Pymes, la prioridad ante la pandemia por coronavirus

Columna: La Consigna

Por Federico Gómez /@FedericoGomezMx

Hago política desde que nació el 132. 

Durante la década anterior, cerca del 40% de la población tenía un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria. El año pasado con el aumento al salario mínimo, se recuperó un poco el poder adquisitivo; sin embargo, aún no nos recuperamos de la gran recesión del 2008. El nuevo gobierno seguirá siendo aire fresco para la motivación de muchos mexicanos, pero eso no significa que logre revertir con su discurso, la trayectoria del fracaso neoliberal. 

Después de Grecia y Japón, México sería el tercer país más afectado por el coronavirus, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la cual estimó un impacto inicial del 30% del PIB a precios constantes. Bank of America prevé una contracción del – 8% para terminar el año. Prácticamente, no habrá crecimiento. Sumado a que no hay incentivos de inversión, esto es la crónica de una crisis anunciada, que superaría a la del 2008-2009. 

Como si esto fuera una enfermedad, ha propiciado nuevas tasas de fallecimiento-sobrevivencia en micros y pequeñas empresas, propaga la informalidad y amenaza con quebrar a las medianas que traen debilidades crónicas financieras.

A nivel general representa un fuerte impacto a la economía local y el mercado interno. Todavía se podría sumar que el Subsecretario Hugo López Gatell, dio a conocer la estrategia que emprende el Gobierno de México para controlar la pandemia. Se prevé que en el mes de junio se de el mayor número de casos y que podría extenderse hasta septiembre; lo ha dicho en varias ocasiones. En caso de vernos obligados a seguir en casa después de abril, las condiciones serán más difíciles. Sin movilidad y con baja productividad; industrias como las de entretenimiento, del sector restaurantero y servicios turísticos ya viven una caída histórica. El proceso será de resistencia económica. 

Este domingo que pasó, el Presidente repitió el plan que ya había dado a conocer en la mañanera del 25 de marzo: Un millón de créditos de 25 mil pesos cada uno, que se entregarán a través de una selección, entre 3 millones de personas que ya estaban inscritas a una solicitud de crédito en los censos para los programas de bienestar. Significa un apoyo loable a micronegocios, pero no un plan real para el sostén de las pymes.

La Asociación de Emprendedores de México (ASEM), espera un cierre masivo de negocios en mayo, estima que 57% tendrá dificultad para pagar a sus empleados y 27% se verá forzado a despedir personal.

“No es un tema de falta de solidaridad de los emprendedores y microempresarios, es que no hay humanamente cómo resistirlo” han expresado. 

Si bien, se aplaude que no haya intención de rescatar a las compañías gigantes, la mayoría de las empresas no tiene la posibilidad de sostener nóminas por varios meses, sin tener siquiera un ingreso. Se tuvo que considerar un plan que permitiera acciones como: suspender el pago de aportaciones obrero-patronales, otorgar créditos pyme con una convocatoria abierta o suspender el impuesto sobre la nómina por ocho meses. Esperábamos que el Gobierno de México hubiera anunciado el domingo un plan Pyme para atender los puntos anteriores. Pero su falta de visión o voluntad tampoco puede detenernos. 

En el mundo, motivos han sobrado para que gobiernos inicien reajustes a su proyección, su plan, con el objetivo de lograr -consentir- la avalancha que se avecina y proteger a las mayorías. Esto nos ocupa al 72% de mexicanos, trabajadores y emprendedores, quienes vivimos de pequeñas o medianas empresas (pymes). 

¿Habrá formas de sortear la crisis? Después de leer y escuchar la opinión de directores de empresas, académicos y expertos; coinciden que las pymes mexicanas se enfrentarán a una larga resistencia, de maratonistas, donde sólo sobrevivirán las que se adapten más rápido a los cambios por venir. La mejor forma de prepararse sería atender estos principales puntos de oportunidad

  1. Planear y gestionar. La mayoría no establece indicadores que les permita conocer errores o avances; a la larga cuesta muchos recursos y disminuye la productividad. Será fundamental una administración adecuada, responsable y con rumbo. 
  2. Cumplir normativas. Servirán para obtener aspectos de calidad, certificaciones, prácticas de gestión, etc; como el cumplimiento de la NOM 035 que mejora la cultura organizacional y el ambiente laboral.
  3. Liquidez y crédito. Ante la falta de los 2 puntos anteriores muchos negocios no son sujetos de crédito. Sus finanzas están en desventaja frente a otros en situaciones de emergencia u oportunidad de crecimiento. 
  4. Adopción tecnológica. La innovación será el principal motor de sobrevivencia ahora y en los próximos años; el mercado está mudando todos sus productos, y flujos de operación al mundo digital.
  5. Aprovechar localía. Dar la propuesta de valor que busca hoy el mercado. Es la oportunidad de tomar protagonismo frente a marcas posicionadas; que no pueden cambiar sus procedimientos de servicio tan rápido a la realidad local.
  6. Buscar a los grandes. La mayoría de las pymes se dedican a la venta minorista. Apostar al conocido “B2B”, donde gobierno o empresas grandes puedan priorizar sus compras a pequeños; es una opción que puede convenir más a ambas partes. 
  7. Pyme Global. Con los pronósticos que prevén una contracción económica, es probable que se encuentren más oportunidades fuera de nuestras fronteras. Las pymes globales son algo muy común en otros países como China o Italia, donde un negocio en un mercado local puede atender clientes de otros países. Y es algo poco interiorizado en el nuestro, dónde sólo el 4.6% está en las cadenas globales de valor, según el INEGI.

Es claro, para la mayoría los puntos anteriores representan un enorme reto. Históricamente, la política pública a pymes se ha orientado en promover y apoyar los nuevos emprendimientos; pero poco se ha hecho para proyectar y profesionalizar los ya existentes. Por décadas a los gobiernos poco les importó fortalecer o motivar la propuesta local. Hay poca solidez, México tiene el índice de mortalidad empresarial más alto del mundo, donde sólo sobreviven el 7% de las nuevas pymes después de cumplir tres años de vida. 

A quienes han logrado construir un emprendimiento funcional, tocará ayudar a otros en sus procesos de adopción y aprendizaje. En estos momentos se requerirá experiencia y pedagogía; habrá que compartir, la individualidad no cabrá en ninguna parte, si queremos comenzar a vivir otra normalidad. 

Los esfuerzos de Cámaras, Patronatos y Consejos deberían estar dirigidos a volver competitivo el principal sostén de México. Más que a defender industrias trasnacionales que dan pocos empleos dignos a cambio de una alta explotación de recursos naturales. 

Como consumidores nos tocará dar de nuestra parte. Trabajemos para que la crisis del Covid19 sea por lo menos el pretexto y la oportunidad que nos motive a hacer activismo en nuestros hábitos de consumo. Si creemos no encontrar opciones, habrá que darles constante retroalimentación sobre sus productos o servicios con el fin de que satisfagan casi todas nuestras necesidades. #ConsumeLocal será la consigna con la que las personas nos movilizaremos a rescatar a las pequeñas y medianas empresas. 

 

Hoy más que nunca: nos necesitamos. 

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