la historia de dos personas que se enfrentan a la desaparición: Mary, madre que busca a su hijo Marco Antonio, desaparecido en su viaje a Estados Unidos; y Franciso, quien lucha contra la desaparición de su pueblo, cultura e identidad. 

El filme fue parte del programa de la Feria Internacional de cine en Guadalajara (FICG) en Jalisco. Tras su proyección, colectivos de familiares de personas desaparecidas en Jalisco junto a organizaciones defensoras de los derechos humanos de las personas migrantes participaron en un espacio de diálogo con Ludovic Bonleux, su director. 

Por Aletse Torres / @aletse1799

Toshkua significa “desaparecer” en el idioma pesh de Honduras y también es el nombre del documental que cuenta la historia de las y los que luchan contra la desaparición de forma más global, según explicó su director Ludovic Bonleux.

La pieza cuenta la historia de Mary, madre que viaja desde Honduras hasta Estados Unidos en busca de su hijo Marco Antonio, quien fue desaparecido el 11 de marzo de 2013 en Tamaulipas, México. 

Así como la de Francisco, decano de la comunidad indígena Pesh que se enfrenta a la destrucción de la selva La Mosquitia (o Moskitia) en Honduras, a la migración de sus hijos y a la desaparición de su propio idioma

Bonleux, señaló que, aunque puede parecer que “no tiene sentido que ambas historias estén juntas”, en realidad, las dos sirven para contar una historia global sobre la desaparición; es decir, explicar qué están desapareciendo personas y, a su vez, identidades, espacios y culturas.

Por esta razón, su objetivo principal es visibilizar la situación de vulnerabilidad que viven las personas migrantes que están desaparecidas en México y cómo las comunidades de Centroamérica han sido despojados de su territorio por amenazas y la inseguridad que provocan el crimen organizado y los Estados que lo permiten: 

“Es que nos damos cuenta que todo está conectado, la inseguridad que traen los narcotraficantes y la desaparición de las personas. Y vemos como el Estado le falla a ambos, dejandoles por su cuenta propia” expresó Bonleux. 

El director Ludovic Bonleux (Foto: Leslie Zepeda).

Conforme avanza la trama, la persona espectadora se adentra en el viaje de Mary y de otras madres que buscan a sus hijos e hijas a lo largo de un país envuelto en una crisis de desapariciones. Y es que, de un momento a otro, ya no sólo es la historia de la protagonista, es la historia de todas representada en Mary. 

También, en su recorrido por los estados conoce a otras madres buscadoras mexicanas y encuentra apoyo en ellas, para seguir en la búsqueda de su “tesoro” desaparecido:

“Nosotras las entendemos, nos la pasamos buscando en campos, en galerías y en vida. Ya no solo buscamos a los nuestros, también a los suyos” dice una madre buscadora dentro del documental.

Recordemos que en México se tiene registro de 110 mil 870 personas reportadas como desaparecidas en el país, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas.  

Para el director, era primordial mostrar todo lo que realizó Mary para saber qué le había pasado a su hijo y dónde podría estar. Desde trámites absurdos, la inseguridad de viajar por carreteras solas, el caminar de puerta en puerta con el rostro de su hijo y enfrentarse a autoridades que no contaban con un registro claro de las personas en movilidad humana dentro del país.

De forma paralela, Francisco aparece recorriendo los paisajes verdes que rodean la selva que ha habitado tantos años y por la que lucha contra su despojo. Él es consciente del peligro de su travesía, no obstante,  su amor por su tierra e identidad lo mueven al corazón de este territorio para entender la situación.

Con colores vivos y planos que parecen pinturas, observamos la violencia que enfrenta el decano en la selva y sus obstáculos, como, por ejemplo,  comprender por qué a sus hijos les parece más sencillo irse, cuando para él esto significa renunciar a su mundo. 

Ludovic, espera que el filme haga reflexionar a las personas sobre lo que viven ambos personajes, desde sus dificultades hasta la posibilidad de construir redes de apoyo:

“Para las familias de personas migrantes, esto se convierte en una pesadilla. Imagínate buscar en un lugar que no conoces, pero seguiremos luchando para saber dónde están nuestros hijos.  ¿Dónde están?, ¿Dónde están nuestros hijos?” fragmento del testimonio de Mary. 

Foto: Leslie Zepeda

“Jalisco, tierra de desaparecidos” 

“A nosotras nos toca rascar tierra, buscar en campo y vida a nuestros seres queridos” comentó Marletty – madre de Cesar Ulises Quintero desaparecido el 4 de agosto de 2017 en Ocotlán, Jalisco – al finalizar la proyección de Toshkua.

La madre señaló que en el proceso de búsqueda, las familias están solas, puesto que, ninguna autoridad se ha encargado de apoyarlas en su caminar y han tenido que hacerlo por su cuenta. 

También, estuvo presente María Guadalupe Robles. Su lucha por ver volver a su hija Zulema Fernández,  comenzó el 14 de septiembre del 2021, ese día se “derrumbó su mundo”. Lamentablemente, con la foto de su hija en el pecho compartió que fue encontrada sin vida y que está en la espera de que le entreguen su cuerpo para poder enterrarla. 

Por esta razón, le pidió a la sociedad su solidaridad hacia quienes buscan a sus seres queridos desaparecidos, pues en sus palabras, “sólo cuando se encuentran en la misma situación que nosotras se acercan y comienzan a buscar”. 

En Jalisco, hay al menos 14 mil 984 casos de desaparición, cifra que posiciona al estadi en el primer lugar a nivel nacional, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas. 

Leticia Sandoval Zuñiga, madre de José Marco Antonio Márquez Sandoval, quien fue desaparecido el 13 de junio de 2017 en Guadalajara, agregó que no deben de criminalizar ni revictimizar a sus seres queridos. Su llamado es claro:  “nadie merece ser desaparecido”. 

Foto: Leslie Zepeda.

Por su parte, Anna Karolina Chimiak, codirectora del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD) recordó el caso de Ana Enamorado, madre que desde hace 13 años busca a su hijo Óscar Enamorado, quien fue desaparecido en Jalisco. 

“Ana no ha podido acceder a la justicia y a la verdad sobre el caso de su hijo, pero muestra la terrible situación que viven las personas en movilización en Jalisco” manifestó Chimiak. 

De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas, en todo el país, hasta la fecha, oficialmente hay 152 personas migrantes desaparecidas, de las cuales cuatro se reportaron en Jalisco. 

Luis Enrique González Araiza, director de FM4 Paso Libre, expusó que las personas en movilidad humana son más vulnerables a violaciones a sus derechos humanos y ,lamentablemente a la desaparición, ya que no existe un registro de su identidad: 

“Es como una doble desaparición, no cuentan con un registro, son invisibles en un sistema que decide ignorarlos y por ende, no buscarlos”. 

Para finalizar las integrantes del colectivo “Entre Cielo y Tierra” le pidieron nuevamente a la población que se acerquen a su lucha, que no las dejen solas ni a ellas ni a Mary en su búsqueda, porque “si toda la sociedad se uniera, los poderosos temblarían”.  

Madres buscadoras de Jalisco (Foto: Leslie Zepeda).

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Para saber más sobre próximas proyecciones al aire libre sigue las redes sociales del @Toshkuafilm y de su director @Ludovic Bonleux.

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Aletse Torres
Aletse Torres
Vivo de café, amo los gatos, no creo en las etiquetas. Desde niña quise ser periodista por Spiderman, me invento unas fotos, cubro cualquier tema con pasión, respeto y verdad.

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