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Las personas en situación de calle son continuamente ignoradas, las razones por las cuales están ahora en esta condición son multifactoriales, pero su existencia es la muestra clara de la falta de políticas públicas para reducir la desigualdad y pobreza. Esta pieza fotográfica coloca su mirada en su vida e historias.
Por Ximena Calderón y Yonatan Murguía
Llegar a la calle puede ser más fácil de lo que te imaginas. La violencia en el hogar, es una de las principales causas por las que alguien podría terminar en situación de calle.
Él es Karim, oriundo de Guadalajara, Jalisco; actualmente tiene 43 años de edad.
En su caso, problemas con el consumo de drogas y alcohol fueron las que lo llevaron a las calles desde los 20 años de edad. No tiene contacto con su familia ni sus hijos desde hace veinte años. Limpiando vidrios en los semáforos, barriendo y recogiendo latas son alguna de las formas con las que consigue algo de dinero para alimentarse.
En nuestro país, la violencia familiar ocupa el tercer lugar en incidencia nacional en delitos. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre 2015 y 2021, se registraron casi un millón y medio de casos de violencia familiar en el país, lo que representa una tasa de 165 delitos por cada 100 mil habitantes.
La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), a través de su informe temático
“Derechos humanos de las personas en situación de calle”, explica que: “una persona en situación de calle se caracteriza por la falta de un refugio físico para vivir, perdida de conexión social, ruptura familiar por violencia, exclusión social, discapacidad psicosocial, alguna condición de salud mental y consumo de drogas”.
Buscar entre las personas en situación de calle
En Jalisco, no existe un censo o registro exacto de las personas en situación de calle ni sabemos cómo terminaron ahí; sin embargo, si existe un registro de personas desaparecidas; por ello, las instancias obligadas en buscarles realizan lo que denominan “búsquedas nocturnas”, pues han logrado identificar que, entre las personas en situación de calle, existen quienes tienen un reporte de desaparición.
El Sistema de Información sobre Víctimas de Desaparición (SISOVID) de Jalisco señala que en el estado existen 14 mil 784 personas desaparecidas. Zapopan es el municipio con más desapariciones con 2 mil 630 casos, le sigue Guadalajara con 2 mil 562.
En las acciones de la Comisión Estatal de Búsqueda del Estado de Jalisco, entre las personas en situación de calle, se ha logrado tener más de 20 positivos. Se trataba de personas que vivían en las calles de Jalisco, pero eran buscadas por sus familias en estados vecinos como: Michoacán, Colima o Guanajuato.
Calderón
El acecho de las drogas y sus efectos
El recurrente consumo de sustancias al que se enfrentan las personas en situación de calle trae consigo diferentes problemas de salud, tanto físicos y mentales, que van desde el aislamiento social, perdida de la memoria, distorsión de la realidad y dificultad para comunicarse.
A pesar de esta última incapacidad, quienes viven en esta condición siguen buscando compañía por lo que suelen asentarse cerca de otras personas que atraviesan por la misma situación, esto ante el acecho de las autoridades municipales que constantemente realizan acciones de “limpieza social”.
En un intento por acercarnos a conocer la historia de uno de ellos, nuestro principal conflicto fue la comunicación, pues el estado en que se encontraba esta persona no le permitía expresase con claridad, tampoco podía recordar muchas cosas como: su nombre, edad o cuánto tiempo tenía viviendo en la calle; sin embargo, a pesar de su incapacidad para responder, si podía entender perfectamente lo que le decíamos.
Era consiente de su situación y se identificaba así mismo como una persona sin hogar. Reconocía su sufrimiento, dificultad para afrontar situaciones cotidianas en su vida, como: conseguir comida o encontrar un lugar para dormir.
La adicción al consumo de sustancias está principalmente ligado a problemas en el hogar, o al crecer en un lugar poco o nada seguro para el desarrollo humano.
Como sociedad, al coexistir dentro del mismo espacio, tenemos la responsabilidad social de impulsar acciones o políticas públicas para cambiar la realidad de los grupos históricamente vulnerabilizados como: niños, adultos mayores, personas en situación de pobreza, personas con discapacidad o enfermedades mentales.
Las personas en situación de calle son el resultado de la indiferencia y rechazo que, como sociedad, tenemos. Ignorarlos con la excusa de “no es nuestro problema”, nunca será una solución, ya que el incremento de esta población “sin casa” evidencia que las brechas y desigualdades sociales se han incrementado, lo que hace de las calles una opción.
Organizaciones civiles estiman que en Guadalajara existen entre 3 mil y 3 mil 500 personas en situación de calle.
Actualmente el estado cuenta con diferentes instituciones gubernamentales y no gubernamentales encargadas de atender este tipo de problemas.
Sin embargo, el evidente problema de personas en situación de calle que existen en la ciudad es un reflejo del fracaso de estas instituciones para resolver esta situación.
Si abrir N cantidad de centros de rehabilitación no ha mejorado el conflicto de consumo de drogas que lleva a las personas a las calles, quizá atender el problema de origen que ocasiona el consumo de sustancias, como lo son los delitos de violencia familiar ayudaría a prevenir en el futuro más que un problema de adicción un problema de abandono.
