En Pie de Paz
Por Ma Teresa Prieto Quezada
Es más que obvia la influencia en la vida cotidiana que tienen las violencias e inseguridad en demérito de la paz y, por consiguiente, la importancia que tiene su estudio. Los datos de marzo de 2024 de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que 61 de cada 100 personas, en promedio, se sienten inseguras.
El temor a la inseguridad y la violencia provoca que 47.4% de la población de 18 años y más haya tenido que modificar sus hábitos respecto a portar cosas de valor, como joyas, dinero o tarjetas de crédito, por temor a sufrir algún delito; 40.8% cambió su rutina al caminar por los alrededores de su vivienda por la noche; 39.2% modificó las actividades de sus hijos o hijas al salir a la calle, y 26.3 % cambió rutinas relacionadas con visitar parientes o amistades.
Los anteriores son solo algunos aspectos de la vida cotidiana afectados por la inseguridad y las violencias que destaca el INEGI, pero sus secuelas se han impregnado en lo más profundo de la economía, cultura y sociedad en general desde hace décadas. Sucesos como crímenes violentos, homicidios dolosos, masacres, feminicidios, desapariciones, asesinato a periodistas, ataques permanentes a grupos en situación de vulnerabilidad, entre otros, se han mantenido imparables ante la falta de soluciones viables que hagan viable un proceso de paz entre la sociedad.
Queda claro que la concentración de las decisiones en los gobernantes en turno que tratar de crear programas y políticas para solucionar el problema no ha tenido éxito, sobre todo por la desconexión de éstas con la sociedad y la falta de evidencias científicas que guíen de forma técnica la implementación de las acciones.
Precisamente este factor es una de las razones más sólidas para crear un programa educativo en la construcción de paz y prevención de las violencias. La Comisión Internacional para la Educación de la UNESCO expone la importancia de los saberes científicos y la formación de investigadores que se dediquen a la solución de necesidades sociales, porque en ellos surgen las soluciones más adecuadas.
Una de las instituciones que se atrevió a tomar la iniciativa en el combate de las violencias desde la academia es la Universidad de Guadalajara, que abrió este 2024 el Doctorado en Gestión de Paz y Prevención de Violencias que ya cuenta con su primera generación de estudiantes. El posgrado hace posible enfrentar de una manera analítica, crítica y propositiva los diversos problemas relacionados con las violencias sociales desde múltiples aristas, involucrando dimensiones sociales, económicas, científicas y culturales.
El hecho de que sea específicamente un posgrado también tiene una explicación. Es necesaria la formación investigadores de alto nivel que produzcan estudios transdisciplinares y multitemáticos. En el Doctorado en Gestión de Paz y Prevención de Violencias son bienvenidos los perfiles procedentes de ciencias duras y ciencias sociales, lo cual permite una vinculación con los distintos grupos sociales a través de la problematización, consideración teórica metodológica e intervención con políticas públicas.
La creación del posgrado también permite sumar esfuerzos desde México para consolidar los estudios de paz, una cuestión más sólida y madura en países como España, Brasil y Colombia.
Este último tiene uno de sus principales ejemplos en los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), donde fue clave la discusión constante y profunda sobre la construcción de la paz mediante la vinculación entre los actores involucrados como académicos, sociedad civil, autoridades de gobierno y representantes de las FARC.
Un artículo de la Revista científica colombiana Papel Político, reafirma la importancia en las negociaciones de paz de la pedagogía y estudios académicos que garantizaron la participación social y el respeto a los derechos humanos en el proceso.
Así queda comprobado el potencial de la formación de investigadores de alto nivel en el tema de las violencias y la paz y los resultados académicos que pueden obtenerse para generar esas políticas públicas o procesos de construcción de paz que se necesitan de forma urgente en México. De esta manera, la Universidad de Guadalajara suma esfuerzos con otras universidades del país que cuentan con programas relacionados, y busca ir un paso más allá para no solo indagar en la violencia, sino también en la consecusión de una sociedad pacífica.
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Coordinadora del Doctorado en Gestión de Paz y Prevención de las Violencias, Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), Universidad de Guadalajara.