Maternaje, Paz y Género

En Pie de Paz

Por Giovana Patricia Ríos Godínez / @GiovanaPRG *

En el marco del pasado 10 de mayo día en que se celebra a la madre mexicana (en cada país tienen diferente día de celebración) se invita a reflexionar sobre la maternidad a la luz de los estudios de paz y los estudios feministas. Por ejemplo, desde 1949 Simone de Beauvoir nos expresó que la maternidad no es algo natural, sino que se ha naturalizado a partir de un proceso de asimilación cultural donde ha imperado la lógica patriarcal, por tanto, el ser madre llega a instaurarse como en la psique de las mujeres y como parte de su subjetividad. Por tanto, ser mujer se inserta en un análisis categórico donde se entrelaza la subordinación, la reproducción y lo doméstico (Sánchez, 2016).

La maternidad, por tanto, se puede centrar en una reproducción de roles que instauran supuestos de lo que debería ser y hacer la mujer para asegurar el control patriarcal, o puede desarrollarse desde una lógica que permite que dicha tarea sea guiada por la noviolencia y además abrirla a hombres y mujeres indistintamente, desdibujando la idea de que hay acciones distintas en el ámbito de la crianz. En este sentido pasamos de la maternidad mujer-madre construida como una categoría para mujeres, a un maternaje como acción del cuidado el cual no se liga sólo bajo la lógica de la reproducción biológica asociada a una identidad heteronormada. 

Si bien, es el espacio privado el lugar donde se desarrollan un gran número de violencias que impactan en el rol de mujer y el rol de madre, también se observa que estas violencias se deben a la responsabilidad total asumida socialmente de cuidar a hijas e hijos que también reciben violencia. Las violencias pueden ser físicas, verbales, psicológicas, económicas, todas ellas relacionadas con las violencias directas, pero también son culturales y estructurales, es decir, esas violencias que no se observan en un primer plano, pero que sostienen las dinámicas de la construcción de ser madre en México y que en gran medida no sólo son asumidas, también son aceptadas y reproducidas por las instituciones. 

A partir de la construcción de una maternidad distinta que rompe con un orden cultural preestablecido, se da paso al reconocimiento de una maternidad que permite ser una opción de resistencia pacífica, que promueve el cuidado de otro ser a través de acciones noviolentas por medio de maternajes positivos y democráticos. Asimismo, se generan dinámicas donde las violencias, la culpa, el miedo, la exigencia, no son los indicadores que sostienen la maternidad tanto en la arena pública como privada. 

Cabe destacar que los retos de la crianza desde una lógica feminista del cuidado se deben observar en dos vías, la privada y la pública. En el plano de lo privado la crianza no se centran en la madre, sino en una responsabilidad compartida con la pareja (sin importar su identidad sexo genérica) a través de dinámicas económicas, educativas, lúdicas, etc., reconociendo que existen herencias generacionales que seguirán buscando perpetuarse y que al romperse se logran construir espacios de desarrollo y libertad en y para el ejercicio de la maternidad. 

En el ámbito público, la responsabilidad recae en las instituciones cargadas de valores que determinan socialmente cómo debe de vivirse la maternidad; por ejemplo, las políticas públicas que no tienen perspectiva de género tienen consecuencias de francas desigualdades entre hombres y mujeres, y además hay espacios invisibilizados en torno a la maternidad, como son las madres que se encuentran en prisión y que son separadas de sus hijas e hijos. 

El maternaje se convierte uno de los espacios más importantes para la transmisión de cultura a través del cuidado, donde situar la construcción de paz al centro de la práctica genera un potencial transformador que permite, por un lado, situar a la mujer ante la acción de cuidar no por imposición cultural de cánones establecidos y, por otro, sitúa a tanto a las hijas e hijos como receptores de una lógica distinta del cuidado donde subyacen valores democráticos, sin el ejercicio de la violencia y con capacidad crítica ante los roles impuestos por la lógica del patriarcado. 

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Coordinadora de la Maestría en Derechos Humanos y Paz ITESO, integrante del Centro de Estudios para la Paz (CEPAZ) y Secretaria de la Red Nacional de Paz ANUIES. giovanarios@iteso.mx

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En pie de paz
Es una columna colaborativa que busca colocar en el debate público la relevancia de la cultura y educación para la paz. Esta columna es escrita por Tzinti Ramírez, Carmen Chinas, Laura López y Darwin Franco.

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