“No estamos en contra de la niñez trabajadora: estamos en contra de la explotación infantil”

En el mundo, más de 152 millones de niñas, niños y adolescentes son víctimas de explotación laboral infantil, y casi la mitad (73 millones) están en situación de trabajo infantil peligroso. Del total de menores de edad trabajando, 48 % tiene entre 5 y 11 años, 42 millones (28 %) tienen entre 12 y 14 años; y 37 millones (24 %), entre 15 y 17 años.

En entrevista con Debra Figuero, coordinadora de Comunicación Social del Colectivo Pro Derechos de la Niñez (CODENI), platicamos sobre las implicaciones que la explotación laboral en niñas, niños y adolescentes.

Por Josué Ibarra/ @josueibarrasala

El 71% del trabajo infantil se concentra en actividades primarias,como son: agricultura (tanto de subsistencia como la comercial), pesca, silvicultura, ganadería y acuicultura; seguidas del sector de servicios (17%) y el sector industrial (12%), en particular la minería; así lo informó la Organización de las Naciones Unidas en 2021.

En 2019, el INEGI informó que en México había 3 millones 269 mil 395 niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años de edad realizando alguna actividad económica; de los cuales, un millón 755 mil 482 lo hacen en ocupaciones no permitidas; de éstos, 61 % son hombres y 39 % mujeres.

Debra Figueroa, coordinadora de Comunicación Social de Colectivo Pro Derechos de la Niñez (CODENI), nos habló sobre esta situación y del trabajo que realizan para dar acompañamiento a la niñez trabajadora.

¿Cuál es el posicionamiento de CODENI ante el trabajo infantil?

La población de CODENI está conformada, sobre todo, por hijos de comerciantes informales. Es muy común que estos niños, niñas y adolescentes (NNA) contribuyan con trabajo a la atención de las necesidades básicas. Cuando la subsistencia familiar exige la colaboración de adultos y menores de edad, no podemos adoptar una postura reprobatoria o sancionadora, pues hacerlo sería atentar contra el bienestar de las familias y de los NNA trabajadores. Al no existir políticas públicas que garanticen su desarrollo integral, nos queda procurar y supervisar que los trabajos que realizan no sean una amenaza para el ejercicio de sus derechos fundamentales, pero sí nos oponemos radicalmente al trabajo forzado.

Para ella y quienes trabajan en CODENI, es claro que no puede erradicarse el trabajo infantil, pero lo que no debe existir la explotación infantil, pues esto es algo muy distinto, como lo menciona Debra Figueroa.

“Sabemos que el escenario ideal es aquel en el que niños, niñas y adolescentes no se vean en la necesidad de trabajar, pero teniendo en cuenta que es una realidad ineludible para muchos, nos corresponde contribuir a mejorar sus condiciones de subsistencia para que dispongan de tiempo, recursos materiales y acompañamiento que faciliten su vida; también que les permitan priorizar sus estudios y disponer de herramientas para el aprendizaje, así como de espacios seguros para la socialización y el recreo”.

En palabras de nuestra Directora General, Amanda Cabrera, no estamos en contra de la niñez trabajadora: estamos en contra de la explotación infantil. Al saber que la niñez más precarizada es la que mayor probabilidad tiene de sufrir formas de explotación y de violencia, buscamos empoderarlos, darles herramientas desde el enfoque de derechos para que cuando se vean en la necesidad de contribuir al ingreso familiar, lo hagan en entornos seguros y no pongan en riesgo el ejercicio de sus derechos (educación, descanso, recreo, cultura, salud…)”.

Sobre cómo estas condiciones se agudizaron en el marco de la pandemia de COVID-19, se les cuestionó: ¿Qué opinan del incremento del trabajo infantil durante este periodo?

“El incremento del trabajo infantil en los últimos cuatro años y, particularmente durante la pandemia, es preocupante, pues se trata de un síntoma de empobrecimiento y de radicalización de la pobreza que ya padecían muchas familias. Quienes eran pobres ahora son más pobres. En hogares donde antes no había niños, niñas y adolescentes trabajadores ahora los hay. Sin acompañamiento, sin redes de apoyo, el descuido, la mala alimentación, la deserción escolar y la explotación laboral y sexual son riesgos a los que están expuestos.”

¿Y el Estado que está haciendo al respecto?

-Ha hecho público que existen convenios de colaboración con instancias del gobierno federal y organismos privados. Sin embargo, lo que hemos observado es que predomina una postura abolicionista, pues hablan de la erradicación del trabajo infantil, cuando lo que hay que erradicar, en principio, es el trabajo forzado y la situación de pobreza de las familias. Dar por hecho que el trabajo es por sí mismo algo malo, resulta contraproducente: estigmatiza y vulnera a la niñez trabajadora.

El pasado 12 de junio, en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, CODENI emitió un comunicado donde mencionan que el trabajo infantil es tarea colectiva.

¿Por qué es que así lo consideran?

Cuando hablamos de crianza colectiva nos referimos a asumir, todas y todos, como miembros de una comunidad, responsabilidades de procuración de bienestar para los niños, niñas y adolescentes. El primer paso puede ser preguntarnos, siempre que estemos frente a un niños, niñas y adolescentes, si en ese preciso momento, donde sea que nos encontremos, se está vulnerando alguno de sus derechos, y actuar en consecuencia.

Para entenderlo de manera más clara, Debra Figueroa nos proporcionó un ejemplo:

Mis vecinos, estudiantes de primaria y secundaria no pueden pagar el servicio de internet; además, los dos hermanos usan el teléfono de su mamá para asistir a sus clases y hacer su tarea, y pues necesitan pagar recargas diario. ¿Se está vulnerando alguno de sus derechos? Por lo menos, el derecho a la educación y el de acceso a las tecnologías de la información y comunicación. ¿Qué puedo hacer? Prestarles o darles un dispositivo que no necesite y compartir mi red de Wi-Fi.  Tener siempre presentes los derechos de niños, niñas y adolescentes debe ser una prioridad. Seamos padres o no, podemos, y es urgente, participar de su cuidado.

Otro tema que es de suma importancia conocer son las consecuencias derivadas del trabajo infantil y cómo esto repercute en el futuro de los infantes que sufren de ello, a esto Debra Figueroa contestó:

“Según la mira de Violeta Ochoa, responsable de nuestro programa Proyecto de Vida, los principales riesgos que enfrenta un niño trabajador son no tener un trabajo digno (ser víctima de explotación), experimentar falta de interés para iniciar o retomar su proyecto de vida porque ya tiene trabajo (en los casos en los que su trabajo sí es remunerado), la deserción escolar… Sin embargo, ella también menciona que trabajar les permite comprender la realidad de su familia y adquirir autonomía; al menos en CODENI, los participantes son niños, niñas y adolescentes que deciden contribuir al ingreso familiar. Por eso es muy importante que cuenten con acompañamiento y que éste priorice sus derechos. Conocer sus derechos y darles herramientas para defenderlos les permitirá distinguir situaciones de riesgo y alejarse de ellas”.

Para concluir, la coordinadora de comunicación social de CODENI nos mencionó en su opinión cuales sería medidas para poder combatir la explotación infantil: “Necesitamos políticas públicas que vean por el desarrollo integral de las familias y que garanticen el cumplimiento de los derechos de NNA dentro y fuera del ámbito laboral.”

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Si quieres conocer más del trabajo de CODENI:

https://www.facebook.com/codeni.ac/

https://codeni.org.mx/

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Josué Ibarra
Josué Ibarra
Estudiante de Estudios Políticos y Gobierno en la Universidad de Guadalajara. Caminando con las raíces de mi pueblo y luciéndolas con honor. El periodismo, la democracia, la empatía y la justicia son la estructura del progreso.

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