La crisis de seguridad que nos aqueja

Pesimismo Esperanzador

Por Jorge Rocha, académico del ITESO / @JorgeRochaQ

Desde hace varias semanas la Zona Metropolitana de Guadalajara ha sido testigo de eventos de violencia que, sin duda alguna, lastiman a la ciudad. Las recientes balaceras en el Centro Comercial Andares, en Plaza Acueducto, a las afueras de las Fiestas de Octubre y en un restaurante de la colonia Providencia, han generado mayor incertidumbre y miedo en la ciudadanía, en torno a la grave crisis de seguridad que aqueja al estado de Jalisco. 

Los homicidios dolosos al 30 de septiembre de este año en el estado de Jalisco fueron de 1,184 personas asesinadas; y a la misma fecha la entidad tiene a 13,690 personas desaparecidas. A la par de estos terribles acontecimientos, también tuvimos el zafarrancho entre el gobernador Enrique Alfaro y el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en torno a los dimes y diretes a propósito de la crisis de seguridad en la entidad donde ambos se recriminaron su actuar al respecto de este asunto. Junto con ello, los documentos filtrados de la Secretaria de la Defensa Nacional, han sacado a la luz que funcionarios públicos estatales y municipales de Jalisco, presuntamente tienen nexos con grupos de la delincuencia organizada, aunque estos son datos no comprobados, en este entorno de violencia, se alimenta la desconfianza ciudadana hacia las autoridades.

Frente a todo lo anterior, propongo algunas reflexiones con el ánimo de colaborar con esta discusión crucial para Jalisco.

  1. Es indudable que la entidad se encuentra en una grave crisis de seguridad, y pesar de que hay algunos rubros donde se pueden valorar avances, lo que no podemos negar es que los homicidios, las desapariciones y los eventos violentos en la ciudad, se mantienen presentes y lastiman de manera muy honda la vida de muchas familias y de muchas comunidades. Frente a ello, las autoridades responsables parecen rebasadas, sin estrategias claras, sin recursos suficientes; y la clase política del estado parece estar “entretenida” en agendas politiqueras sin importancia. 
  2. La responsabilidad de esta crisis de seguridad es de todos los órdenes de gobierno. Luego de cuatro años de los gobiernos federal y estatal, las excusas están de más y lo que los ciudadanos desean escuchar son resultados positivos contundentes. Ambos candidatos prometieron sacarnos del atolladero y hasta ahora la crisis permanece. Por supuesto que después de un año de gestiones municipales, las estrategias de seguridad en cada demarcación tendrían que estar bien delineadas y con algunos resultados, que tampoco están claros. La clase política de este país y de este estado, no entiende que a las y los ciudadanos de a pie de muy poco le sirve que se culpabilicen unos a otros. Eso no mejora ni un ápice esta crisis y más bien deja una plataforma que impide la imprescindible colaboración. 
  3. Luego de cuatro años, las estrategias que se han propuesto en torno a la construcción de una cultura de paz y de reconstrucción del tejido social, tampoco han visibilizado sus avances y hasta lo que se puede observar, no han tenido el impacto que se habían propuesto. Es cierto que estas agendas están presentes en las labores de los tres niveles de gobierno, sin embargo, no está clara su articulación con las estrategias de seguridad implementadas desde las fuerzas armadas, la Fiscalía estatal, la Secretaría de Seguridad y los gobiernos municipales. Podemos ver muy buenas intenciones, pero avances mínimos.
  4. Es muy desalentador que la clase política muestre que sus afanes e intereses están en los procesos electorales próximos y que no estén dedicados al cien por ciento en colaborar en la pacificación del estado y del país. Esto genera la impresión de que sólo se administra la crisis de seguridad, y que tendremos que esperar hasta el año 2024 para que esta agenda vuelva a colocarse como una auténtica prioridad de todas y todos los que nos gobiernan.

La reacción ciudadana ante crisis de seguridad ha sido variada y va desde la exigencia de resultados a las autoridades, el incremento del autocuidado y la ironía traducida en cientos de “memes” en redes sociales al respecto de este asunto. Por el bien de todas y todos, es necesario avanzar de forma sustantiva en la materia.

Correo electrónico: jerqmex@hotmail.com

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Pesimismo esperanzador
“Pesimismo esperanzado” es una columna escrita por Jorge Rocha, Profesor e investigador del ITESO.

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