Un pozo privado para un pueblo: la lucha de Santa Úrsula con el Estadio Azteca

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Por Patricia Ramírez/Causa Natura Media

“Y tiemblen y tiemblen los extractivistas”, corea un grupo de personas en una reducida marcha que atraviesa la explanada central de Ciudad Universitaria, al sur de la Ciudad de México. En la lona blanca de letras negras que encabeza la manifestación se lee: “De esta facultad egresan los que construyen los megaproyectos que nos desplazan”. El destino es la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La marcha es simbólica y forma parte del Encuentro de los Pueblos y Colonias por la Defensa del Territorio que se organizó esa misma mañana en las instalaciones de la universidad. 

“Agua sí, megaproyectos no”, continúa el coro. Entre los presentes están pobladores del pueblo de Xoco, de la alcaldía Coyoacán, que durante más de 10 años tuvieron movilizaciones legales y sociales contra la torre Mítikah; también se encuentran los habitantes de la alcaldía Magdalena Contreras que defienden los bosques al suroeste de la ciudad; y personas del pueblo de Santa Úrsula Coapa, en los límites de las alcaldías Coyoacán y Tlalpan, que actualmente enfrentan problemas de abastecimiento de agua bajo el acecho de proyectos inmobiliarios y comerciales.

Es el pueblo de Santa Úrsula Coapa el que, durante los últimos dos años, ha hecho frente a la construcción del Conjunto Estadio Azteca, propiedad de la empresa Grupo Televisa. Un proyecto anunciado como una ampliación del estadio de fútbol que contemplaba la construcción de un centro comercial de cuatro niveles, un hotel de siete pisos y un estacionamiento sobre banqueta y sótano. 

El propósito era comenzar las obras este 2024 y terminar previo al Mundial de Fútbol 2026 que tendrá sede en México, Estados Unidos y Canadá. Pero una serie de movilizaciones y reuniones con autoridades llevaron a que este año Martí Batres, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, anunciara que la remodelación sólo ocurrirá dentro del Estadio Azteca, desechando el megaproyecto inicial. 

Sin embargo, las inquietudes continúan en el pueblo de Santa Úrsula por el otorgamiento de una concesión de agua con el nombre de Televisa S.A. de C.V. de 450 mil metros cúbicos (equivalente a 450 millones de litros) al año en una región donde el abastecimiento llega por tandeo (horarios). 

A esto se suma que en estos últimos dos años se construyó un pozo de agua en el predio número 42 del Circuito Estadio Azteca. Éste se realizó sin consulta del pueblo e ignoró que desde 1952 existe una veda para evitar la perforación de pozos en la capital del país debido a que la extracción genera hundimientos.

Aunque algunas autoridades capitalinas han dicho que el pozo también abastecerá a los pobladores, el pueblo de Santa Úrsula Coapa pide su cancelación.

Marcha del Encuentro de los Pueblos y Colonias por la Defensa del Territorio de la Ciudad de México en Ciudad Universitaria. Foto: Patricia Ramírez.
Jóvenes en el Encuentro de los Pueblos y Colonias por la Defensa del Territorio de la Ciudad de México. Foto: Patricia Ramírez.

Concesión, pozo y veda

En la marcha hacia la Facultad de Arquitectura, entre las personas que sostienen la lona, se encuentra Natalia Lara, una joven treintañera originaria del pueblo de Santa Úrsula Coapa que durante los últimos años ha sido una de las voceras del movimiento.

“No queremos que siga el extractivismo, sobre todo, en una zona en donde ya hay pozos. Estamos viendo la posibilidad de ingresar una estrategia jurídica. Nosotras sabemos que ese pozo (del Estadio Azteca) está violando algunas vedas”, señala Lara en entrevista para este reportaje. 

Desde 2022 el pueblo de Santa Úrsula pidió información sobre la concesión de agua y la construcción del pozo. Sin embargo, la respuesta llegó apenas a principios de mayo por parte del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM) mediante un oficio en el que se explicó que la concesión se otorgó por un “convenio de cesión de derechos temporal y total del volumen de agua” entre el privado y el gobierno capitalino a través del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex).

Lo que refiere a que el pozo del Estadio Azteca también abastecerá a pobladores como parte de un programa contra la sequía, a pesar de que ya existen otros pozos en los alrededores. 

Asimismo, OCAVM apunta en el oficio que no será posible detener el pozo ya que “la revocación de dicha concesión, en este momento que se vive una gran crisis hidrometeorológica, causaría una mayor afectación a los vecinos que están siendo abastecidos con el recurso hídrico”.

“Nosotros quisimos movilizarnos antes porque todavía no había la perforación del pozo y creemos que no nos habían contestado en dos años porque se dieron el tiempo de construir para que cuando pudiéramos hacer algo, la perforación ya estuviera ahí. Son algunas mañas estratégicas que vemos que se están implementando y para nosotras es muy importante que se visibilice que se están dando este tipo de concesiones a empresas privadas cuando estamos en una crisis hídrica”, dice Natalia.

Antes de recibir la respuesta por oficio, apenas el pasado 12 de abril, algunos habitantes de Santa Úrsula se reunieron con personal de Sacmex para un recorrido en el que sólo se permitió a Rubén Ramírez Almazán, autoridad tradicional del pueblo, entrar unos minutos a constatar la existencia del pozo en el predio número 42 del Estadio Azteca.

Durante la reunión, los vecinos compartieron sus dudas sobre la cantidad de agua que sería enviada al pueblo, pero los representantes de Sacmex sólo respondieron que la encargada de autorizar y concesionar era la Comisión Nacional del Agua (Conagua), mientras que los gobiernos de cada alcaldía se responsabilizan de la distribución. Y propusieron agendar otra reunión donde también estén dichas autoridades.

“Una de las acciones que hizo el gobierno de la ciudad fue con los privados para que tuvieran agua”, dice Alejandro Martínez, trabajador de Atención a Grupos Sociales de Sacmex al término del recorrido.

Ubicación del pozo del Estadio Azteca. Fuente: Vecinos de los Pedregales de Coyoacán.
Instalaciones del pozo del Estadio Azteca. Foto: Patricia Ramírez

En 1952 el Diario Oficial de la Federación publicó una veda por tiempo indefinido para el alumbramiento de aguas del subsuelo, que es como se le conoce a la extracción, en la Cuenca y Valle de México, debido a la alta demanda, según argumentan los pobladores.

“Ahí se determinó que ya no se podrían perforar nuevos pozos y fue una de las causas que llevaron a que se pensara en la creación del Sistema Cutzamala… un motivo para buscar fuentes externas”, explica el abogado Alejandro Velázquez en entrevista con Causa Natura Media.

Uno de los problemas de dicha extracción es que genera hundimientos en el suelo de la capital del país. Aunque también se relaciona con otros impactos como fracturas, inundaciones y temblores debido a los reacomodos que sufren las capas del subsuelo.

Entre los diversos estudios que se han realizado en México y otros países sobre los efectos de la extracción de agua subterránea destaca el publicado en la revista Science, en el que más de 20 investigadores de la Iniciativa Internacional de Subsidencia del Terreno (LASII), encontraron que se ha convertido en una amenaza global que afecta al 19% de la población mundial.

Además de la veda para perforación de pozos, señala el abogado Velázquez, en la Actualización de la Disponibilidad Media Anual de Agua en el Acuífero de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México más reciente, elaborado por Conagua, se informa que actualmente no existe volumen disponible para otorgar nuevas concesiones debido a un déficit de 480 mil metros cúbicos. Aunque esto no impidió que Televisa recibiera la concesión del Estadio Azteca.

“Lo único que hacen (las autoridades) es transferir el nombre de un pozo que esté agotado a uno nuevo y con esto dicen que no están perforando, sino que están transfiriendo uno que ya se agotó. Por ejemplo, en el caso del Estadio Azteca el pozo es de una concesión que se otorgó en Huixquilucan y se transfirieron esos derechos para la explotación del pozo en el Estadio Azteca”, describe Velázquez.

En México la Conagua permite la transmisión de los derechos derivados de las concesiones para la explotación, uso o aprovechamiento de aguas. Lo que ha sido criticado por algunos especialistas en temas hídricos.

Asimismo, aunque el megaproyecto Conjunto Estadio Azteca no se realice como se tiene previsto, la construcción de infraestructura hídrica tendría que solicitar la consulta de los pueblos y barrios originarios como lo reconoce la Constitución de la Ciudad de México, así como en tratados internacionales como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.

Reunión de pobladores de Santa Úrsula para el recorrido con Sacmex. Foto: Patricia Ramírez
Manta del Pueblo de Santa Úrsula Coapa en Ciudad Universitaria. Foto: Patricia Ramírez.

Una promesa llamada progreso

Durante el Encuentro de los Pueblos y Colonias por la Defensa del Territorio se acercan estudiantes interesados y unos cuantos más sólo por curiosidad. Escuchan las problemáticas, intercambian comentarios, y cuando llega el momento de reunirse en las mesas que están planeadas como parte de un taller todas las inquietudes surgen.

Hay historias sobre desabasto de agua en el sur de la ciudad; otras más de contaminación en el centro de la capital; también surgen las menciones de ríos y bosques que se pierden por la actividad humana; no faltan las propuestas e ideas de proyectos. 

De acuerdo con las personas de los pueblos y colonias, ésta es la idea de los encuentros: hacer comunidad y actuar en conjunto incluso con quienes no están siendo afectados directamente.

“La gente entre menos conozca, más procedimientos ilegales pueden hacer (las autoridades). Lo que sigue es hacer líneas de comunicación con los pueblos de la ciudadanía para que tengan conciencia de lo que está sucediendo”, señala Rubén Ramírez Almazán, autoridad tradicional del pueblo de Santa Úrsula.

Uno de los principales argumentos que hay para apostar por los megaproyectos es el desarrollo económico. Natalia Lara considera que el beneficio se queda en unos pocos. “Vemos que hay un flujo de dinero importante y hay una gran derrama económica, pero se queda en los grandes empresarios”, agrega.

Especialistas en desarrollo urbano y economía como Fernando Barona, académico de la UNAM, coinciden en que la derrama económica es un mito; además de identificar otros efectos como el cambio de dinámica social, el aumento de predial, el desplazamiento de pobladores originarios, entre otras.

“Lo importante y lo que siempre se ha dicho es la gestión local del territorio. En términos hídricos, en términos de servicios urbanos, ellos (los pueblos y barrios) son realmente los que padecen la problemática, los que la viven y los que muchas veces tienen la solución del problema”, agrega Barona.

Por ahora, el pueblo de Santa Úrsula Coapa ve una solución en que se logre cancelar la concesión del pozo. Pero la apuesta más grande será lograr que exista un desarrollo igualitario en el que los intereses económicos no sean más grandes que el acceso al agua que tiene la población.

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Este reportaje fue publicado originalmente en Causa Natura Media.

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