Este es un ensayo fotográfico que documenta las muestras de sororidad y unión entre las más de 50 mil mujeres, jóvenes y niñas que tomaron las calles el pasado 8 de marzo en Guadalajara.
Juntas, como parte de un movimiento revolucionario, histórico y reivindicador compartieron sus historias, algunas de violencia y abuso por parte de familiares, otras más utilizaron el espacio para denunciar las desapariciones y feminicidios de mujeres en su vida; el común denominador es que todas lo hicieron acompañadas de los abrazos de sus compañeras de protesta y al compas de la consigna “no estás sola”.
Fotografías por Karen García @karen_gdlt / @karen_photorre
Las mujeres y niñas usando atuendos con alas fueron un símbolo presente durante la marcha de este 8 de marzo. Estos disfraces fueron intervenidos con la leyenda: “Nos sembraron miedo, nos crecieron alas” haciendo referencia a la “Canción sin miedo” de Vivir Quintana.
“Las mujeres de alto valor” es un discurso que dentro de las redes sociales ha perpetuado los estereotipos de género alrededor del ser mujer, algunas de las asistentes a la marcha expresaron su rechazo en sus carteles y llamaron a cambiar la narrativa.
La solidaridad hacia Palestina también fue parte de la marcha del #8M en Guadalajara. El movimiento feminista se sumó a la exigencia de libertad, fin al fuego y a las violencias que viven producto de la guerra las mujeres y las niñas en Gaza.
“Esto es pelear como niña”. Niñas acompañadas de sus madres, abuelas y mujeres cercanas participaron en la marcha llevando consigo sus propias consignas.
Mujeres adultas mayores participaron en la marcha y contaron sus propias historias esperando que las nuevas generaciones no sufran lo que ellas vivieron.
Mujeres frente a la rectoría de la Universidad de Guadalajara coreaban la consigna “U de G encubre violadores”. Pues tan sólo en el año 2023, se reportaron 827 denuncias formales por violencia de género en la Universidad de Guadalajara.
Las bengalas llenaron de color la manifestación, haciendo visible el paso de la marea violeta por las calles de Guadalajara.
Durante la marcha varias mujeres se acercaron a acompañar con un abrazo a quienes decidieron contar sus propias historias de abuso, muchas de ellas, visibilizando que ocurrieron dentro de sus entornos más cercanos, como la familia.
Con el puño cerrado en señal de silencio, se abrió paso al bloque negro, quienes estaban en busca de un niño que se había perdido durante la marcha. Las mujeres en la marcha, al eco del bloque negro, repetían su nombre.
Al término de la marcha, frente a la Glorieta de las y los desaparecidos algunas mujeres se reunieron para realizar la quema de sus carteles. Al tiempo que les prendían fuego escuchaban sus historias y coreaban al unísono“no estás sola”.
