Isabella, una niña de 12 años y estudiante destacada del Colegio Teresiano Enrique de Ossó en Guadalajara, ha sido víctima de maltrato infantil y acoso escolar severo durante dos años por parte de cinco compañeros, sin que la institución interviniera.
Las agresiones incluyeron insultos, burlas por sus gustos, violencia física, destrucción de pertenencias y omisión del personal docente, lo que derivó en un grave deterioro de su salud mental. Su madre, Carolina Acosta, es quien presentó una denuncia formal que el colegio intentó desacreditar.
Ante la falta de respuesta adecuada, la familia ha iniciado acciones legales y exige justicia, reparación del daño, sanciones a los responsables y condiciones seguras para la continuidad educativa de Isabella.
Por Farah Medina / @_dtfarahm_
Isabella tiene 12 años y actualmente cursa el sexto año de primaria en el Colegio Teresiano Enrique de Ossó en Guadalajara, en palabras de su madre, Carolina Acosta Sánchez, Isabella siempre ha sido una ávida lectora y una estudiante destacada, sin embargo, su desarrollo académico, personal y social, se ha visto afectado desde hace dos años, el mismo tiempo dentro del Colegio Teresiano.
En marzo de este año, Isabella pudo expresar por primera vez a su núcleo familiar que dentro de su aula, era víctima de burlas, humillaciones y agresiones por parte de cinco de sus compañeros, explicando que esta era la razón, por la que a inicios de año le pidió a su madre recibir atención psicológica. Isabella, durante dos años escuchó como se burlaban de ella de forma constante por su gusto a la cultura japonesa, haciendo énfasis a su aspecto y orientación sexual, llegando en ocasiones a insultarla y agredirla físicamente.
Debido a estos sucesos, Isabella hoy en día se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico por depresión grave, ansiedad, trastornos alimenticios y la pérdida de su deseo de vivir. Todo esto, sin que la institución educativa interviniera o tuviera conocimiento alguno, según afirman de los hechos. “Mi hija no hizo nada malo, más que le guste otra cultura, que le guste leer. Ahora ella se siente culpable porque ya no quiere leer eso, ya no quiere escuchar esa música porque es “malo”, declara su madre.
Ante el daño emocional y físico que vivía Isabella, su madre presentó una denuncia formal el 30 de marzo, ante el director del colegio, Lizardo Contreras, quien, en primera instancia, se negó a recibirla. Cuando aceptó reunirse, lo hizo con una actitud “prepotente y altanera” según expresa Carolina y negó el derecho de Isabella a tener representación legal, argumentando un contrato de “prestación de servicios”.
Esta fue, una de las cosas que las autoridades del plantel usarían para desestimar la denuncia de Isabella, la cual señalan tiene un “mal” uso de términos. La denuncia presentada califica los hechos como maltrato infantil, lo que entra en conflicto con la clasificación del colegio, que lo reduce a “presunto acoso entre pares”. La abogada de Isabella, Nicole Amanda Celorio Acosta, quien ha documentado en cartas legales las múltiples violaciones, estima la clasificación de “simple ‘acoso escolar entre pares” como “incorrecta y jurídicamente insostenible”.
La familia y su representación legal argumentan que la omisión sistemática del personal docente y directivo ante agresiones constantes convierte el caso en una violación grave de derechos humanos.
En entrevista, con ZonaDocs, Carolina, comenta que, como cualquier madre, ella solo buscaba la mejor escuela y educación para su hija, sin embargo, el actuar omiso de la institución hizo que Isabella sufriera, “busqué la más católica, la que está mejor ranqueada, la más reconocida en Guadalajara; me queda lejísimos, pero voy hasta allá todos los días para que mi hija esté en la mejor escuela y al contrario, lo que hicieron es que mi hija sufriera todos los días por 2 años…”
Según el testimonio de Isabella, también era obligada a hacer tareas de sus agresores por miedo a represalias; le destruían sus cosas; y, en una ocasión, terminó con ocho puntos en la frente y dos más en otra herida que la escuela reportó como un accidente con una rama. Isabella confesó a su madre que en realidad fue empujada.
Lo más alarmante, según relata la madre, es que estas agresiones ocurrían en presencia del maestro Óscar “N”. Según expresó Carolina, Isabella sí hizo del conocimiento de éste lo que sucedía, sin embargo, la respuesta de la institución ante la denuncia, fue negar este hecho, “la alumna Isabella no informó a ninguna persona del Colegio cuando presuntamente sucedieron los maltratos de sus compañeros hacia ella”.
Así mismo, desacreditaron lo puesto en la denuncia, afirmando que una vez activado el protocolo necesario, se realizaron entrevistas e investigaciones para poder esclarecer los hechos, afirmando que “no se encontraron indicios de las acusaciones señaladas en el escrito entregado por los Padres de familia”, lo anterior fue declarado a través de una carta dirigida a la madre de Isabella.
“Mi hija no va a regresar a una escuela donde fue maltratada”, afirma Carolina. La familia de Isabella exige que se siga garantizando su derecho a la educación a través de ciertas condiciones mínimas, como ser evaluada y asesorías de manera virtual. No obstante, la institución también rechazó ofrecer clases virtuales y sólo ofreció un plan autónomo en casa.
Por las omisiones y negativas, la familia ha iniciado acciones legales ante la Fiscalía de Jalisco, la Secretaría de Educación.
Exigen al Colegio Enrique de Ossó el reconocimiento formal del maltrato infantil sufrido por la menor, la apertura de un acta de hechos, sanciones para los agresores y docentes omisos, así como la implementación de clases virtuales seguras.
También solicitan la exoneración del pago de colegiatura por los meses restantes, la reparación integral del daño y una disculpa pública, “unas disculpas por escrito para mi hija, porque el día que ella crezca, ella va a saber que su mamá hizo algo”. Actualmente, Isabella ha tenido que salir de la ciudad y de redes sociales, y no regresará a clases este ciclo escolar, por otro lado, su familia trabaja en reconstruir su confianza y salud mental.

HOLA
EN ESTOS CASOS COMO DEBERIAN ACTUAR LAS ESCUELAS TANTO EN PROVENCION COMO ATENCION DE ESTAS SITUACIONES?
LAS AUOTORIDADES COMO LA SEP COMO ASEGURAN QUE LAS ESCUELAS DEN ATENCION A ELLO?