La izquierda lidera después de las precampañas

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Búnker de Bambus

Por Juan Yves Palomar / @juanyvespalomar

Hace unos cuantos días se celebraron los eventos de cierre de las dos principales candidatas a la presidencia y tras un par de meses de precampaña entre la candidata de la izquierda Claudia Sheinbaum y la candidata de la derecha Xóchitl Gálvez, el saldo es favorable para la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México que tiene la delantera por más de 20 puntos, según la mayoría de las encuestas publicadas hasta el día de hoy.

El proceso electoral 2023-2024 comenzó con una panorama de relativa incertidumbre sobre cómo evolucionarían las preferencias. Por un lado, la candidata de la derecha abanderada por el PRI y el PAN estaba en un momento en donde varios analistas y medios de comunicación se apresuraron ante la efervescencia a calificar la candidatura de Xáóchitl Gálvez como un “fenómeno”. Por el otro lado, Claudia Sheinbaum quien los últimos 5 años estuvo al frente del gobierno de la Ciudad de México se enfrentaba al reto de cohesionar a la coalición que lidera después de un proceso interno en donde el ex-canciller Marcelo Ebrard amagaba con generar una ruptura dentro de Morena.

La candidata de la izquierda logró superar, pese a los pronósticos de sus detractores, el riesgo de división dentro de las fuerzas políticas que la impulsan, después del mensaje de Ebrard en donde anuncia que pese a crear una asociación civil nueva no abandonarÍa su militancia en Morena. Sheinbaum se dedicó a recorrer el país y sumar a la dinámica de su organización a diferentes liderazgos que le han ayudado a apuntalar su ventaja.

En contraste Xóchitl Gálvez quien tenía a su favor, el no ser tan conocida por los electores o, por lo menos, así lo señalaron varios analistas y simpatizantes más que cosechar apoyos ha ido hilvanando fallas que se han traducido en negativos, errores que se han ido concatenando mientras cada vez más personas la conocen cuestión que reduce su posibilidad de crecimiento.

Algunos de los errores más significativos de la campaña de la candidata del PRI y del PAN han sido la felicitación a Javier Milei, una suerte de autócrata trasnochado que busca gobernar en Argentina por decreto y sin el respaldo del poder legislativo. Otro de sus errores estratégicos ha sido el no tener un discurso cohesionado, hablando de causas de izquierda un día y tratando de persuadir a los votantes de la derecha más extrema al siguiente.

Como cereza del pastel, unos cuantas horas antes de su cierre de precampaña decidió invitar a su campaña a Eduardo Verastegui, líder cuasi fanático de una suerte de extrema derecha en gestación, cuyo principal campanazo durante su intento de recolectar las firmas para ser candidato independiente a la presidencia fue salir en un video con un rifle y amenazar de muerte a todas las personas que no piensan como él.

Frente a la cadena de malas decisiones de Gálvez, Sheinbaum ha realizado una campaña precisa y sin errores significativos. En su recorrido por el país ha insistido que para la coalición que encabeza van primero los pobres, subrayando así la necesidad de profundizar el combate contra la desigualdad como principal bandera para el próximo sexenio. En la agenda de transporte y comunicaciones anunció que de convertirse en la primera mujer presidente de México impulsará la recuperación de los trenes de pasajeros en diversas rutas del país como factor para fortalecer el desarrollo económico, transporte que fue descontinuado durante el sexenio priista de Ernesto Zedillo. En educación una  de las principales propuestas que dió a conocer fue su intención de llevar la beca universal para niños y niñas de preescolar a secundaria que ya se implementa en la capital del país, a todo el resto de la república mexicana.

De esta manera, frente a la división existente en la candidatura de Xóchitl Gálvez evidenciada por el rompimiento del pacto cupular entre PAN y PRI en Sinaloa, lo que fue dado a conocer de manera torpe por el presidente del PAN; lo que contrasta con la disciplina y la unidad mostrada por Claudia y su equipo de campaña, hecho que también explica que lejos de cerrarse la brecha entre la candidata puntera y la que va en segunda posición, la distancia ha permanecido igual si no es que ha aumentado.

Para finalizar y por no terminar sin mencionar el caso de Movimiento Ciudadano, la desastrosa pre-campaña de Samuel Garcia que tuvo que bajar a su candidato original de la contienda a causa de un pésimo cálculo político en Nuevo León. La aspiración naranja pasó del espejismo insensato de quienes aseguraban desplazaría a Gálvez del segundo lugar a ser prácticamente una candidatura testimonial después del anuncio de la designación como candidato de un ex legislador, Jorge Álvarez Máynez, alguien prácticamente desconocido fuera de la Ciudad de México.

Por todo lo anterior, la elección presidencial de 2024 se perfila a ser una contienda entre dos candidatas principales, una que enarbola el progresismo de la izquierda y otra que cada vez más se escora hacia posiciones más conservadoras. Aún nada está definido por completo aunque pareciera que cada día que pasa las posibilidades se reducen para la derecha mexicana. Veremos si llegada la fecha de la elección existe algún elemento que modifique la participación esperada, si las encuestas aciertan en sus predicciones o en su defecto tienen algún margen importante de error.

 

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