La importancia de hacer memoria (Parte I)

Esta es la primera de una serie de crónicas en las que el autor nos lleva a cuestionar la realidad de nuestro estado. Una realidad que, a pesar de la negativa gubernamental, se presenta violenta, pero también esperanzadora por la lucha digna que dan quienes apuestan por la memoria.

Por Orestes

“Como ánima, la esquizofrenia ronda por todas partes últimamente ¿no?”, él cree verla con su cara enloquecida, por todas partes, con su cara enloquecida, cree verla.

En su último día de trabajo Orestes acude a la develación del monumento memorial de las víctimas de feminicidio en Jalisco, sobre avenida Chapultepec Sur, en los remates del camellón que vertebra la Zona Rosa del oeste de Guadalajara. 

Renuncia para continuar su tratamiento en casa, no logra trabajar bajo antipsicóticos, cada acto esforzado es una lamida sabor metal y todo cuanto percibe va filtrado por una nube de adormecimiento donde lleva metida la cabeza porque no puede echarla a su mochila.

Su mente divaga inquieta mientras el Estado de Jalisco emite por primera vez una disculpa pública por el feminicidio en 2017 de Alondra Guadalupe Arias González cuya madre, apersonada al inicio de la comitiva en el acto, es el rastro más evidente de cómo la memoria de Alondra no deja de doler. 

La memoria de Alondra posee otros rastros en el mundo digital que cambiarán después de este día 28 de noviembre. Ahora el buscador Google, el chatbot GPT y las hemerotecas digitalizadas de los medios de comunicación referirán su nombre destacando inmediatamente la disculpa ofrecida por el Gobierno de Jalisco, nuestro Estado nacionalmente señalado por la ferocidad con la que expresa su documentadísimo odio a las mujeres. 

Hasta la noche anterior, Orestes hacía lecturas del rastro digital que había quedado de Alondra Guadalupe, se trataba de sus datos generales que combinados articulaban el perfil y el patrón de una muy específica selección de víctimas: 20 años. Confiadas con sus autoridades. A la espera de la protección solicitada. Convencidas de su versión. Sin exagerar. Y finalmente asesinadas por sus parejas. 

El devenir femenino al poder 

Las personas presentes en el acto oficial de este día no abarcan una pieza completa del corredor Chapultepec que extiende recto sus 1.4 kilómetros, partidos en cachos hasta su extremo norte donde aguarda la Fuente Lafayette en Avenida México; no obstante, el lugar con todo y sus dimensiones, en otros tiempos ya ha sido desbordado por la indignación de más de 35 mil mujeres.

En 2020, la marcha del 8M es nutrida por una nueva generación (acompañada y alentada por las pioneras luchadoras de toda la vida) decidida en marcar un hito y superar a la Guadalajara “novia” de Jalisco, a elevarse sobre el lugar común de los “ojos tapatíos” o  símiles con jacarandas y primaveras, a combatir la hipocresía del varón que se consagra públicamente a la Virgen, la Minerva y su propia “madrecita”, pero en la intimidad deshace a golpes el rostro de esposas e hijas. 

Durante el gobierno actual se han registrado 918 víctimas de feminicidio, homicidio doloso y parricidio de mujeres. Brutalidad desproporcionada que se colma ante las 54 condenas emitidas contra los responsables, hasta julio de 2023. 

Las consecuencias para quienes cometen estos crímenes exhiben a una Fiscalía del Estado chaparra pero no inocua, pues la mediocridad de sus resultados parece haber sido minuciosamente medida por los victimarios que calculan altura, volúmen, peso, resultados, procuración de justicia y así, a ojo de buen cubero, les resulta una atractiva impunidad del 95%.

Paradójicamente, en la actualidad el país avanza rumbo a las puertas de la historia, mientras perfila a dos mujeres como las opciones fuertes para los comicios presidenciales. Así mismo, Jalisco, abundante en en machos y feminicidas, no permanecerá indiferente a los vientos nacionales y a un año de los comicios del 2024 ha comenzado a vislumbrar candidatas locales sobre sus marcas, listas y apuntando la nariz al poder, luego de haber configurado la primera Legislatura con una mayoría de diputadas mujeres en el Congreso local. 

Los últimos años el partido Morena es una locomotora interoceánica e interfronteriza que se hizo de 22 estados y gobierna a 7 de cada 10 mexicanos. Años en los que, simultáneamente, Jalisco configuraba su propio fenómeno con denominación de origen, a través de Enrique Alfaro Ramírez.

Morena en Jalisco no solidifica estructuras internas o sociales, aunque vaya que logra figurar como oposición; si la locomotora nacional ya se anticipa a las elecciones de 2024, Morena avanza en Jalisco como un pesado remolque que engancha al partido asociado a la poderosa Universidad de Guadalajara; a Futuro cuyo gran activo es Pedro Kumamoto; y los partidos satélite de siempre, todos dirigidos por la aspirante Claudia Delgadillo, ex priista y tocaya de la precandidata a la Presidencia.

Por su parte, la alianza de los partidos tradicionales PRI y PAN se decantan también por otra candidata, tanto a nivel nacional como en Jalisco donde se perfila la priista Laura Haro; mientras que la candidatura por la capital del estado, recae en la mediática ex senadora emecista, Verónica Delgadillo. 

De esta forma, 2023 cierra con el anuncio del devenir femenino al poder. ¡Y qué bueno! a ver si ellas pueden más, pues ese mismo año, mientras sacaba sus cálculos respecto al feminicidio, el gobernador Alfaro básicamente aceptó que el Estado habría de limitarse precisamente a sacar cuentas, pues se asumió atado de manos ante este tipo de violencia, bajo el argumento de que se ejecuta al interior de los hogares. 

Ojalá el devenir femenino al poder logre desatar las manos; ojalá y las gafas violeta que usará el 2024 conciban una perspectiva con voluntad para tumbar al asqueroso machismo que mata y abrió el 2023, año del devenir femenino al poder, con el asesinato de la madre y la hija, nada más y nada menos que en pleno Ministerio Público en Poncitlán, mientras denunciaban más y más violencia.

Hasta Tlajomulco 

Alondra vivía a 25 kilómetros de Guadalajara, en Tlajomulco de Zúñiga, un municipio que en décadas recientes refrenda su posición (entre duros contrastes) en la orquesta metropolitana de la zona centro de Jalisco. 

En la primera década de los dosmiles descolla como la ciudad revelación de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), conforme su brazo industrial estrecha la vecindad tlajomulca y tapatía; y su otro brazo, el inmobiliario, multiplica fraccionamientos de hogares “huevito” que terminarían abandonados por la falta de condiciones básicas para ser habitados.

La corrupción de los viejos partidos permitió la construcción de este tablero de inhabitables franjas blancas que terminó por convertirse en un cementerio de elefantes con casas de seguridad para guarecer pandillas y víctimas del crimen organizado.

Crispado por el abuso, el electorado de Tlajomulco germinó los primeros cuadros de la fuerza política que relevó a los partidos tradicionales. Primero pintada de amarillo PRD y luego naranja MC, tal fuerza llegaría a extenderse por la entidad, desde la cabecera de las mesas más  mportantes de Palacio de Gobierno y Casa Jalisco.  

Desaparecidos, lavado de dinero y robo de combustible: Tlajomulco de Zúñiga es un municipio con formas de ciudad, de pueblo y de Esparta que curte diariamente a sus habitantes habituados a esforzarse dos veces más en todo, al doble para su acceso a sus cotos en las irregulares pero requeridas mototaxis; doble esfuerzo para desplazarse en avenida López Mateos, para acceder a servicios, llegar a sus trabajos, la escuela o la facultad. 

Otro fenómeno frío y hueco termina por rematar estremecedoramente las estampas de amplias zonas del territorio:

“Parece que se lo tragó la Tierra”, solía decirse si alguien dejaba de ser visto, una fría figura usada por los abuelos de todos nosotros pero ahora posible en Jalisco y especialmente en Tlajomulco donde destaca la instrumentación de fosas clandestinas al registrar una cuarta parte de las más de 300 localizadas en el estado, desde 2006.

Durante la administración estatal 2018-2024, Tlajomulco registró el 40% de veces en las que criminales abrieron obscena y profundamente los suelos para rellenarlos con cadáveres de las víctimas y simular que sus crímenes nunca tuvieron lugar. Más de mil 600 víctimas encontradas en Tlajomulco, han estimado las madres buscadoras respecto a los puntos que ellas mismas han tenido que apuntalar; y suscribe la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas de Jalisco con referencias de diciembre del 2018 a junio del 2023. 

Imágenes de la disculpa pública ofrecida por el Gobierno de Jalisco.

Oropeles 

Alondra Guadalupe pudo haberse comido al mundo, Orestes sitúa el nacimiento de Alondra en 1997, tiempo de cambios, a pesar de la naturaleza conservadora y católica de la ZMG. Para ese entonces ya se ha dejado emparejada la puerta de la escolaridad a las mujeres, así como la puerta a la libertad sexual y los métodos de anticoncepción.

A inicios del siglo XXI, el derecho a decidir luce más nítido en el horizonte, como la próxima conquista. 

En la Zona Centro de Jalisco las mujeres hacen un despliegue, de la intimidad a lo público, donde alzan la voz y abrazan la Primavera Violeta que es mundial en los dosmiles. Se apropian del contenido de la palabra “feminismo” y le transfieren sangre nueva luego de reconocer que el país ha empleado este término en el debate público, muchísimo menos que la palabra “feminicidio”. 

Y ya para el año en que Alondra es asesinada, surge potente el movimiento internacional #MeToo que dio espacio al respaldo siempre necesario en cada denuncia por acoso o abuso ¿Habrá visto ella algo al respecto en redes sociales cuando finalmente se decidió a interponer una orden de restricción en contra de su agresor? Como haya sido, algo falló.

Entrados los dosmiles México quiere transitar por el carril del nuevo Milenio; entidades como Jalisco y Nuevo León aprenden a caminar más rápido y le siguen el paso para aprovechar la oportunidad de comerse al mundo. Antes de morir el siglo XX se cree que podemos sentarnos a la mesa con las potencias económicas que construyen el supuesto progreso de Occidente y desde la cúspide sostener con ellas una conversación bien civilizada durante una cena de varios tiempos, después de todo, compartimos los mismos “valores” que Europa y Estados Unidos. 

Al ex presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) se le mancha el proyecto modernizador del TLCAN por una serie de homicidios de alto perfil, estallidos sociales, crisis económica y adelgazamiento político, aunque sin testigos directos. 

En cambio, Jalisco tiene encima la mirada del mundo cuando queda expuesto durante la III Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, en 2004. La protesta y la “Cumbre Alternativa” evidencian cómo la desigualdad no permite los consensos tan fáciles y bonitos; se evidencia que el anfitrión no tiene saldo democrático para pagar las cuentas y ni siquiera es el caballero emanado de la Ilustración que aparentaba ser: 

“¡Miren cómo resuelve sus conflictos a trancazos y no con ideas!” La tortura, represión, encarcelamientos. No sólo la comunidad internacional observa al anfitrión convertirse en chango, la ciudadanía jalisciense se queda boquiabierta mientras ve la batalla campal que se libra en la intersección de las avenidas Juárez y 16 de septiembre. Cae a pedazos el discurso de modernidad, valores y civilidad. 

Atorados en ese institucionalismo de oropel, en algún punto, un mensaje o alguien, hizo creer a Alondra que las mujeres en Jalisco ya contaban con organismos, mecanismos y leyes que hacían de colchoncito para que pudiera lanzarse en caída libre y escapar de su violentador. Alondra asumió sus derechos confiada en que la estructura la sostendría y consiguió una orden de protección, como las que suele emitir el Estado norteamericano a sus ciudadanas, pero otra vez el fondo exhibió la simulación, ella hizo todo lo que debía hacer para escudarse pero la protección nada más no llegó. “Pensándolo bien, quién sabe si había escudo”, se interrumpe Orestes; lo que sí hubo para ella fue un asesino, ese sí que encontró todo dispuesto para matar sin contratiempos. 

Ofrecer disculpas

Tantas fallas, negligencia e impunidad terminan por configurar en Jalisco una enorme estructura para matar mujeres como si fuera un deporte para el cual adecúan distintos tipos de estadios. Jalisco quedaría corto con una sola disculpa y en el mismo acto extiende su ofrecimiento a Rosa, a Liliana, a Katia, también víctimas, tantas en la historia reciente del estado que esta tragedia queda calibrada para su uso político. 

El costo político por la incapacidad de contener los abusos feminicidas aumenta en Jalisco y apenas en la segunda década de los dosmiles estalla sobre el que fue el último gobernador priista con aire prometedor: en 2012 Aristóteles Sandoval cortó la racha de 18 años del PAN gobernando en Jalisco, pero su gobierno quedó rebasado por distintos tipos de violencia.

Un ejemplo esclarecedor es la reacción de ese gobierno al feminicidio como crisis pública; durante su último año, el sexenio de Sandoval es un jadeo quebrado que oficializa el apoyo económico para los hijos de las víctimas de feminicidio. 

“Sin rebuscamientos, el significado desnudo de esa iniciativa es la rendición del Estado para proteger y prevenir nuevos asesinatos en contra de sus ciudadanas, en tanto normaliza los que ya se ejecutaron”, piensa Orestes la noche anterior mientras lee sobre este tipo de crímenes.

Jalisco padece el fenómeno de la violencia como si fuera un síndrome, pues se desarrolla compuesto por varios tipos de violencias.

Para 2023 durante el año previo a los comicios electorales en el Congreso de Jalisco es presentada la iniciativa para dar apoyo económico a los huérfanos de personas desaparecidas; aunque esta vez el planteamiento implica otras dificultades como cuantificar el total de niños en estas condiciones, un amplia cifra que permanece callada y en expectativa de crecimiento. Además de que a un año de las elecciones, los partidos olisquean todo con un tufo proselitista.

El acto de disculpa pública es en noviembre de 2023, ahora es el último año de la administración emecista que sucedió al PRI y esa mañana devela el monumento oficial del perdón. 

Orestes observa a la segunda presidenta que ha tenido la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) desde su creación en 1993. La presencia de Luz del Carmen Godínez, este día es institucionalmente oportuna porque la recomendación emitida por la Comisión motivó la disculpa del Estado, también es simbólicamente oportuna porque la CEDHJ llega a sus 30 años modificando de nuevo el término Ombudsman (El hombre que defiende al pueblo) a Ombudsperson cargo que hasta ahora sólo han ocupado Godínez y Lupita Morfín (1997-2001), los otros cuatro titulares de la CEDHJ han sido varones (Ombudsmen). 

Orestes prefiere el perfil de Lupita quien era brava y hacía que los periódicos publicaran en largos pliegos su foto enfrentada a la del cardenal Juan Sandoval Íñiguez, a principios de los dosmiles cuando el PAN como la iglesia católica pesaban más en el debate y acción pública de Jalisco. 

En contraste, sobre la actual presidenta de la comisión estatal, Orestes ha leído el curioso paralelismo (nada oportuno) que comparte con la presidenta de la Comisión Nacional (CNDH), Rosario Piedra:  “¿Qué dejaron caer primero, el índice de recomendaciones emitidas o la autonomía de cada comisión?” Les cuestionan medios y activistas.  

La transmisión en vivo del acto y su testimonio quedan registrados en las redes sociales de Amnistía Internacional, no así en las del secretario general de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza, quien preside el acto, en representación del gobernador ausente, Enrique Alfaro Ramírez. Desde la cuenta de Ibarra Pedroza en la red social X sólo documentan el acto con fotos.

El mensaje del maestro Ibarra, como es llamado afablemente por todos en Palacio de Gobierno, también resulta oportuno porque en 2023, Bicentenario de Jalisco, el maestro es guardián de la memoria histórica de los 200 años del Estado, se documenta diligentemente en el Archivo Histórico y escribe “El Nacimiento de Jalisco” con tal prudencia en el uso histórico que se lee elegante, estilo complejo para un libro de historia. La disculpa pública a las víctimas de feminicidio posee el mismo estilo e incluso referencia a los hijos de las víctimas, quienes generalmente son los grandes olvidados de estas narrativas. 

Vencer el olvido

Hasta aquí llega la pastilla, Orestes pone el modo avión a lo que le queda de su conciencia para esa mañana y su mente divaga sin control: meses atrás conversó con el secretario sobre el primer gobernador de Jalisco, Prisciliano Sánchez, que en 2023 aariba retrasado a “La Rotonda de los Jalisciense Ilustres”, por un acto de injusticia que bien pudo ser presagio de nuestros tiempos. 

Generosamente el secretario explicó que antes el monumento neoclásico de 17 columnas dóricas hermanadas por un anillo de cantera que el Centro de Guadalajara ha dedicado a la memoria de “sus hijos esclarecidos” y llama “La Rotonda de los y las Jaliscienses Ilustres”, exigía por normativa el resguardo celoso de los restos de sus hijos ilustres para poder erigir una escultura en su rededor; sin embargo, los de Prisciliano Sánchez sufrieron exhumaciones, cambios de locaciones, intentos de ultraje y un último entierro tan subrepticio que fue lanzado a la historia bajo el estatus de no localizado:

 “No hay certeza de dónde quedaron los restos del gobernador”, relata el secretario Ibarra y Orestes piensa que esa frase perfectamente podría ser el encabezado del diario El Informador del día siguiente o el encabezado de dos años atrás cuando mataron al ex gobernador Aristóteles Sandoval, con arma de fuego, por la espalda y en un baño en Puerto Vallarta.

Lo piensa nuevamente y con más fuerza mientras observa La Glorieta de los Niños Héroes que esa mañana hace de telón de fondo y, si bien, es más conocida en la ciudad como La Glorieta de las y los Desaparecidos, la única firma de peso que oficialmente la llama así es Wikipedia. 

En su ancha explanada circular han sido pegadas las fotos de seres queridos ausentes, fotos previamente elegidas, diseñadas, impresas y colocadas con el dolor que tampoco se despega, fotos que otras veces visten el cuerpo de las madres que les buscan,  estampadas sobre playeras blancas, con la digna esperanza con la que antes las bisabuelas jaliscienses usaban el ropón de mandas que concedía el milagro de que sus hijos cruzaran con bien al “otro lado” de la frontera. 

“Qué se vea más nítido el número y más grande, por favor” solicitan las madres en una de tantas imprentas en el cuadrante de las calles Pedro Moreno, Enrique González Martínez, 8 de Julio y Morelos en el Centro de Guadalajara, porque la tela está muy buena, aguantadora y recubre bien un cuerpo que todos los días se quema por el frío del abrazo ausente; les interesa multiplicar la oportunidad de que alguien reconozca a sus muchachos y las contacte desinteresadamente, quien sea, un agente, un vecino, un mirón o el cabrón que se los llevó, quién sea pero que haga el favor. 

O ya de pérdida que no vengan en la madrugada a la glorieta para extirpar sus esperanzas a manguerazos, como el tramposo que se arranca las costras a escondidas antes de que se caigan solas.

Los colectivos se preguntan desconcertados a dónde se fueron las cédulas con datos oficiales y rostros de sus desaparecidos, “¿Qué pasó con la búsqueda en vida y la voluntad de las autoridades?”, si desde 2022 que los alertan y piden apoyo a su tragedia visibilizando sus búsquedas en el espacio público, las cédulas son retiradas o cubiertas por pátinas de pintura que pagan las autoridades de Guadalajara, Tlaquepaque y Zapopan, como si estos documentos fueran vandalismo. La indignación se dispara cuando las fichas también son eliminadas de la fachada de la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas (FEPD).

“Si distribuyen las fotos a lo largo de la columna del monumento, igual y quedan menos expuestas a que las retiren”, Orestes ladea la cabeza y calcula 50 metros de altura: “Sin bronca cubren la columna aunque caemos en el mismo problema que señalan sobre las playeras blancas, es importante que el número de contacto pueda verse bien”. 

¿Pero quién mira? La prensa y las disposiciones en el evento limitan la perspectiva y los tiros cerrados atienden únicamente a la escultura que conmemora a las víctimas de feminicidio, la nota del día.

La escultura es grácil en su gesto, necesaria para su contexto y se yergue a ras del suelo como toda escultura pública que termina por triunfar al apropiarse del espacio y sus viandantes. 

Se trata de una figura alada hecha de un solo color para lucir más sólida; su mano diestra cuida una paloma y la siniestra el símbolo de Venus, la feminidad; inapropiadamente ese día y los del porvenir da la espalda a la Glorieta de las y los Desaparecidos y así perdemos una fortísima exclamación conjunta contra las grandes tragedias que nos aquejan: el feminicidio y la desaparición forzada. Se pierde un diálogo elocuente y fijo como el que se desarrolla sobre la calle López Cotilla entre el laico, ilustrado y blanco edificio neoclásico de la UdeG y el católico, teológico y umbroso templo neogótico del Expiatorio que sin parpadeos discuten La Reforma y La Cristiada. 

Las redes semánticas de Orestes se enredan en su cerebro mientras anota hasta el paso de una mosca para cruzarlo todo y analizar sus notas cuando se sienta más claro.

Terminan las palabras del presidium y finalmente los seres queridos pueden presentar sus afectos, colocar velas e imágenes ante el monumento memorial.

“Necesitan permiso” piensa Orestes y resuelve que esas ofrendas no serán retiradas como sí hicieron meses atrás con las fotos de Raúl, Diego y Nancy que alertaban de su desaparición.

Una vez develado también goza de permiso el monumento memorial, necesario y justo en esta larga ópera feminicida que tenemos como entidad, permanecerá dispuesto y protegido por el permiso oficial, tal como ya sucedió con el memorial oficial para las víctimas de siniestros viales que fue presentado y aplaudido por el Estado ese mismo mes; o la escultura Sincretismo, cuya forma proviene de un pasado subterráneo que funde a la Virgen de Guadalupe y la Coatlicue; y fue creada por el artista Ismael Vargas, aunque la idea se remonta a Cortés y Saturnino Herrán.

La escultura pública Sincretismo se vuelve polémica a los pocos días de su develación en agosto de 2017 e Ismael Vargas quien abiertamente criticaba desde antes a un muy afanoso pedazo conservador de tapatíos, recrudece su juicio luego de que la ciudadanía se organiza para salir a rechazar públicamente su escultura que continúa en pie. Y aunque no tenga la venia del cardenal emérito Sandoval Iñiguez, le basta con la del Estado para prevalecer.

La diferencia entre la apropiación del espacio público supuestamente legítimo e ilegítimo se efectuó en Jalisco en 2023 y de forma tan ilustrativa que podría ser el ejemplo que acompañe un libro de texto: En mayo, la policía toma las calles próximas al Parque San Rafael e impide el libre acceso de los vecinos, con la intención de evitar que se manifiesten por las obras públicas que se llevan a cabo en la zona que habitan.

Y es que tomar las calles es uno de los actos de protesta más simbólicos en el espacio citadino: Si las instituciones adelgazan sus responsabilidad, sale la gente a mostrar el músculo. “¿A ver, dígame, qué hacíamos? si todos los accesos a nuestras voces están bloqueados por la ineficacia, la insensibilidad, la indiferencia ¡y por las tres juntas!”.

De esta forma, también es alto el contraste representado a través del Antimonumento 5 de junio, memorial para los actos represivos contra quienes protestaron por la ejecución extrajudicial del ciudadano Giovanni López en 2020, atacado por no portar cubrebocas, y que en junio de 2023 fue serruchada, retirada en la oscuridad y retenida, con todo y el fallo de un juez que validó su permanencia. 

En su cruzada histórica Guadalajara ha echado mano de esculturas como la del Jardín de Sebastián de Analco que nos recuerda como un 22 de abril de 1992, la negligencia gubernamental devino en las traumáticas y letales explosiones en el sector Reforma; o al arrojar manchones de vergüenza como solía ocurrir al busto del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz en avenida Ávila Camacho, que cada 2 de octubre era rociado de pintura roja, tradición que desplazaron a la escultura en la Rotonda del general Marcelino García Barragán, cuando retiraron los bustos.

Así como la Glorieta de los Niños Héroes fue resignificada desde 2019 con el tapiz de retratos que exhibía a las víctimas sin justicia en el estado; sucede frente a Palacio de Gobierno, donde La Antimonumenta color violeta reclama al punto más céntrico del Centro Histórico de Guadalajara como la Plaza Imelda Virgen, para conmemorar el primer caso de feminicidio reconocido como tal en la entidad.

“¿Por qué el Parque Rojo y la avenida Vallarta deben lucir bonitos para figurar como rostro inmaculado de la capital, confortable para el turista, hipócrita para el tapatío y presumible para el gobernante?”, cuestiona Orestes ante las quejas de los paseantes sobre el aspecto de ese tramo de la ciudad, luego del paso decidido de mujeres que protestan la normalización del derrame violento de su sangre.

“¿Por qué retiraron el Antimonumento del Halconazo tapatío y molesta tanto la permanencia de la Antimonumenta violeta, ambos en el Centro?”, el enfermo sabe que le duele, la ciudadanía acierta al erigir antimonumentos que se validan por sí mismos, mientras no haya justicia ni un final a la violencia.

Si el Estado de Jalisco hubiera atendido sus acciones como atiende lo que intenta proyectar, las generaciones que crecían en ese Jalisco de los dosmiles, hubieran visto a nuestra entidad crecer a la par de ese mundo que en 2004 quiso impresionar con su estructura democrática e ilustrada. Incluso pudo haber tenido todo para proteger a Alondra quien creyó en esa infraestructura.

AntiMonumenta GDL (Foto: Darwin Franco).

Memoria

El escritor Juan Rulfonacido en el año 1917, en San Gabriel, donde en pleno 2023 te advierten del tránsito orondo de los halcones, afirmaba respecto a su muy privada historia: “Hasta hoy no he encontrado el punto de apoyo que me muestre por qué en esta familia mía sucedieron en esa forma, y tan sistemáticamente, esa serie de asesinatos y crueldades”, a lo que responde Héctor Abad Faciolince en su ensayo “El sufragio de almas”, publicado en Letras Libres, edición especial de mayo de 2017, a propósito del Centenario del escritor: “Cuando no hay un punto de apoyo en la realidad para explicar el horror de lo real, no queda otro camino que recostarse en ‘los hábitos de la imaginación´, es decir, en la fantasía”, si así el célebre escritor jalisciense consiguió atenuar el recuerdo del balazo por la espalda que mató a su padre, no sugiere que la fórmula funcione a todos, pero evidencia la importancia de un nicho previo en el que deberíamos reparar para explicar el horror de la realidad, la memoria. 

“Pero la memoria es tan frágil”, se repite, Orestes luego de leer el artículo “Desaparecen la memoria y los archivos del 22 de abril” firmado por Elizabeth Rivera Avelar para el portal Ciudad Olinka, donde expone que la documentación de las explosiones de 11 kilómetros del sector Reforma en Guadalajara en el año de 1992, que registraron la muerte de más de 200 personas y secuelas para más de mil 400, ya no existe, según respondieron 20 instituciones relacionadas al caso.

Orestes piensa en su generación, nacida en esa década, los noventas, llegando al 2023, al 2024 en el estado de Jalisco, marcada por el espectro de tantas muertes evitables que un día en su infancia, antes de tener cuenta en Facebook, apareció en sus vidas como la ventanita de una transmisión en directo, a color y en HD que amplificada o minimizada se ha mantenido en vivo.

“¿Qué memorias nos van a curar de esta exposición a la violencia?” Se pregunta, si los millennials todavía llevan en las manos un nudoso ovillo de interpretaciones narrativas que dificultan emplearlo para salir claramente del laberinto como hizo Teseo, donde habitaba aquel monstruo ávido de sangre joven: 

En 2006 el ex presidente Felipe Calderón enfundado en una casaca militar verde olivo, la llamó guerra contra el narco; en 2010, como secretaria de Estado de Barack Obama, Hillary Clinton refirió la palabra “narcoinsurgencia”; Trump y símiles republicanos hacen campaña definiendola como terrorismo; en contraste, coinciden periodistas como el mexicano, Ignacio Alvarado, el italiano Federico Mastrogiovanni y el canadiense Dawn Paley, citados ampliamente por el periodista Oswaldo Zavala al describirla como estrategias del Estado para justificar o disciplinar acciones de desplazamiento de comunidades enteras y la apropiación y explotación de recursos naturales; en 2012 el historiador Enrique Krauze repasa las guerras de Independencia (1810) y la Revolución (1910) y concluye que la violencia actual “no es política ni revolucionaria pero tampoco es meramente delincuencial es una compleja guerra civil” que comprende fuego cruzado y alianzas entre agentes del Estado y del crimen.

Finalmente está la descripción de quienes traen la herida abierta de la víctima, que ya en sí misma dota de toda legitimidad a su interpretación de los hechos: la de un infierno sin horizontes.

Locura

Años atrás, en una sala de espera, Orestes escucha una palabra curiosa.

-“¿Qué significa manía, doctor?”, pregunta al médico especialista en esquizofrenia o bipolaridad, que entre sus síntomas pueden presentar manía.

-Es una palabra griega, literalmente es locura. En términos clínicos se trata de euforia peligrosa, un optimismo delirante.

Un par de años después, en estado maníaco Orestes es un exagerado insoportable y mientras trabaja ve manía por todas partes: durante la celebración de los 200 años de la fundación de Jalisco que estima forzada luego de que en junio el  World Justice Project (WJP), reveló que en 5 años, la entidad se ha estancado en combatir la corrupción, la inseguridad e injusticia penal; o en la exposición de pintura “Mitad Agua” en Palacio de Gobierno el 30 de agosto (Día de las Personas Desaparecidas), cuyo brindis se efectúa mientras los colectivos de familias se manifiestan, según denuncia en Twitter la periodista Sonia Serrano, antes de que desaparezca todo anuncio oficial sobre la exposición pictórica.

“¿Son locos quienes quieren ver horizontes prístinos donde no hay horizonte y permiten correr simultáneamente sangre, vino y pintura?”, pero Orestes se responde al pensar en el sinsentido que sería el retiro de la expresión social, la limitación del espacio público sería irse en reversa, puesto que aún faltan monumentos por levantarse en el resto de la ZMG, al interior del estado. 

En Jalisco no hay monumentos a los jóvenes que han sido víctimas de homicidio doloso, a los desaparecidos, a la madres buscadoras, huérfanos y viudas, por ello es que la develación del monumento a las víctimas de feminicidio resulta enorme, cuando recordamos la de ninguneos registrados contra La Anitimonimenta colocada por las jaliscienses en en 2020.

Claro, toda violencia en México se ha convertido en un tema incómodo sobre el cual gobernantes y algunos ciudadanos preferirían no hablar hasta encontrar la cura; y si no se encuentra mejor que no haya rastros a su memoria. 

Así las cosas, Orestes regresa a pensar en la Wikipedia, parece más demócrata y democrática que Jalisco a sus 200 años. La wiki acepta y es nutrida por la participación de una sociedad activa, activa como la de Jalisco que ya no aguanta más y ha comenzado por sustituir resignación por resignificación, por ahora, en la Plaza Imelda Virgen y la Glorieta de las y los Desaparecidos. 

Pintas y placas cicatrices, mantas y grafitis rezongonas, gritos contra los oficialismos que prefieren una sola versión de la historia o de plano el olvido. Esa memoria es el único patrimonio público de los jaliscienses respecto a la Verdad; su único seguro para reconocer la impunidad. 

Se acabó el acto y Orestes se despide escurriendo palabras y enredado en ellas. 

Antes de la esquizofrenia, Orestes tuvo un padre, después fue como si se hubiera convertido en otro: Si tu realidad presente y tus recuerdos no son de fiar ¿Con cuánto sentido queda tu existencia?.

Aduce que son tiempos en los que ronda la esquizofrenia. Orestes cree verla con su cara enloquecida, por todas partes, con su cara enloquecida, cree verla.

Comparte

ZonaDocs
ZonaDocs
Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Quizás también te interese leer